Por Rodolfo Huallpa
Los asentamientos humanos en Bolivia han estado estrechamente relacionados con la explotación de los recursos naturales, es así que en el siglo XVI la plata en Potosí y Sucre, como la coca en La Paz, fue importante para generar asentamientos, de acuerdo con el libro “Análisis de situación de las políticas sobre hábitat urbano y vivienda en Bolivia”, escrito por René Pereira y Daniel López.
Lo que fue la plata o la coca para Potosí y La Paz, respectivamente, lo fue la quina para Beni y Santa Cruz a mediados del siglo XIX. También el guano y el caucho fueron importantes para los departamentos de Beni, Pando y Santa Cruz a inicios del siglo XX.
Antes de la revolución de 1952, el petróleo fue un importante incentivo de crecimiento poblacional en la región oriental de las tierras bajas. Así también lo fue el gas luego de 1960, en Santa Cruz principalmente, y en menor medida en Tarija y Chuquisaca. La soya fue importante a finales del siglo pasado en Santa Cruz y el presente y la producción de coca también jugó un rol significativo en el Chapare tropical de Cochabamba y los Yungas de La Paz.
De estas circunstancias se puede identificar algunos ejes de poblamiento histórico en Bolivia. El primero el del norte al sur, alrededor de las minas de plata que detonaron en un importante poblamiento de Potosí y Sucre. Esto permitió abrir algunas rutas comerciales con el Pacífico, inicialmente con Perú y después con Chile.
A fines del siglo XIX la plata entró en pérdida y provocó que Oruro, donde se explotaba estaño en la primera mitad del siglo XX, sea un nuevo centro de población, en tanto La Paz se transformaba en centro administrativo. Es así que este primer eje trajo consigo el desarrollo de las ciudades de La Paz, Cochabamba, Oruro y Potosí.
El segundo eje es este – oeste, debido al crecimiento de la producción del petróleo entre 1950 y 1990, sobre todo en el departamento de Santa Cruz, que aprovechó las regalías de exportación para desarrollar la agricultura y la ganadería. La carretera entre Cochabamba y Santa Cruz consolidó este eje.
Este segundo momento permitió cambiar los flujos migratorios a las ciudades de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. “Es decir los ejes cambiaron desde el eje norte – sur hacia el eje este – oeste. El resto del país se ha caracterizado por muy bajas densidades territoriales”, se lee en el texto.