Editorial Sumando Voces
Decir que el capitalismo y el consumismo son los responsables de la depredación de la Amazonía es una verdad a medias porque está claro que el Estado no ha hecho lo suficiente para controlar las actividades extractivas que allá se generan, particularmente la explotación minera que está dejando daños no solo al medio ambiente, sino a la salud de los habitantes de la zona.
El tema viene a propósito de la reciente cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) celebrada en la semana que concluye en la ciudad de Belém Do Pará, en Brasil, donde ha concurrido el presidente Luis Arce con un discurso de respeto a la madre naturaleza, admitiendo que existe un embate al medio ambiente desde diferentes flancos y con una lista de culpables que van desde Estados Unidos hasta los narcotraficantes, pero sin asumir una posición autocrítica de lo que allá está ocurriendo.
Según el Mandatario, el capitalismo y el consumismo son los culpables de la depredación del medio ambiente y en el caso concreto de la Amazonía, Estados Unidos busca instalar bases militares en la zona, mientras que Europa pretende el control de ese territorio mediante sus Organizaciones No Gubernamentales. Arce, sin embargo, no ha sido más específico al respecto, aunque todo apunta a que le incomodan las acciones de la sociedad civil destinadas a preservar el medio ambiente y la vida de los indígenas de la zona.
La cumbre presidencial ha concluido con un compromiso de establecer una Alianza para el Combate a la Deforestación entre Estados Miembros, aunque no señala metas específicas, como la que se estableció en la COP 26 de lograr deforestación cero para 2030. Incluso, el representante de Bolivia, Pablo Solón, que habló ante el plenario presidencial de la OTCA a nombre de la sociedad civil de los ocho países del bloque, ha pedido una meta específica de 80% para el 2025, considerando que esperar al 2030 será demasiado tarde porque la Amazonía se encuentra en un punto de no retorno.
Respecto a este punto, BBC News ha revelado desencuentros entre los presidentes para fijar metas específicas al respecto y ha señalado, concretamente a Luis Arce como uno de los que se habría opuesto.
“Funcionarios del gobierno brasileño involucrados en la negociación del texto de la declaración, que hablaron con BBC News Brasil bajo condición de anonimato, señalaron que la meta común de deforestación cero para 2030 fue resistida por los países de la región, sobre todo por el presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce”, indica la información de la cadena londinense.
De ser cierta esta información, la retórica del Presidente no estaría acompañada de voluntad política para encarar los problemas de la Amazonia, lo que implica que el problema puede agudizarse.
