Beneficios de la adhesión de Bolivia al Mercosur

Opinión

|

|

Sumando Voces

Adalid Contreras Baspineiro

No se trata tan solo del ingreso a un nuevo esquema de integración. Para Bolivia es una oportunidad para avanzar hacia una nueva fase de desarrollo, gozando de tres tipos de beneficios: por una parte, las posibilidades económicas y comerciales para la ampliación de sus emprendimientos de transformación productiva; por otra parte, está la llamada a jugar un papel articulador con estatus pionero en un rango de doble pertenencia integracionista; y gozará de los beneficios de un esquema de integración integral, con incidencia directa en la superación de asimetrías y en el ejercicio de derechos agregados de sus ciudadanos.

Oportunidades económicas diversas y complementarias

Podemos hablar de una dimensión de oportunidades geoeconómicas, que hacen referencia a la importancia estratégica que tiene MERCOSUR en tanto la quinta economía del mundo, con cadenas productivas robustas y diversas, que abarcan desde productos agrícolas hasta motorizados. Como bloque genera cerca de la mitad de las exportaciones latinoamericanas y caribeñas al mundo y recibe el 40% de las importaciones. Asimismo, exporta el 56% de manufacturas y absorbe el 48% de las importaciones dentro del continente. En este esquema, Bolivia tiene la posibilidad de dinamizar acciones económicas relacionadas con recursos energéticos, minerales, naturales, alimentarios, hídricos, manufacturados e hidrocarburíferos, adecuando su capacidad productiva, de negociación y de integración física.

El intercambio comercial del MERCOSUR con el mundo en 2022 fue de US$ 727.308 millones, obteniendo un aumento del 21,4% con relación al 2021. Las exportaciones representaron el 55% y las importaciones el 45% del intercambio comercial, con un saldo positivo de US$ 68.555 millones. Los principales destinos de las exportaciones se localizaron en China (25%), Unión Europea (16%) y Estados Unidos (11%); estos tres destinos, en su conjunto, representan el 52% de las exportaciones del MERCOSUR. Y los principales orígenes de las importaciones fueron: China (25%), Estados Unidos (19%) y la Unión Europea (17%), representando el 61% de las importaciones totales del MERCOSUR.

A estos espacios se entroncará Bolivia con su ingreso al MERCOSUR, tomando en cuenta que los principales productos exportados el 2022 fueron: porotos de soja, excluidos para la siembra (13%), aceites crudos de petróleo (12%) y minerales de hierro y sus derivados, sin aglomerar (6%). Mientras que las importaciones consistieron en aceites medios y preparaciones, de petróleo o de mineral bituminoso (7%), aceites crudos de petróleo o de mineral bituminoso (3,4%) y cloruro de potasio, para su utilización como abono% (2,8%). Bolivia produce la mayor parte de los productos mencionados, siendo incluso productor de cloruro de potasio que se importa de otros continentes.

El comercio intrazona entre los países del MERCOSUR, en el 2022 alcanzó a US$ 46.094 millones, evidenciando un aumento del 13% con relación al 2021. Y los principales productos comercializados fueron: vehículos para transporte de mercancías, de peso total con carga máxima <= a 5 t., con motor de émbolo o pistón, energía eléctrica y porotos de soja, excluidos para la siembra.

Las oportunidades comerciales para Bolivia ya se desarrollan con el Acuerdo de Complementación Económica Nº 36 (ACE 36) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración – ALADI, que consolidó la desgravación del total del universo arancelario a partir del 1 de enero del 2014, constituyendo una Zona de Libre Comercio donde los países miembros tienen beneficios que abarcan la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos. Esta experiencia, además de la desarrollada en la Comunidad Andina – CAN, genera un efecto trampolín o plataforma, que permite que Bolivia llegue con un recorrido que le permitirá adaptarse a las complejidades del mercado común del sur en la comercialización de productos con valor agregado.

