Por Forus
Como parte de la campaña #MarchaConNosotras, entrevistamos a UNITAS, miembro de Forus en Bolivia, sobre el enfoque de género en sus movilizaciones y proyectos. Desde importantes figuras femeninas en la historia de Bolivia, hasta su libro recientemente publicado sobre defensoras de derechos humanos, UNITAS pone el género en el centro de sus acciones.
La misión de UNITAS es de contribuir a la generación de propuestas alternativas de desarrollo y cambio social hacia una sociedad democrática, solidaria, equitativa y justa, juntamente con los movimientos sociales y organizaciones populares que son los destinatarios finales de su acción. Esta misión se logra con el trabajo coordinado de sus instituciones asociadas, a las que UNITAS fortalece, articula, relaciona y representa.From Domitila Barrios de Chungara, activist for workers’ rights and organiser of the Comité de Amas de Casa Mineras del Siglo XX, to collectives such as Mujeres Creando, women play an important role in Bolivia’s social and political sphere. Can you tell us about the broader historical, ideological and geopolitical context of feminist and women-led political activism in Bolivia?
Las mujeres bolivianas desde diferentes frentes, pueblos indígenas, obreras, académicas, y otros espacios de lucha han marcado hitos en la historia de Bolivia. Estas mujeres fueron las precursoras de lo que ahora denominamos “movimientos feministas diversos”, algunas de ellas sin autodenominarse feministas, tuvieron luchas desde la situación subordinada e invisible de las mujeres, desde una posición contestaria a un modelo hegemónico androcentrista, un sistema de dominación patriarcal y capitalista, excluyente de las diversidades y de las mujeres diferentes, cómo las indígenas, campesinas, mujeres con discapacidades, niñas, mujeres de la tercera edad, todas estas en situación de vulnerable.
Bartolina Sisa (1750 ó 1753- 1782+): junto a Julián Apaza, tuvo un rol protagónico siendo lideresa de la insurgencia indígena de 1781, hizo frente a los soldados españoles.
Juana Azurduy de Padilla (1780-1862+): Luchadora de la guerra de la Independencia contra la monarquía española, asumiendo la comandancia de las guerras que conformaron la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que su memoria es honrada en Argentina y Bolivia, se involucró en la causa independentista y tomó las armas contra los realistas en una sociedad que vedaba el acceso de las mujeres a la vida política.
Adela Zamudio Rivero (1854- 1928+): Es considerada la precursora del feminismo en el país, en sus versos como poetisa y literata dejo plasmados en sus versos la precaria situación que vivían las mujeres, con respecto a los derechos de los que gozaban los hombres: sin derecho a una educación igualitaria, sin derecho a participar en la vida política y sin derecho a voto, entre otros. Su influencia fue tal, que en Bolivia se celebra el Día de la Mujer Boliviana el 11 de octubre, en honor al nacimiento de Adela Zamudio.
Lidia Gueiler Tejada (1921- 2011+): Fue presidenta de Bolivia desde 1979 hasta 1980, convirtiéndose en la primera mujer en presidir el país y la segunda mujer en la historia de América Latina en asumir la presidencia de un país.
Domitila Barrios de Chungara (1932-2012): Como pionera de las mujeres líderes de los movimientos mineros debido a su iniciativa para liderar protestas y huelgas junto a otras esposas de mineros. Desde 1963, participó en el combativo Comité de Amas de Casa de Siglo XX, organización que agrupa a las esposas de los trabajadores mineros de aquel centro productor de estaño; organización de mujeres mineras que hizo frente a todas las dictaduras y gobiernos autoritarios durante las décadas de 1960, 1970 y 1980.
El modelo heteronormativo es predominante, no reconoce las diversidades, por lo que en los movimientos feministas en Bolivia están colectivos cómo Mujeres Creando que reivindican derechos de las diversidades, cuestiona la vulneración de los derechos humanos de las mujeres diversas y diferentes, y defiende a mujeres víctimas de violencia.En 2013, el gobierno introdujo la Ley 348, que, entre otras cosas, tipificaba el feminicidio como delito punible con 30 años de prisión, la pena máxima en Bolivia. La ley fue acogida como una legislación progresista en su momento, sin embargo, el problema es la implementación. En 2021 se produjeron al menos 108 feminicidios en Bolivia, una de las tasas más altas de Sudamérica. Muchos de los autores nunca son capturados, no son castigados o quedan libres poco después. ¿Cómo trabaja Unitas para combatir la violencia contra las mujeres en Bolivia?
