¡Indignación! La justicia del más fuerte

Opinión

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Sumando Voces

Hernán Cabrera M.

En Bolivia se cumple a cabalidad la sentencia del filósofo griego Platón: “La justicia no es sino el interés del más fuerte”. Sí, mi estimado lector, esa justicia llamada plurinacional, establecida como derecho humano fundamental, además de un amplio catálogo de derechos humanos que la Constitución Política del Estado nos impone al Estado y sus habitantes.

Pero ahí están los fiscales y jueces arrodillados ante el poder económico y estando al lado del más fuerte, del más poderoso, como es el caso del proceso judicial que un juzgado de Apolo admitió sin mayores observaciones, a solo pedido del cliente contra dos hombres que solo cumplían con su deber, con su mandato claro y preciso de cuidar y defender las áreas protegidas y los derechos de la Madre Tierra, siendo coherentes con el discurso pachamamista del poder.

Esa justicia del más fuerte ha llevado al banquillo de los acusados a Marcos Uzquiano y Raúl Santa Cruz, los dos guardaparques que están siendo enjuiciados por el minero aurífero Ramiro Cuevas, por sentirse calumniado. Con dinero accionan de forma rápida los procesos los fiscales y jueces. Vergonzosa la actuación del Sernap, que los dejó huérfanos.

Este caso ha movilizado a la sociedad civil a través de varias entidades de derechos humanos y ambientalistas, rechazando el amedrentamiento y la persecución de la que son objeto ambos guardaparques, además de reconocerles su valentía y entereza por denunciar a los depredadores y destructores de la Madre Tierra, como el caso de los mineros del oro, que vienen arrasando con todo ser vivo en el Parque Madidi y otros, ante lo cual el gobierno pachamamista no dice ni hace nada nada, peor aún, el gran amauta Choquehuanca que en cada discurso internacional se da el lujo de decir que son los primeros y férreos defensores de la madre tierra.

Indignación es lo que nos toca gritar y hacer escuchar a esos fiscales y jueces que han convertido la justicia en un instrumento de poder para acallar, silenciar a los más débiles y un cheque en blanco para sus bolsillos. No cabe duda que en este caso está corriendo algunos dólares por debajo, de otra manera no se explica la diligencia y la prestancia que han mostrado los operadores de justicia en Apolo para sentar en el banquillo de los acusados a Uzquiano y Santa Cruz, que no cometieron delito alguno, pero el pulpo de la justicia plurinacional los está ahogando.

Es importante destacar el pronunciamiento del Defensor dl Pueblo, apoyando a los guardaparques y exigiendo que no se los procese, pero  ese documento debe ir acompañando de acciones de parte del Defensor, para que se haga justicia y no se use este caso para meter miedo ni para enviar a la cárcel a los defensores de los derechos ambientales.

Stephane Hessel, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, señala que un “mensaje de indignación consiste en decir que hay que negarse a aceptar lo inaceptable”.

“Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes fuertes y comprometidos”, precisa Hessel para darnos a pie a indignarnos y movilizarnos por Uzquiano y Santa Cruz, que lo sepan no están solos y esos fiscales y jueces que sepan que tienen un peso en su conciencia y que no se merecen esos cargos.

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Hernán Cabrera es periodista y Lic. en Filosofía

Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.

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