Históricamente, la balanza comercial con el MERCOSUR, le ha sido favorable a Bolivia por la venta de gas. Así, mientras el total exportado ha sido de 68.000 millones de dólares, las importaciones sumaron 49.000 millones, con un saldo favorable de 19.000 millones. A contracorriente, des-gasificando la relación comercial, se observa un déficit crónico, que de 238 millones de dólares en 1996 pasa a 2.065 millones a septiembre de 2023.

El gas constituía el 94% de las exportaciones, distribuyéndose el restante 6% en leche y nata (crema) en polvo, bananas frescas, aceites crudos de petróleo, sulfato de bario natural (baritina), palmitos preparados o conservados, frijoles, camisetas de algodón, zinc y sus concentrados, gas licuado de petróleo, y 302 productos más. Por su parte, las importaciones consisten fundamentalmente en diesel, 87%, seguido por barras de hierro o acero sin alear, gasolinas, harina de trigo, betún de petróleo, jeeps Campero 4×4 de cilindrada 1.500, tubos de perforación para la extracción de petróleo o gas, polietileno, tractores agrícolas, malta sin tostar, además de 3269 otros productos.

En MERCOSUR las oportunidades productivas se encaran con emprendimientos para la modernización del manejo del arancel externo común y la revisión del régimen de origen, que especifica los requisitos y procedimientos para determinar cuándo un producto es considerado como originario del bloque y, por tanto, gozar de tratamiento preferencial, lo que incluye la eliminación de los aranceles que gravan el comercio intrarregional. Este factor permite medidas de excepción para la protección a la producción, en Argentina y Brasil con 100 códigos de excepción a la nomenclatura común, Paraguay 649 y Uruguay 225.

De manera específica, el alto desarrollo que tiene el MERCOSUR en materia de producción agropecuaria, con armonización sanitaria y fitosanitaria, le ha permitido ingresar a importantes mercados en el mundo.  Esta tecnología, posicionamiento y mercados se harán extensivos a Bolivia, para profundizar sus emprendimientos en producción agrícola y ganadera, avanzando hacia sistemas de conservación del medio ambiente.

A la diversidad de medidas mencionadas acompañan acuerdos en defensa de la competencia y del consumidor. Asimismo, se toman iniciativas para una mejor articulación entre el sector público y privado, dinamizando la participación empresarial, estatal y comunitaria para encarar el desafío de la diversificación de la producción, tomando en cuenta que el país ingresa a un espacio de alta demanda y accesibilidad, favoreciendo a los procesos de industrialización y a los productores, que tendrán que trabajar productos de alta calidad, para un mercado exigente y competitivo.

En otra dimensión, el desarrollo científico y tecnológico está presente como desafío en las iniciativas de MERCOSUR. Así tenemos que las relaciones productivas-comerciales se caracterizan por la diversificación, densidad y alto contenido tecnológico en la perspectiva de frenar la tendencia hacia la primarización de la exportación que dinamiza el mercado internacional. Este factor constituye indudablemente un escenario favorable para la política boliviana de industrialización y sustitución de importaciones.

Doble pertenencia, doble beneficio

Para las acciones económicas y comerciales Bolivia tiene que moverse equilibrando su doble pertenencia a la CAN y al MERCOSUR, además de su pertenencia a ALADI, desarrollando para ello mecanismos como las geometrías variables y la cooperación reforzada, para superar la dificultad del paralelismo normativo en ámbitos de las políticas económicas y sociales, que deben someterse a su análisis y definición sector por sector, programa por programa y norma por norma. La consigna para este ejercicio es no perder ni una sola de las conquistas conseguidas en la CAN.

La doble pertenencia de Bolivia a la CAN y al MERCOSUR, que constituye una experiencia fundante, le reporta al país beneficios y responsabilidades de carácter político porque la ubicación geográfica que tiene en el corazón de Suramérica, le concede la posibilidad de jugar un rol histórico gravitante, de “bisagra” o conector entre el Atlántico y el Pacífico, el Oriente y el Occidente, el Sur y el Norte de Suramérica, las cuencas amazónica, de la plata y andina y las convergencias y complementariedades entre la CAN y el MERCOSUR, que son el fundamento de procesos mayores de integración suramericana.

