En sus 40 años, CENDA identifica que el principal desafío es restablecer la acción colectiva del movimiento indígena en torno a una agenda común

Derechos Humanos

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Sumando Voces

Uno de los ejes de trabajo de CENDA es la autonomía indígena. FOTO: CENDA

El Centro de Comunicación y Desarrollo Andino (CENDA), con sede en Cochabamba, cumple 40 años trabajando con las comunidades campesinas e indígenas en el marco de su compromiso por la recuperación, fortalecimiento e innovación de estrategias de vida sostenibles.

La institución, que acompañó la conquista de derechos colectivos de los pueblos indígenas a lo largo de los años, ve con preocupación la situación por la que atraviesan los movimientos sociales, que tenían como objetivo político el reconocimiento de la tierra y territorio y la defensa de los recursos naturales. En ese marco, plantea recuperar la independencia política de éstos con base en una agenda común, que incluya la defensa del medio ambiente, la defensa de sus territorios frente al avasallamiento, y el cumplimiento del derecho a la consulta previa.

El director ejecutivo de CENDA, Sergio Vásquez, dice que los pueblos indígenas han mejorado en materia de representación política, pero, paradójicamente, “ese mismo avance en la participación política, se ha convertido en su propia destrucción como organización sindical”.

El también especialista en temas indígenas considera que el paralelismo en las organizaciones y la disputa por ser parte de las estructurales estatales están pasando factura al movimiento indígena y campesino.

En cuanto a derechos explica que si bien están escritos en la Constitución todavía no se cumplen. “Están en el mero papel”, comenta.

“El derecho de consulta previa libre e informada, por ejemplo, está en la Constitución, pero es incumplido a la hora de la implementación por parte de empresas en actividades mineras, petroleras y mega carreteras”,  indica a Sumando Voces.

“CENDA ve con mucha preocupación la desestructuración del tejido organizativo y la creciente polarización de las comunidades, resultado de disputas partidarias. Advierte que este escenario debilita de manera crónica los espacios de articulación y que va a llevar todavía muchos años reconstruir la unidad y reconfigurar una agenda común de lucha estructural”, señala.

La institución plantea que el principal desafío hacia adelante es lograr la independencia política de las organizaciones y, en ese marco, CENDA “va a seguir acompañando con el propósito de contribuir a restablecer el movimiento campesino e indígena a través del fortalecimiento de liderazgos”.

40 años de recorrido

Este es el equipo de CENDA, que trabaja desde Cochabamba. FOTO: CENDA

CENDA nació en 1985 con una investigación que buscaba entender la forma de vida de las comunidades campesinas e indígenas y la promoción de la lectura mediante periódicos bilingües «El Mizqueño» y «El Totoreño», que luego darían origen a la revista también bilingüe (quechua/castellano) “Conosur Ñawpaqman”. Hasta la fecha este producto se distribuye trimestralmente en un área que abarca principalmente la nación quechua del departamento de Cochabamba, zonas de Oruro y Potosí.

Lo que hoy es CENDA era, antes de su nacimiento, parte del Centro Portales, del que se desprendió para fortalecer la lucha del movimiento campesino y las estrategias de vida de las comunidades.

Vásquez rememora, entre los logros más importantes de la institución, el proceso investigativo desarrollado en Raqaypampa, que permitió entender que las comunidades tenían sus propias formas y estrategias de vida.

También destaca su contribución a los consejos comunales, consejos educativos y la currícula regionalizada de educación, en función a la realidad rural, además de sus aportes para elaborar las propuestas de autonomía y de territorialidad en la Asamblea Constituyente.

“La Asamblea Constituyente ha sido un hito muy importante para CENDA porque a partir de una alianza con varias instituciones se ha acompañado al Pacto de Unidad en la construcción de la propuesta y esa propuesta ha sido incorporada en la Asamblea Constituyente casi en su integridad”, señala Vásquez.

Actualmente, CENDA orienta su trabajo político en cuatro ejes estratégicos: la Gestión Colectiva del Agua, con un enfoque en la defensa de la autogestión comunitaria; la Seguridad y Soberanía Alimentaria, centrada en la protección de las semillas nativas como patrimonio colectivo de los pueblos; la lucha por la Tierra y el Territorio, promoviendo el ejercicio pleno del derecho a la gestión y control territorial; y la defensa y restitución de derechos colectivos, a través de diversas estrategias de comunicación y denuncia.

El trabajo de CENDA se articula con diversas bases territoriales en la zona andina, los valles y la Amazonía. El objetivo, según Vásquez, es fortalecer la capacidad de las comunidades para “defender sus territorios frente a las vulneraciones de derechos, muchas veces impulsadas desde el propio Estado”.

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