INFORME GLOBAL
- 9 de cada 10 personas viven en países donde las libertades cívicas están muy restringidas
- Entre los países que han bajado de categoría se encuentran Polonia, Singapur, Nicaragua, Jordania y Sudáfrica
- La detención de manifestantes ha sido la principal violación de las libertades cívicas en 2021
- La COVID-19 sigue utilizándose como pretexto para restringir derechos en todo el mundo
Los derechos fundamentales a la libertad de expresión, reunión y asociación continúan deteriorándose año tras año en todo el mundo, según un informe global publicado hoy por CIVICUS Monitor, una plataforma de investigación digital que realiza el seguimiento de las libertades fundamentales en 197 países y territorios. El nuevo informe, El poder ciudadano bajo ataque 2021, muestra que el número de personas que viven en países con restricciones significativas a los derechos cívicos, incluidas las libertades de expresión, asociación y reunión pacífica, asciende a casi el 89% de la población este año.
Los datos del CIVICUS Monitor muestran que, año tras año, hay un espacio significativamente menor para que las personas ejerzan las libertades fundamentales: sólo el 3,1% de la población mundial vive en países calificados como «abiertos».
Casi 2.000 millones de personas viven en países con la peor calificación, «cerrados», en los que las autoridades pueden encarcelar, herir y matar a personas por intentar ejercer sus libertades fundamentales. China, Arabia Saudí, Turkmenistán y otros 21 países entran en esta categoría, y este año se han sumado Nicaragua y Bielorrusia.
Han pasado casi dos años desde el inicio de la pandemia de COVID-19 y el virus está teniendo un impacto nefasto en las libertades cívicas en todo el mundo, que tendrá repercusiones duraderas si no se toman medidas correctivas. Nuestra investigación muestra que la detención de manifestantes y el uso de leyes restrictivas para acallar la disidencia son cada vez más frecuentes, ya que los gobiernos utilizan la pandemia para introducir o aplicar restricciones adicionales a las libertades cívicas.
«Los gobiernos de todo el mundo están sentando un precedente muy peligroso al utilizar la emergencia sanitaria como cortina de humo para reprimir las protestas y promulgar o modificar leyes que limitarán aún más los derechos de las personas. En concreto, se están promulgando leyes de desinformación que se utilizan para criminalizar la expresión, una práctica preocupante que podría convertirse en la nueva norma para reprimir la disidencia», ha declarado Marianna Belalba Barreto, responsable del área de Espacio Cívico.
Este año, 13 países han visto empeorada su calificación y sólo uno la ha mejorado. El CIVICUS Monitor está especialmente preocupado por las restricciones del espacio cívico en Europa, donde cuatro países han visto rebajada su calificación: Bielorrusia, Bélgica, República Checa y Polonia. Europa tiene el mayor número de países en la categoría «abierto», pero año tras año seguimos observando signos de grave deterioro.
También es alarmante el deterioro de las condiciones del espacio cívico en África, donde Sudáfrica, Botsuana, Mali y Mozambique empeoraron su calificación. En América, Nicaragua se sumó a Cuba en la categoría más restrictiva, » cerrado «. Oriente Medio y el Norte de África mantienen su estatus de región con el peor historial de derechos cívicos, y Jordania baja a la categoría de «represivo». En Asia, Singapur también ha entrado en la categoría de «represivo», ya que continúa la persistente represión de la disidencia y de las voces de la oposición.
«Lo que estamos viendo no es una reacción proporcionada a una emergencia sanitaria, en la que las restricciones pretenden ser medidas extraordinarias para hacer frente a una crisis que es temporal. Por el contrario, los gobiernos están utilizando la pandemia como pretexto para acelerar aún más la represión de los derechos humanos que hemos estado documentando en los últimos años», dijo Belalba.
Aunque sólo un país, Mongolia, ha mejorado su calificación en 2021, es importante destacar la resistencia de la sociedad civil. Los gobiernos no han conseguido silenciar las voces alternativas ni limitar su activismo. A pesar de las crecientes restricciones, la sociedad civil ha encontrado formas de seguir hablando y reclamando sus derechos.
Más de veinte organizaciones colaboran en el CIVICUS Monitor, aportando evidencias y estudios que nos ayudan a identificar los países donde las libertades cívicas están en peligro. El Monitor ha publicado más de 550 actualizaciones del espacio cívico en el último año, que se analizan en El poder ciudadano bajo ataque 2021.
El estado de las libertades cívicas en los 197 países y territorios ha sido clasificado como “cerrado”, “represivo”, “obstruido”, “estrecho” y “abierto”, de acuerdo con una metodología que combina varias fuentes de datos sobre las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión.