Grupo de 88 monitores territoriales indígenas reciben certificados de la Unibol Guaraní

Desarrollo

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Yenny Escalante

Indígenas reciben certificados de la Unibol Guaraní. Fotos: CEJIS

CEJIS

Un grupo de 88 monitoras y monitores territoriales indígenas recibirán certificados otorgados por la Universidad Guaraní y Pueblos Indígenas de Tierras Bajas “Apiaguaiki Tüpa” después de haber cursado y aprobado con éxito 136 horas académicas del programa de estudios preparados por el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS).

Las delegaciones de monitoras y monitores indígenas comienzan a llegar a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra para participar del acto de entrega de certificados el 20 de noviembre, a las 10.00 de la mañana, en el hotel Continental Park.

“La malla curricular cuenta con el respaldo académico de la UNIBOL Guaraní, una resolución administrativa que da valor curricular al proceso de formación continua. Esto no es un punto menor pues constituye una de las primeras experiencias en el país en que nueve organizaciones indígenas a nivel territorial se articulan con la universidad para crear un programa de estudios a demanda de ellas”, dijo el director ejecutivo del CEJIS, Miguel Vargas Delgado.

Aunque el CEJIS empezó este proceso de formación en el año 2009, esta gestión 2024 es la primera respaldada por una universidad. A través de este programa de formación continua, mujeres y hombres de las comunidades indígenas se han capacitado para controlar y defender sus territorios frente a amenazas externas, la convivencia con terceros (propietarios privados, comunidades campesinas e interculturales) y la resolución de conflictos internos. 

Organizaciones indígenas y universidad

Miguel Vargas explicó que “en poco más de 25 años de implementación de esta herramienta se ha trabajado en la construcción de módulos temáticos que responden a la necesidad de los territorios, principalmente de los jóvenes que forman parte del grupo de 88 monitores formados”.

Los monitores y monitoras que recibirán certificados fueron designados por sus comunidades y organizaciones para participar del proceso de formación. Por eso en el futuro se cuenta con cada uno para ejecutar una verificación en campo; generar información técnica para la gestión del territorio; analizar, interpretar y formular recomendaciones para la dirigencia de su organización; identificar situaciones de vulneración de los derechos de su pueblo; y replicar el conocimiento adquirido.

Los tópicos que se abordaron en los cuatro módulos fueron: memoria histórica del movimiento indígena, normas relevantes para la defensa de los pueblos indígenas, gestión y gobernanza territorial y gestión de conflictos territoriales, simultáneamente a cursos prácticos para moverse en territorio, como primeros auxilios, el uso de programas informáticos de georreferenciación. De manera transversal, durante todo el programa se desarrolló el monitoreo territorial propiamente dicho, con todas sus herramientas.

En 10 territorios indígenas

El monitoreo territorial está vigente en 10 territorios en el Chaco, la Chiquitanía y la Amazonía norte y sur como un instrumento del autogobierno indígena y una herramienta que busca garantizar el cumplimiento de los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas.

La herramienta ha sido de utilidad en dos episodios de la historia reciente. En el Beni, con la aprobación del Plan de Uso de Suelos de 2019, aumentaron los focos de calor en 42 % en el año 2020, y el monitoreo territorial permitió acopiar información que luego sirvió para elaborar una demanda internacional ante el Tribunal Internacional por los Derechos de la Naturaleza.

En la Amazonía norte, el monitoreo permitió identificar la presencia de balsas dedicadas a la explotación de oro en el río Madre de Dios en el Territorio Multiétnico II, en áreas que no contaban con autorización de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM), afectando el medio ambiente, medios de producción y la salud de las comunidades; la información generada por los monitores fue presentada ante el Relator Especial de Sustancias Tóxicas y Derechos Humanos de Naciones Unidas.

En el año 2020, en la época de la pandemia de Covid 19, el monitoreo territorial pudo llenar el vacío de información del sistema de salud en datos desagregados de contagios en los pueblos indígenas y, por otro lado, contribuyó a demandar la atención del Estado y de instituciones aliadas.

Actualmente, en temas de contingencia, el monitoreo permite a los territorios indígenas conocer con anticipación la cercanía de fuegos para prevenir probables incendios e identificar fuentes de agua ante la grave sequía en estas zonas.

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