Dos policías heridos llegan hasta el hospital Obrero para recibir atención médica. Foto: Pio XII
El presidente del Colegio Médico de Bolivia, Carlos Iriarte, denunció que en el marco de los conflictos sociales “se está violando por completo el derecho a la salud”, debido al hostigamiento que sufre el personal de salud y a que los insumos médicos no pueden transitar por las carreteras para socorrer a los heridos y enfermos en general.
“Actualmente el sector salud en general y los médicos en particular están pasando con problemas bastante serios por el amedrentamiento, el hostigamiento y la violencia que se está ejerciendo sobre el personal de salud y los médicos”, dijo Iriarte en contacto con Sumando Voces.
Indicó que, al margen de la agresión sufrida en Vinto, en Llallagua, el epicentro del conflicto, también los médicos han sido hostigados en su trayecto hasta el hospital. “No podían ni llegar a sus centros de salud porque el centro de salud de Llallagua está a 3 km de la ciudad y el personal de salud tiene que ir a pie. Ya tiene en temor ir y algunos casos algunos no están llegando”, dijo.
“Lamentablemente nos han vuelto a apedrear en Sacamarca, en el cruce de Agronomía, las ambulancias están buscando ruta alterna tratando de trasladar (a los heridos), pero no tienen ningún respeto ni a las sirenas, ni al personal, estamos en alto riesgo”, dijo a los medios un médico del hospital Madre Obrera.
Un estudiante de Medicina, que estaba ayudando a atender a los heridos, también fue golpeado hasta quedar desmayado.
“Me agarraron y me golpearon los ayllus. Estaba ayudando a otros jóvenes, he salido con mi botiquín. Me amarré una calamina a mi espalda, estaba atendiendo a los heridos. Los ayllus empezaron a correr, pero no pude correr rápido, me agarraron y me arrastraron hasta la plaza y me empezaron a golpear y me dejaron desmayado, sin botiquín, sin celular, sin llaves, me robaron”, expresó el estudiante a Red Uno.
Por su parte, la Ministra de Salud, María René Castro, denunció que los bloqueadores impidieron el ingreso de sangre para atender a los heridos.
“Desde el Ministerio de Salud hemos enviado paquetes de sangre hasta Llallagua para salvar vidas. Los bloqueadores no permiten el ingreso al hospital. En el lugar se encuentran personal de la Defensoría del Pueblo y la médica responsable de la Unidad Transfusional, intentando sin éxito que se respete este insumo vital”, señaló en sus redes sociales.
Estos hechos se suman a otros sucedidos el fin de semana en Vinto, donde una ambulancia fue destruida y el personal de salud y los heridos agredidos.
El presidente del Colegio Médico informó que “otros médicos han pedido (libre) a cuenta de vacaciones porque tienen temor que algo les pase o que atenten contra su vida”.
Por otro lado, informó que “no están llegando medicamentos a diferentes lugares de Bolivia y especialmente en las zonas de conflicto. Los pacientes no tienen medicamentos”.
Explicó que estos hechos son de conocimiento de organismos internacionales, entre ellos, la Federación Latinoamericana de Médicos, que ha emitido un pronunciamiento en el que señala que atacar ambulancias es una violación de los derechos humanos.
“Hemos sacado una un voto resolutivo hace días en el cual nos declaramos en emergencia y pedimos al gobierno que preste toda la colaboración al personal de salud”, dijo.
El derecho a la salud también ha sido puesto en cuestión por la subida del precio de los medicamentos o la escasez de los mismos por la falta de dólares. “Uno quiere comprar medicamentos, pero están carísimos y la otra que no están llegando a los establecimientos de salud”, dijo Iriarte.
Indicó que el sábado sostuvo una reunión con la Ministra de Salud y “se ha quedado que las gobernaciones también tienen que intervenir dando protección, dando vehículos, traslado al personal de salud”.
Bolivia soporta un bloqueo de carreteras desde hace 11 días, protagonizado por sectores afines al expresidente Evo Morales, que exigen habilitar al exmandatario como candidato presidencial.
Los intentos de desbloqueo han dejado cinco fallecidos, entre ellos, cuatro policías y un comunario.
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