Bolivia tiene una posición geográfica estratégica en el continente sudamericano, el 72 por ciento de sus fronteras está compartido con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que conforman el bloque del MERCOSUR; así como es parte de la Hidrovía Paraguay-Paraná, que inicia en Bolivia y es compartida con los cuatro países, lo que le permite al país la libre circulación fluvial y el acceso a puertos, con una salida natural hacia el océano Atlántico. Un factor complementario es la importancia de la inclusión de Bolivia en el corredor bioceánico con una línea férrea que une el Pacífico con el Atlántico, además de vías terrestre, fluvial y aérea.

En el orden político, la integración a MERCOSUR le otorga al país voz y voto en las organizaciones que conforman su institucionalidad, lo cual representa un paso fundamental en relación a su estatus de Estado asociado, que le permitía participar en las reuniones, pero no en la toma de decisiones sobre las políticas comunes que se establecen entre los Estados Parte. Los organismos más relevantes en la estructura del Mercosur y en los que participará Bolivia con capacidad de decisión, son el Consejo del Mercado Común (CMC), el Grupo Mercado Común (GMC), la Comisión de Comercio (CCM), el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM), el Foro Consultivo Económico y Social (FCES), el Instituto de Políticas Públicas y Derechos Humanos (IPPDH), el Instituto Social del Mercosur (ISM), el Parlamento del Mercosur (PARLASUR), el Tribunal Permanente de Revisión (TPR), la Unidad de Apoyo a la Participación Social del Mercosur (UPS) y la Secretaría del Mercosur.

Por otra parte, se hará partícipe del sistema de relacionamiento internacional y agenda externa, en escenarios que ofrecen posibilidades para profundizar la inserción en las cadenas inter-regionales, atraer inversiones, aumentar exportaciones y generar empleo de calidad en un mundo multipolar en transformación. En esta línea está la búsqueda de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, que está estancado por las exigencias de aplicación del Reglamento de la Unión Europea sobre productos libres de deforestación no legítima (EUDR), afectando las exportaciones agrícolas en zonas que utilizan agroquímicos.

Integración integral para el vivir bien de la ciudadanía

La integración no puede ser vista sólo como espacio de intercambios económico-comerciales, puesto que las comunalidades sociales, políticas, culturales y ambientales son también relevantes para encarar objetivos de superación de asimetrías, la integración multidimensional, y la construcción de ciudadanía.

Bolivia tiene que trabajar políticas de gradualidad, flexibilidad y equilibrio para la superación de las asimetrías dentro el MERCOSUR, expresadas en limitaciones como la desproporción en tamaño, recursos y configuración interna de los países, el proteccionismo por la aplicación de barreras paraarancelarias, los distintos grados de desarrollo e industrialización, la variedad, cantidad y flujo de productos en el mercado, el nivel de infraestructuras desigual, barreras no arancelarias como el control de cambios, y los desacuerdos para establecer relaciones con terceros, lo que está llevando a que algunos países propongan la posibilidad de negociaciones bilaterales, como una forma de superar las restricciones.

Es importante que, en lugar de pensar con el chip de la competencia asimétrica, se valoren los intercambios como espacios colaborativos. En los sistemas de integración es posible racionalizar así, porque contienen dimensiones que apuntan a superar las asimetrías y a compensar los desequilibrios, con medidas tales como plazos más largos para el cumplimiento de compromisos, umbrales diferenciados, flexibilidad en obligaciones, asistencia técnica, trato especial y diferenciado y cláusula del máximo desempeño midiendo limitaciones estructurales, como por ejemplo la mediterraneidad.

