En el día del trabajador, el CEDLA advierte: los jóvenes tienen empleos precarios y las rentas de jubilados son míseras

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Jubilados y jóvenes, los dos extremos etários, en situación de precariedad.

En general las condiciones laborales de los trabajadores, que hoy celebran su día, no son las mejores, pero en esta ocasión el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) pone el foco en los jóvenes y en los jubilados, cuya situación laboral es precaria.

Basado en estudios propios y en datos oficiales, el CEDLA llega a la conclusión que los jóvenes tienen empleos precarios y que las rentas de los jubilados son míseras, en momentos en que se debate una ley que obligará a los trabajadores a jubilarse a los 65 años, salvo que un análisis médico diga lo contrario.

Los jóvenes

El boletín Alerta Laboral del CEDLA indica que la mayoría de los jóvenes se inserta en trabajos precarios con tasas de empleo informal juvenil superiores al 50%. “Se trata del segmento poblacional con mayores dificultades de acceso al mercado laboral, así como el de mayor intermitencia laboral (tasas elevadas de entrada y salida de la fuerza de trabajo); gran parte de los jóvenes están sobre cualificados respecto a las fuentes laborales que les son accesibles (problemática de skill mismatch); entre otras condiciones negativas”, indica el documento, que fue distribuido en ocasión del Día del Trabajador.

El boletín además desmota al menos tres mitos en torno al empleo juvenil. Uno de ellos es que la “la mayoría de los jóvenes no trabaja”. El CEDLA indica que “si bien existe la sensación de que el desempleo juvenil es elevado, los datos a 2021 muestran que, de los 3,2 millones de jóvenes en el país, 1,7 millones eran económicamente activos (52%) y 1,5 millones ya contaban con una fuente de empleo (48%)”, aunque la precariedad es la marca del empleo juvenil.

El segundo mito es que “a mayor instrucción, mayores posibilidades de conseguir empleo”. El CEDLA señala que, ante la precariedad laboral, los jóvenes creen que al continuar con la formación hasta un nivel superior quedarán habilitados para la obtención de un empleo con mejores condiciones laborales y salariales. Sin embargo, “los datos exhiben que la instrucción superior no es una garantía para obtener empleo.

Si bien del total de jóvenes ocupados de 19 a 29 años, el 36% contaba con educación superior, la mayoría de los jóvenes desempleados (53%) también contaba con ésta”.

Y el tercer mito es que “a falta de empleo, la gran mayoría de los jóvenes son trabajadores “independientes”. El CEDLA relativiza esta postura indicando que “si bien esta noción se aproxima bastante a la realidad, tiene matices de fondo que deben ser problematizados. En primer lugar, desagregando los datos por categoría ocupacional se obtiene que efectivamente un porcentaje mayor de los trabajadores jóvenes (56%) están ocupados en unidades económicas autónomas (26% trabajadores por cuenta propia y 30% de trabajadores familiares no remunerados), no obstante, aquellos trabajadores por cuenta ajena o asalariados representan también un porcentaje importante de la estructura del mercado laboral (40% obreros/empleados y 2% trabajadores del hogar”.

Los jubilados

Entre tanto, la situación de los jubilados es también precaria porque reciben rentas “míseras”, según el boletín Alerta Laboral.

En ese marco, el gobierno pretende un cambio en el sistema de jubilaciones con la finalidad de incrementar los límites solidarios, pero, la paradoja es que el proyecto prevé la jubilación a los 65 años.

“Esa disposición, a todas luces anticonstitucional y violadora de los derechos laborales, condiciona la continuidad laboral de los trabajadores de 65 y más años a la realización de un “examen médico de aptitud física y mental”; los resultados de ese examen determinarían si continúa trabajando o, de cumplir con los requisitos, se acoge a una pensión de vejez”, indica el boletín.

El CEDLA asegura que, con el sistema de capitalización individual, “las rentas de jubilación financiadas con el aporte individual del 10% del salario no pueden ser sino miserables, pues la tasa de reemplazo no supera el 30% del último salario percibido en una vida activa de 30 años”.

Frente a eso, en 2010 se incluyó la renta solidaria y desde entonces, los jubilados “solidarios” han aumentado de más de 11 mil en 2011, a más de 143 mil en 2022. “Es decir, actualmente 7 de cada 10 jubilados reciben una pensión solidaria”.

“No obstante, a pesar de la creación de la renta solidaria, los jubilados que han accedido a la misma no se han beneficiado con rentas sustancialmente superiores a las otorgadas por el sistema de capitalización “puro”, alerta la entidad especializada.

De hecho, “la renta solidaria promedio se ubica, para el período 2011-2022, en Bs 1.814, oscilando entre Bs 1.197 para 2011 y Bs 2.079 para 2022. Su crecimiento anual promedio fue bajo, con una tasa que no llegó al 5%, a pesar de que en 2013 y en 2017 se modificaron hacia arriba los límites solidarios, en porcentajes del 11% (inferiores y superiores) en 2013 y entre 17% y 19% en 2017 (inferiores y superiores, respectivamente)”.

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