Un mes de colores, diferencias y derechos humanos

Opinión

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J. Alex Bernabé Colque

Los movimientos sociales han marcado hitos que les han otorgado un lugar en la historia, en fechas y en formas. Así ocurrió con los pueblos indígenas originarios y campesinos en la emblemática marcha Por el territorio y la dignidad en los años 90 en Bolivia, y también con la primera marcha del orgullo gay en Santa Cruz de la Sierra, realizada en el año 2000. Fue una manifestación profundamente creativa, que combinó protesta, reivindicación, alegría, fiesta y algarabía. De este último movimiento y sus desafíos quiero hablar en esta columna.

Fortalecimiento de articulaciones LGBTIQ+ locales y nacionales

  • Las organizaciones LGBTIQ+ en Bolivia participan de articulaciones tanto locales como nacionales. En Santa Cruz, por ejemplo, se fundó en 2013 el Movimiento LGBT de Santa Cruz, que más tarde se consolidó como un espacio de acción conjunta y vocería diversa.
  • Iniciativas similares surgieron en los departamentos de Beni, Tarija y Pando.
  • A nivel nacional, destacan el Colectivo TLGB de Bolivia, con presencia en todos los departamentos y actividades anuales compartidas, y la Coalición Boliviana de Colectivos LGBTI+, integrada por más de veinte organizaciones que se movilizan y articulan regularmente.
  • También existen espacios específicos para mujeres lesbianas y bisexuales, personas trans y no binarias, como la Organización de Travestis, Transgéneros y Transexuales Femeninas de Bolivia (OTRAF), la Red Trébol, la Red de Mujeres Lesbianas y Bisexuales (Red LB-Bol) y la Red de Hombres Trans, entre otras. Estas articulaciones tienen presencia al menos en las ciudades capitales del país.
  • Lo relevante es que, cada vez más, los movimientos LGBTIQ+ en Bolivia cuentan con una base social sólida.

Apuesta por los derechos humanos como base de la reivindicación

  • Tras la promulgación de la Constitución Política del Estado (2009), se destacan 18 artículos orientados a la protección de derechos humanos, la no discriminación y la igualdad.
  • Esto impulsó el desarrollo de 24 normas con alcance nacional basadas en principios de igualdad, no discriminación y protección especial.
  • En 2009 se aprobó el primer Decreto Supremo (Nº 0189), que declara el 28 de junio como el “Día de la población con orientación sexual diversa en Bolivia”. Actualmente existen ocho decretos nacionales similares.
  • A nivel departamental, al menos en cada uno existe una norma contra la discriminación; algunas reconocen de forma explícita a las poblaciones LGBTIQ+, sumando un total de 23 normas en Entidades Territoriales Autónomas: La Paz (8), Potosí (3), Beni (2), Cochabamba (2), Chuquisaca (2), Oruro (2), Santa Cruz (1) y Pando (1).
  • Es innegable que la aplicación de este marco normativo sigue siendo cuestionable, lo cual plantea un desafío pendiente para las organizaciones LGBTIQ+ en su traducción efectiva en políticas públicas.

Presencia de las disidencias sexuales y de género. Estudios y formación

  • Desde los años 90, con la irrupción de Mujeres Creando, la familia Galán y sus aportes desde la teoría queer, el Movimiento Maricas Bolivia y la Pesada Subversiva, se ha enriquecido el debate sobre las reivindicaciones LGBTIQ+ con miradas críticas y disidentes.
  • La producción teórica de Mujeres Creando ha influido en las organizaciones, a veces generando incomodidad, otras veces siendo abrazada. El Movimiento Maricas Bolivia ha cuestionado el lenguaje, la representatividad, el rol de las ONG y el «blanqueamiento» en campañas. La Pesada Subversiva ha interpelado con propuestas performativas que denuncian la hipocresía y el machismo de una sociedad cruceña profundamente conservadora.
  • Esta etapa también se caracteriza por una apuesta a la formación. Como decía Víctor Hugo Vidangos, más conocido como Ninón, en una entrevista con Christian Eguez: «hay que formarse para defenderse». Hoy, muchas personas se capacitan con compromiso para responder mejor a las luchas de la diversidad sexual, de género y de las masculinidades no heterosexuales.
  • Las universidades, instituciones académicas y espacios de investigación tienen el reto de incluir estas reflexiones en sus estudios y debates.

Sea este un mes de reivindicación, orgullo y visibilidad. Que, en medio de la crisis económica, las campañas electorales y la fragilidad institucional —con un Órgano Electoral débil y miedoso de ejercer su rol y un Tribunal Constitucional Plurinacional manoseado— los movimientos sociales no dejen de recordarles su deber y exigirles su papel.

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J. Alex Bernabé Colque es defensor de derechos humanos

Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.

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