Para enfrentar estas limitaciones, desde el momento de la adecuación que se tiene que hacer de la normativa boliviana a la de MERCOSUR, adoptando gradualmente la Nomenclatura Común, el Arancel Externo Común y el Régimen de Origen, es importante considerar los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio, que dan sentido y contenido a todo el proceso de creación y conformación del MERCOSUR, y deben ser aplicados en cada etapa y a cada negociación relativa a los derechos y deberes de las partes. Entre otras medidas que operativizan estos principios están: las geometrías variables, que reconocen la existencia de diferencias por la heterogeneidad de los países miembros, para encarar políticas comunes activando mecanismos de colaboración con flexibilidad y comprensión de las singularidades y de las divergencias; la cooperación reforzada, que permite una cooperación más estrecha entre países que desean profundizar en algún aspecto del proceso de integración o proteger sus intereses comunes, en temas que no se pueden alcanzar de manera conjunta. Esto permite avanzar según ritmos u objetivos diferentes, posibilitando que un grupo de países pueda profundizar algún aspecto, y sin excluir a los otros, generar condiciones para su posterior incorporación; y el trato de nación más favorecida, para negociar excepciones en temas, plazos y posibilidades de realización, gozando de mecanismos de trato especial y diferenciado que viabilizan el desarrollo armónico reduciendo diferencias entre los países y que aceleran los ritmos del desarrollo actuando en conjunto.

En relación a la agenda multidimensional, MERCOSUR está empeñado en la profundización de la política social subregional de superación de las asimetrías entre los países miembros, con el FOCEM (Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur), que mantiene un importante fondo solidario para la reducción de asimetrías con inversiones no reembolsables en las condiciones de transformación productiva. Un campo muy interesante de la agenda multidimensional en la experiencia de MERCOSUR, está dado por la integración entre ciudades fronterizas, con acciones de facilitación administrativa y operativa en los procesos migratorios. En el caso de la educación, el Mercosur promueve políticas que benefician la movilidad de los estudiantes, quienes pueden cursar carreras certificadas que brindan garantías sobre el nivel académico. En el campo de la salud, son relevantes el desarrollo del programa “Fronteras Saludables”, así como el fortalecimiento de las capacidades nacionales y regionales para la producción de insumos, medicamentos y otras tecnologías sanitarias esenciales para la prevención, preparación y respuesta frente a pandemias y el cambio climático, en estrecha coordinación con la OMS.

El ingreso a MERCOSUR reportará beneficios sociales para los más de dos millones de bolivianos que residen en los países de la región, adquiriendo el estatus de Ciudadanos del Mercosur, que les ofrece derechos y beneficios que mejoran su calidad de vida, con medidas como la libre circulación entre los países que integran la región solo con documento de identidad, sin necesidad de un pasaporte; las oportunidades para acceder a empleos productivos y dignos en igualdad de condiciones; el uso de licencia de conducir en cualquiera de los países que integran el organismo; y el derecho de residencia, que otorga el goce de beneficios con trato nacional en el ámbito de la salud, la seguridad social, la educación y la jubilación.

Bolivia ha dado un paso importante con su ingreso a MERCOSUR y MERCOSUR gana en su extensión y fortalecimiento con la adhesión de Bolivia. Quedan múltiples tareas por delante, que deben regirse por algunos principios como la concepción pluralista de la integración, la intervención de los más destacados especialistas en relaciones y comercio internacional, la capacidad de compartir soberanías en una pertenencia mayor para conseguir impactos más significativos a nivel internacional, la construcción de un sentido comunitario ampliado regionalmente con otros países hermanos, y la convicción irrenunciable de un mayor desarrollo con incidencia en la inclusión y superación de asimetrías para el vivir bien de nuestros pueblos.

–0–

Adalid Contreras es sociólogo y comunicólogo boliviano.

Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.

Comparte:

Noticias

más leídas

Derechos Humanos y Estado

TSE inhabilita a cuatro candidatos al TSJ por por no haber renunciado a sus cargos

¿Cómo votar en las judiciales? Dos expertos señalan el camino para frenar la “dictadura constitucional” y el “golpe judicial”

¿Quién defiende los DDHH? Con una institucionalidad débil y un espacio cívico restringido, la sociedad civil asume un rol “titánico”

El TCP se «blinda»: Anula sesiones y leyes contra prórroga de magistrados, recuerda que sus resoluciones son vinculantes

Juicio a Manuela

A cerca de otra tradición de derechos humanos

Derechos Humanos y Estado