Fotografía del país: Bloqueos, filas por combustible, falta de dólares, una renuncia con críticas y un viaje a Rusia

Desarrollo

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Mery Vaca

Un punto de bloqueo en Oruro, este martes. Foto: Red Pío XII

Un bloqueo de carreteras del transporte pesado instalado al menos en 12 puntos de cinco regiones del país, filas por combustible en las estaciones de servicio e, incluso, colas por gas licuado en Santa Cruz configuran un escenario de conflictividad en el país que, a decir de diversos analistas, es el reflejo de una crisis estructural.

Con ese telón de fondo, el presidente Luis Arce emprendió viaje a Rusia este martes, donde prevé reunirse con el presidente Vladimir Putin, sostener encuentros con empresas interesadas en invertir en Bolivia y participar del Foro Económico Internacional de San Petersburgo.

Y, en lo político, el Mandatario recibió un revés de su vocero, Jorge Richter, quien anunció su próxima renuncia, pero previamente lanzó una serie de críticas y sugerencias para el manejo estatal sobre diversos temas, entre ellas, “la reconducción y perfeccionamiento del modelo económico”, según un artículo publicado en diversos medios.

Tampoco son alentadores los indicadores macroeconómicos, que suelen ser la carta de presentación del Gobierno. Hace poco el Banco Mundial ha situado la previsión de crecimiento para Bolivia en 1,4%, mientras que el Gobierno mantiene su proyección en 3,71.

El dato que no se conoce es el del déficit fiscal, aunque el exdirector del Banco Central, José Gabriel Espinoza, hizo un cálculo que él mismo calificó de preocupante: 12%. Este porcentaje, de confirmarse, estaría muy lejos del 7% proyectado oficialmente.

Con los datos del PIB, los datos de deuda externa y el total del financiamiento interno tanto del BCB como el que proviene del sector privado, Espinoza llegó a la conclusión de que “el déficit fiscal global ha superado los USD 5.500 MM, lo que constituye la cifra histórica más alta, cerrando también una década continua de déficits fiscales”.

Espinoza, además hace una comparación y dice que este porcentaje de 12% es muy similar a lo observado durante el 2020, el año de la pandemia, pero “lo grave no es eso, es la cifra en términos nominales, ya que el déficit fiscal del 2023 ha superado al del 2020 en más de USD 840 MM”.

El Gobierno ofrece diálogo con los transportistas, pero para la segunda quincena de junio, asegura que los bancos tienen dólares y que deben proveerlos a la gente, minimiza las filas por le combustible atribuyéndolas justamente a los bloqueos, pese a que éstas comenzaron antes de la medida. Los analistas insisten que la escasez de combustibles se debe justamente a la falta de dólares para sostener las importaciones.

“Crisis estructural”

El analista Gonzalo Chávez, en su más reciente columna, señaló que “esta no es una crisis de liquidez que se resolverá con 59 millones de dólares que el BCB ha recaudado del Colchón Bank ni préstamos de 600 millones de dólares. Estamos frente a una crisis estructural. La economía boliviana ha perdido solvencia porque ya no tiene su principal generador de excedente que era el gas natural. Revertir esta situación requiere de cambios profundos en el modelo económico”.

El expresidente del Banco Central, Juan Antonio Morales, también recomendó un cambio de modelo, pero, para eso, dijo que en lo inmediato se debe resolver la falta de dólares y el abastecimiento de combustibles, lo que implica un recorte de gastos.

“La primera tarea es resolver el problema de los dólares y el abastecimiento de combustibles que el país sufrió. Y a más mediano plazo, abrir mucho más la economía a la iniciativa del sector privado. Hay que cambiar del modelo, pero puede hacerse sin bombos ni platillos, y darle más espacio a las empresas privadas, particularmente a las que son exportadoras”, expresó en una entrevista con El Deber, publicada este domingo.

Y luego, Morales sugirió “categóricamente” recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener recursos, aunque recomendó negociar un buen acuerdo.

Es por todos conocido que el gobierno rechaza cualquier iniciativa que tenga que ver con el FMI por considerar que sus políticas son proimperialistas y neoliberales. Y, si bien no es una respuesta a Juan Antonio Morales, el viaje del Presidente a Rusia indica que el Gobierno mira al lado opuesto.

Los opositores no tardaron en criticarlo por ese viaje, sobre todo por la campaña belicista de Rusia contra Ucrania.

“El presidente sigue despilfarrando. Ahora se va de viaje a Rusia para apoyar al gobierno ruso que está en guerra (…) ¿Por qué el presidente no se queda en Bolivia para escuchar a los transportistas y a los sectores movilizados?”, escribió el exgobernador cruceño, Luis Fernando Camacho, preso en la cárcel de Chonchocoro.

El empresario opositor, Samuel Doria Medina, escribió que “el viaje del Presidente no solo incumple nuestra Constitución pacifista, también agrava la crisis boliviana porque pone en peor situación internacional al país”.

Entre tanto, este martes se cumple el segundo día de bloqueo de carreteras de los transportistas que exigen disponibilidad de dólares, distribución regular de combustible, además de tener demandas relacionadas con aspectos aduaneros. Según el mapa de transitabilidad de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), los puntos bloqueados son 12.

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