“Nos tratan como a la basura”, titula el estudio sobre la situación de las condiciones laborales de los trabajadores/as de aseo urbano de Bolivia que se presenta esta jueves en La Paz y que revela “condiciones laborales extremadamente precarias” de este sector de la sociedad.
El documento concluye que “siete de cada diez tienen un acceso muy limitado a medidas de seguridad ocupacional en su entorno laboral, exponiéndolos a riesgos significativos. Seis de cada diez trabajadores se encuentran en empleos inestables, lo que añade una capa adicional de vulnerabilidad a su situación socioeconómica. Cinco de cada diez perciben ingresos inferiores al costo de una canasta básica familiar o una canasta normativa alimentaria, lo que subraya la insuficiencia de sus salarios para cubrir las necesidades esenciales”. Y, añade que “cinco de cada diez no contribuyen al sistema de pensiones, lo que pone en peligro su bienestar a largo plazo”.
Según el documento, que fue elaborado el Programa Urbano de la Red UNITAS y que estuvo a cargo del investigador Mauricio Rojas, en Bolivia existen 3.368 trabajadores/as en aseo empadronados en 11 municipios del país, donde operan 12 empresas públicas y privadas. El empadronamiento se realizó en noviembre y diciembre de 2023. Sin embargo, el mismo estudio indica que un grupo focal reveló que los trabajadores en aseo son más de 6 mil, mientras que los dirigentes, que fueron entrevistados para el informe, aseguran que el número real podría estar entre 8 y 9 mil.
“La precariedad laboral en el sector de aseo urbano se manifiesta a través de la inestabilidad en el empleo, con una tendencia creciente hacia contratos de corta duración y la proliferación de consultorías que evaden responsabilidades sociales”, señala el documento.
Agrega que esta situación se traduce en jornadas laborales extensas sin el reconocimiento de horas extras, lo que contribuye a la precarización del empleo.
Con base en el empadronamiento de este sector, el estudio indica que el 48% de los trabajadores tiene contrato temporal, de consultoría o eventual, mientras que el 51,33% tiene un contrato indefinido. Sin embargo, el empadronamiento no reflejaría la totalidad de los casos, según el testimonio de los mismos empleados de aseo.
Esta situación se agrava en el caso de las mujeres, que “a menudo reciben salarios inferiores a los de sus colegas hombres”. Según el empadronamiento, el 44% del personal de aseo es femenino, mientras que el resto es masculino.
El estudio también repara en el acceso limitado a la salud y en los bajos ingresos, lo que impide cubrir la canasta básica de las familias. Según el empadronamiento, el 52% de los trabajadores percibe el salario mínimo, el 36,6%r recibe hasta dos salarios mínimos, el 6,09% percibe hasta tres salarios mínimos y el 5,17% gana menos del salario mínimo. El salario mínimo en Bolivia es de 2.500 bolivianos.
El documento, que tiene más de 170 páginas, hace una serie de recomendaciones para mejorar la vida de los trabajadores/as en aseo urbano de Bolivia, entre ellas, la aprobación de una ley de insalubridad, que permitiría al sector acceder a mayores prestaciones por tener que trabajar en condiciones de riesgo para su salud.
“La propuesta de la FENTRAB (Federación Nacional de Trabajadores en Aseo de Bolivia) para la creación de una Ley de Insalubridad se fundamenta en la necesidad urgente de proteger a los trabajadores de aseo urbano, quienes enfrentan condiciones laborales que pueden comprometer gravemente su salud y bienestar. Esta legislación busca establecer un marco normativo que garantice derechos y protecciones específicas para aquellos que realizan trabajos en condiciones insalubres”, señala el estudio.
Además del reconocimiento de sus derechos y la atención de las autoridades competentes, el estudio indica que “la demanda de visibilización y reconocimiento social es fundamental para cambiar la percepción de los trabajadores de aseo urbano que sienten que “nos tratan como a la basura”.
Agrega que “esta reivindicación busca transformar la forma en que la sociedad valora y percibe el trabajo que realizan estos trabajadores. A pesar de desempeñar una labor esencial para la limpieza y salubridad de las ciudades, son frecuentemente invisibilizados y menospreciados”.
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