UNITAS desde sus asociadas y el Programa Equidad para el Desarrollo, aborda la problemática de la violencia hacia niñas y mujeres con diferentes acciones que van desde el asesoramiento, difusión de la ley 348 y las rutas de atención a víctimas de violencia, acciones comunicacionales para la prevención de violencia hacia niñas y mujeres, atención directa a casos a víctimas de violencia, albergues instalados en ambientes de algunas asociadas de la red, se apoya acciones de exigibilidad como es la instalación de un Tribunal de las Mujeres contra la Impunidad de casos emblemáticos de feminicidios junto al Observatorio de Exigibilidad de los Derechos Humanos de las Mujeres, somos parte de la coalición en la elaboración de Informes Sombra a la CEDAW, investigaciones sobre la implementación de las políticas de género y una especifica sobre la implementación de la Ley 348, sus limitaciones y desafíos y la situación de violencia de las mujeres, se tiene instalada una Campaña Nacional Sin violencia es Mejor, Prevención de la violencia junto a la Unidad de Género de la Policía Boliviana Nacional ( gestión 2020-2021 Pandemia COVID).Las agresiones más frecuentes [contra las defensoras de los derechos] son insultos y amenazas a su integridad física, expresados verbalmente o a través de redes digitales, muchas de ellas anónimas.
¿Cómo y por qué el género es un elemento del trabajo de Unitas?
Para UNITAS y sus instituciones asociadas, el enfoque de género implica trabajar en la revisión y en la transformación de aquellos patrones que han propiciado y sostenido relaciones desiguales entre mujeres y hombres, ligados al modelo estructural vigente.
Contribuímos a la equidad de género y a la igualdad de oportunidades entre géneros, potenciando el rol político de las organizaciones sociales, promoviendo participación con conciencia de clase y de género que ayude a visualizar las contradicciones del sistema de dominación en el plano social, económico y político; abordando la subordinación y discriminación no como problema aislado de las mujeres, sino vinculado a causas estructurales de la pobreza y la desigualdad que afecta a mujeres y a hombres, para llegar a construir de forma colectiva una sociedad que respete las diferencias y garantice la equidad y el ejercicio de derechos.Recientemente UNITAS ha creado un libro sobre las mujeres defensoras de Bolivia, ¿puede hablarnos de sus historias y del proceso de escritura de este libro? ¿Cuáles son los retos a los que se enfrentan hoy las mujeres activistas en Bolivia?
El Informe Mujeres activistas y luchadoras, defensoras de derechos humanos es producto de una iniciativa del Programa Equidad para el Desarrollo de la Red UNITAS, que ha contado con el apoyo del CECI – Bolivia. El objetivo de esta iniciativa consiste en promover un entorno propicio de políticas que favorezcan y garanticen el trabajo de las defensoras de derechos humanos en Bolivia, así como fortalecer sus capacidades estratégicas mediante la sistematización de experiencias y recomendaciones para la construcción de instrumentos de desarrollo de capacidades.
El Informe se basa en la síntesis de una serie de entrevistas que se realizaron a veintinueve mujeres defensoras de derechos humanos en Bolivia durante el periodo comprendido entre los meses de julio 2019 y noviembre 2020. Estas mujeres se adscriben a varios campos de acción y son de diversas identidades sociales, étnicas, etarias y de diferente orientación sexual.
De esta manera, esta información se ha organizado alrededor de cuatros grupos: un primer grupo está conformado por mujeres que han sido protagonistas en la lucha por la defensa de la tierra y el territorio en sus comunidades frente a empresas mineras, petroleras e hidroeléctricas; un segundo grupo son mujeres periodistas activistas en la lucha por la libertad de expresión; el tercer grupo son mujeres lesbianas y mujeres trans, defensoras de sus derechos y parte del movimiento LGBTI, y el cuarto grupo integra a mujeres activistas por los derechos humanos, feministas independientes, quienes desde su trabajo en ONG y como parte de colectivos feministas militan por la legalización del aborto y el derecho a una vida libre de violencia.
Las entrevistas realizadas fueron estructuradas de la siguiente forma: trataron primero temas relacionados con el perfil de las defensoras, su campo de acción, su trayectoria y sus percepciones del contexto político; luego buscaron identificar las principales barreras y riesgos a los cuales se han visto enfrentadas en su accionar, sus estrategias de protección y necesidades; también abordaron algunos aspectos de su vida social y familiar, las percepciones de su entorno y las posibles disputas en torno a las identidades de género. Por último, se consultó a las defensoras sobre cómo, desde el Estado, se garantiza sus derechos y libertad de acción y cómo desde la sociedad civil se podría propiciar un entorno que les asegure mayor protección y confianza.
