Julia, una joven chef. Foto: Canadian Feed The Children
En las tierras altas del sur de Bolivia, Julia Flores Pórcel y Maribel Condori Parina transforman su pasión por la cocina en una ruta concreta hacia la independencia financiera. Ambas acaban de graduarse del Programa de Gastronomía del Instituto Manq’a en Llinfi, una formación que fue posible gracias al apoyo del Instituto Politécnico Tomás Katari (IPTK) y la organización internacional Canadian Feed The Children (CFTC).
Desde pequeñas, las dos soñaban con abrir sus propias panaderías. Hoy, esa meta se ve más cercana gracias a un modelo educativo comunitario que les brindó no solo conocimientos técnicos, sino también herramientas emocionales y sociales. “He aprendido a hacer cosas nuevas, tengo un poco más de experiencia y, donde vaya o donde me lleven, voy a salir adelante”, asegura Julia.
La chef Daniela Daza, responsable del Programa, recuerda que ambas jóvenes eran muy tímidas al inicio. “Realmente me llena el alma verlas crecer”, comenta. Cuando visita los restaurantes donde trabajan sus exestudiantes, le resulta gratificante “verlas en lugares donde nunca pensaron que podrían estar”.
Para Maribel, el acompañamiento fue clave: “Chef Dani fue como una segunda madre. Me hizo entender que cocinar no es solo hacerlo por hacerlo, sino hacerlo con amor y cuidado”. Durante su formación, Julia y Maribel dominaron técnicas culinarias, aprendieron sobre higiene, crearon recetas propias y asistieron a clases nocturnas luego de sus jornadas escolares. Con esfuerzo y constancia, hoy están listas para dar el siguiente paso en el mundo de la gastronomía: ser chefs profesionales.
El Programa está dirigido a jóvenes en situación de vulnerabilidad y con recursos limitados, y busca brindar oportunidades de formación técnica que generen autonomía económica. Trabajar en la educación y formación, brinda oportunidades a jóvenes en la construcción de futuros autosuficientes y comunidades resilientes, refieren desde IPTK.
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