Un estudio revela fuertes rasgos autoritarios en la sociedad, al punto de justificar el irrespeto a la ley y el cierre de la Asamblea

Democracia

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Mery Vaca

Foto composición: Sumando Voces

¿La sociedad boliviana es autoritaria? Un estudio de Ciudadanía, que analiza los últimos 25 años de democracia en Bolivia, establece que sí, que muchos bolivianos justificarían que las autoridades se salten la ley, aprobarían un gobierno directo del pueblo, estarían de acuerdo en que el Órgano Ejecutivo cierre la Asamblea Legislativa y hasta aprobarían un golpe en caso de mucha corrupción o delincuencia.

Estos datos fueron analizados el jueves en el programa Sumando Voces en Directo, del que participaron las coautoras del estudio, María Teresa Zegada y Vivian Schwarz, además del politólogo Jorge Richter, ex vocero del presidente Luis Arce.

El informe de Ciudadanía titula “La democracia en los ojos de la gente, 25 años de cultura política en Bolivia”, cuya fuente es el Barómetro de las Américas.

Con datos al 2023, el estudio indica que el 38,6% de los consultados considera que en ocasiones las autoridades pueden actuar al margen de la ley, mientras que el 41,2% estaría de acuerdo con un gobierno directo del pueblo y el 29,5% aprobaría limitar la voz de la oposición.

Las personas que justifican el cierre de la Asamblea Legislativa ha ido en aumento. En 2010, el 19,6% justificaba esa acción y en 2023, el 29,9% la aprobaba, siendo Bolivia el cuarto país con el más alto porcentaje, solo después de Perú, Panamá y El Salvador. Entre tanto, el 32,6% justificaba el cierre del Tribunal Supremo de Justicia por parte del Ejecutivo.

Y las salidas autoritarias afloran en porcentajes también altos. Por ejemplo, el 44,3% de los consultados justificaba un golpe militar en caso de mucha delincuencia, y un 47,2% lo justificaba en caso de mucha corrupción, un porcentaje muy parecido al registrado en 2004, cuando empieza la medición (44,7%).

“A mí me preocupa mucho este tema del respeto a la ley”, expresa María Teresa Zegada, respecto a los resultados, y hace mención al gobierno de Evo Morales “que se ha pasado por encima muchas veces la legalidad y la propia constitución”, en lo que coincide con Jorge Richter.

Si bien ese dato es complejo respecto a los actores políticos, lo es aún más si se toma en cuenta que al 40% de la población no le importa si una autoridad cumple o no la ley.

¿Cuáles son las consecuencias de saltarse la ley? La pregunta es para Richter, quien dice que nunca pueden ser buenas. “Por supuesto que no, fracciona el país, lo polariza, exacerba los enfrentamientos políticos, pero fundamentalmente le asesta nuevamente un fortísimo golpe a la institucionalidad”, señala.

Considera que en el último tiempo, “se han ido normalizando ciertas vulneraciones a la Constitución (…) que termina siendo una Constitución fantasmagórica, una inscripción en papel, pero que en los hechos reales y cotidianos está ausente”.

Richter afirma que la falta de institucionalidad es uno de los elementos que pervierte la democracia y que, en el caso de Bolivia, este problema es dramático.

Vivian Schwarz dice que “debemos estar preocupados por el avance autoritario en la sociedad civil porque creo que la evidencia de los datos es clara, no solamente hay una tolerancia a las actitudes autoritarias por parte del Estado que está documentada, hay un incremento en la disposición a ceder espacios, derechos, libertades, protecciones, especialmente cuando no son las propias, son las de los demás”.

La especialista recuerda que el diálogo, la negociación y la deliberación son fundamentales en democracia y, poco a poco, estas prácticas se están perdiendo.

“Hay una tendencia a que haya una hegemonía en el espacio público, o sea, no es únicamente un solo actor que ocupa todo el espacio público, sino también un solo discurso”, explica.

Pone como ejemplo lo difícil que es ahora realizar encuestas en ciertas zonas del país, donde los dirigentes impiden a la gente responder con libertad y los encuestadores son mal recibidos.

“Hay lugares en este país donde no puedes ir, donde corres peligro, hay lugares donde no puedes circular y no es el Estado el que está controlando esa movilidad y no estoy hablando solamente del Chapare”, dice Schwarz.

Zegada discrepa respecto a los rasgos autoritarios de la sociedad y considera que si la gente está pidiendo el cierre de la Asamblea o de algún alto tribunal es porque éstos no funcionan bien.

“Están pidiendo el cierre de la Asamblea Legislativa porque la Asamblea Legislativa no funciona, no está representando los intereses de la gente (…) Entonces, no podemos endilgar este comportamiento ciudadano”, explica.

Schwarz en cambio pone en cuestión la vocación democrática de la sociedad civil boliviana.

Estos rasgos, explican los entrevistados, suceden en el contexto de los gobiernos denominados populistas, que pueden ser de izquierda o de derecha, aunque ese concepto también generó opiniones divergentes.

Zegada prefiere hablar de “ciertos rasgos” que caracterizan a estos gobiernos  y que podrían encajar en este concepto, como la presencia de un líder fuerte, personalista y carismático; el antagonismo entre gobierno del pueblo y élite; la promesa de solución a los problemas económicos y sociales por parte de las izquierdas y de seguridad ciudadana y de cuidado de las fronteras por parte de los populismos de derecha, la concentración del poder y el irrespeto progresivo a las instituciones de la democracia.

Jorge Richter considera que ciertos rasgos, como el irrespeto a la separación de poderes, la restricción de libertades, los sectarismos “no son necesariamente propios de un populismo, sino que están insertos en la esencia misma de los autoritarismos”.

Para él, el populismo es la ampliación de la base democrática, aunque advierte la burocratización de las élites, por lo que en el caso boliviano “estamos sobre el final del ciclo del proceso social popular”.

El programa en el que se difundieron estos datos está transmitiendo un ciclo de cuatro foros en los que se presentan los resultados del estudio. El último será este jueves, cuando se abordará las inseguridades, violencia y la confianza entre bolivianos.

Puedes ver el programa completo aquí:

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