Dos instalaciones de la Fundación Munasim Kullakita sufren intento de atentado con explosivos

Derechos Humanos

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Sumando Voces

Captura donde se ve a los hombres que ingresaron con un cuchillo y un explosivo. Foto: Página de Facebook de John Arandia

Dos instalaciones de la Fundación Munasim Kullakita (Quiérete Hermanita), ubicadas en la ciudad de El Alto, sufrieron intentos de atentado con explosivos el lunes por la tarde, los mismos que fueron frustrados por el personal de la institución, informó su directora, Janeth Rodríguez.

La Fundación trabaja con personas en situación de vulnerabilidad, entre ellas, víctimas de trata de personas y delitos conexos, como son proxenetismo y violencia sexual comercial. También se enfoca en los niños en situación de calle, población migrante que necesita protección internacional y víctimas de violencia de género.

“En nuestra instalación principal (ubicada en la Ceja de El Alto) se han apersonado dos personas cubiertas con gorra y overoles, para atacar al personal de la Fundación que se encontraba en las oficinas de protección internacional, que es donde atendemos a la población, han puesto un chuchillo en la mesa y ha amenazado con  encender un explosivo casero”, relató Rodríguez a Sumando Voces.

En un video difundido por la página de Facebook de John Arandia se puede ver que un funcionario levanta el explosivo y lo lanza a la calle para evitar su detonación.

“Gracias a valiente y adecuada reacción de nuestro personal, este atentado fue contenido a tiempo, evitando consecuencias mayores”, señala un comunicado de la institución.

Rodríguez relata que el mismo día, la misma persona llegó hasta la casa Luz Verde, ubicada en la avenida Tiwanacu, cerca del teleférico morado, y dejó otro explosivo casero, pero que no llegó a explotar. En esta casa se hace la atención a la población beneficiaria.

La representante de la Fundación no dio más detalles porque el caso se encuentra en investigación, pero en videos difundidos por redes se menciona que el autor se trataría de un ciudadano colombiano.

“Estos hechos para nosotros son de mucha importancia, pero también nos fortalecen, nos mantienen unidos”, dijo Rodríguez, quien mencionó que la atención continuará como siempre, pero que se tomarán medidas internas.

La Defensoría del Pueblo, mediante un comunicado, expresó su solidaridad con Munasim Kullakita “que sufrió este acto de violencia, del cual afortunadamente no hubo daños materiales”.

“Así también expresamos nuestro enérgico rechazo a cualquier demostración de intolerancia o violencia que atente contra la integridad del personal que trabaja en la atención de poblaciones en situación de vulnerabilidad como mujeres, niñas, niños y adolescentes, personas en procesos de movilidad humana y necesitados de protección internacional”, señala la Defensoría.

La entidad recuerda al Estado su deber de garantizar que las instituciones protectoras de derechos humanos desarrollen sus funciones con todas las garantías respectivas.

Por su parte, el centro Gregoria Apaza, que también desarrolla sus actividades en El Alto en favor de las mujeres, se unió al llamado de justicia y rechazó “con firmeza toda forma de violencia e intimidación contra quienes defienden la vida y la dignidad”.

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