Previamente a la presentación de la síntesis de entrevistas, el Informe inicia con un resumen del marco jurídico internacional acerca de los defensores y defensoras de derechos humanos. Presentamos, asimismo, apuntes sobre el enfoque feminista interseccional que ha orientado la construcción de este trabajo, e incluimos una introducción al contexto latinoamericano y boliviano sobre mujeres defensoras de los derechos humanos y movimientos de mujeres. El último capítulo incorpora las conclusiones y un resumen de recomendaciones hacia el Estado, las organizaciones de la sociedad civil y a mujeres defensoras, dirigidas a reforzar su protección y afianzar sus capacidades de acción. El Informe finaliza con una serie de anexos que presentan de manera más detallada la normativa internacional, así como las principales recomendaciones de instituciones internacionales sobre la situación de las defensoras de derechos humanos.
Retos
Reivindicar la figura de mujeres defensoras de derechos humanos ( reviste asegurar la protección de la vida, seguridad y libertad de aquellas personas que se atreven a enfrentar los poderes establecidos para reivindicar derechos, afirmar identidades y denunciar abusos, agresiones y violaciones a los derechos individuales y colectivos).
En el caso de Bolivia, el marco constitucional es insuficiente para garantizar la protección a defensores y defensoras, considerando que grupos específicos como los y las defensoras de derechos humanos de pueblos indígenas han sido vulnerados, pese a contar con amplia protección en este marco. En este sentido, una ley para la protección de defensoras y defensores también resultaría insuficiente, siendo necesario plantear la construcción participativa de una política pública específica con mirada interseccional, que determine el accionar de instituciones, autoridades y funcionarias/os públicos. Esta política pública debería contar con mecanismos y recursos suficientes que hagan viable su implementación.
Asegurar una mayor difusión en el país de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los defensores de derechos humanos, así como de los informes de los Relatores especiales sobre la situación de los defensores de derechos humanos en el mundo y en las Américas.
Visibilizar las situaciones diferenciadas de defensoras de derechos, diversos peligros a los que sus acciones las han expuesto, en la mayoría de los casos extensivo a sus familias. Las agresiones más frecuentes son los insultos y las amenazas a su integridad física, expresadas verbalmente o vía redes digitales, muchas de ellas de carácter anónimo.
Remarcar que la crisis del sistema judicial y su funcionalidad a los intereses del poder político son problemas de carácter estructural. Pese a las reformas legislativas que han sido promovidas desde los años noventa del siglo pasado y a los principios rectores de la Constitución Política del Estado Plurinacional aprobada en 2009. En ese contexto, varias mujeres defensoras de derechos manifestaron que su mejor estrategia de resguardo ha sido hacer públicas sus denuncias ante las agresiones, solicitar el apoyo de sus pares a través de las redes sociales y amplificar su trabajo de promoción de derechos humanos.
En el plano de la seguridad digital, ellas precisan conocimientos más avanzados sobre técnicas de manejo de sus cuentas para reducir su vulnerabilidad ante los ataques en las redes sociales. Requerirían, también, acceso fácil y gratuito a servicios de asistencia jurídica en las demandas de carácter judicial, y/o gestionar medidas de amparo y protección.
Algunas defensoras territoriales y activistas de colectivos señalaron la dificultad que representa el no contar con el apoyo financiero necesario para gastos esenciales en el desempeño de sus acciones, como ser costos de transporte para gestiones ante instancias gubernamentales e instancias judiciales, y compra de equipos digitales que ofrecerían mayores garantías de seguridad. Las reivindicaciones planteadas por las defensoras de derechos expresan una demanda de contar con apoyo más efectivo por parte de las instancias de derechos humanos y las agencias de cooperación. Las respuestas a estas necesidades deberían contemplar la posibilidad de que instituciones con capacidad de financiamiento promuevan el fortalecimiento de organizaciones de mujeres defensoras de derechos humanos, con el acceso a fuentes de recursos suficientes.
La situación de las y los defensores de derechos humanos en Bolivia en el contexto actual es adversa en varios aspectos. Frente a ello, las organizaciones nacionales de derechos humanos y los colectivos de activistas deberían fortalecer alianzas alrededor de una agenda con objetivos de corto y mediano plazo para promover un entorno habilitante para organizaciones defensoras de derechos humanos en Bolivia.
Se debe promover un entorno habilitante a organizaciones e instituciones defensoras de derechos humanos en Bolivia, y no permitir que normas legales ambiguas y actitudes discrecionales en instancias estatales pongan en riesgo el funcionamiento de las ONG.
Que la Defensoría del Pueblo encamine su accionar hacia una mayor independencia de los poderes públicos y que el Ministerio Público y el Servicio Plurinacional de Defensa Pública abran la puerta a la creación de unidades especializadas en la protección de defensoras y defensores de derechos humanos.