Un puesto de control en el Madidi. Foto: El Deber
En Bolivia, el sector turístico representa apenas el 1,4% del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del Observatorio Boliviano para la Industria Turística Sostenible (Orbita). No obstante, el país alberga el 40% de la biodiversidad mundial, lo que constituye una ventaja estratégica significativa para el desarrollo de este sector y del país.
“Bolivia trae tan sólo 680 millones de dólares (de aporte al PIB, lo que se traduce en 1,4%), pero tenemos el 40% de la biodiversidad del mundo, tenemos la Amazonía, tenemos a los Andes, tenemos un montón de oportunidades (…) que esto nos sirva de reflexión para no perdernos de esa parte importante del desarrollo boliviano”, dijo el representante de Orbita, Andrés Aramayo.
Estos datos fueron expuestos durante el conversatorio denominado “Turismo como una alternativa al extractivismo”, realizado en el marco de las actividades previas al Foro Social Panamazónico (FOSPA), que se desarrollará desde el 12 al 15 de junio, y que aglutinará a más de 1.200 personas para tratar temas de la tierra, extractivismo, pueblos indígenas y mujeres.
Aramayo hizo una comparación del aporte al PIB boliviano con otros países, por ejemplo el de Chile, donde el turismo representa el 9,20% del PIB, lo que significa 13.900 millones de dólares; en el caso de Brasil, el aporte al PIB es 8,50%, lo que se traduce en 57.500 millones de dólares.
Aramayo fue enfático al señalar que Bolivia, con su economía basada en materias primas y extractivismo, no está aprovechando el potencial turístico que posee, como lo hacen países vecinos. Sin ir muy lejos, sólo la ciudad de Cusco, en Perú, logra atraer casi el total de lo que atrae Bolivia con turismo.
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En ese sentido, brindó datos del ecosistema boliviano turístico: Bolivia tiene 1.901 hoteles y alojamientos, 767 agencias de turismo, 527 agencias de viaje, 1.152 guías de turismo certificados, 183 prestadores de servicios gastronómicos turísticos, 47 empresas de turismo de transporte terrestre, 53 emprendimientos de turismo comunitario. En total, hacen 4.629 prestadores de servicios turísticos. Y todo este universo genera 191.000 empleos directos.
Aramayo indicó que hay que “pasar de la queja a la acción”, y sugirió varias opciones: la articulación regional, “más espacios de interacción como el FOSPA”; la articulación con enclaves y corredores turísticos existentes; el acceso a financiamiento y alternativas de fondeo; el trabajo coordinado con la Cooperación Internacional en favor de la preservación; la investigación y desarrollo para fortalecer el rendimiento sobre la región panamazónica.
“Considero que este espacio (conversatorio del FOSPA) es beneficioso para todos nosotros porque nos va a permitir unir a los nueve países panamazónicos en favor de una alternativa de desarrollo económico social que no es cualquier alternativa, porque primero tiene mejor calidad de empleo, con mejores condiciones (…), luego está la oportunidad global en un sector de servicios, también preservar nuestros saberes ancestrales”, añadió.
El conversatorio también tuvo la participación del dirigente ejecutivo de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, Noé Marcos Macuapa. Él es un indígena nacido en San José de Uchupiamonas, pero en la actualidad vive en la comunidad indígena Tacana denominada San Miguel del Bala. Es guía turístico del Madidi y es un fiel convencido de que el turismo es una opción importante y positiva para el desarrollo de la región.
Relata que apostaron por la actividad turística porque es amigable con el medio ambiente y garantiza la sostenibilidad social y económica para las presentes y futuras generaciones, a diferencia de lo que ocurre con la minería, la extracción de maderera y otras actividades extractivas.
“El turismo está siendo un puntal importante para la economía de nuestros pueblos indígenas, ya que es una actividad amigable y compatible con el medio ambiente y nuestra naturaleza. Consideramos que (el bosque) es nuestra casa grande y los árboles son nuestras familias, es por ello que nosotros, una vez que se ha creado el Parque Nacional Madidi, hemos apostado por esta actividad, y la asumimos con mucha responsabilidad y cautela. La hemos denominado la industria chimenea”, dijo Macuapa.
Informó, además, que no reciben apoyo para promocionar los destinos turísticos, los vuelos son muy caros, no hay carreteras suficientemente adecuadas, entre otras deficiencias. No obstante, fue claro al señalar que ellos continuarán apostando por este campo para defender su hábitat, que es el patrimonio y legado que les dejaron sus antepasados.
“Si nosotros, las comunidades y pueblos indígenas de la Amazonía de diferentes países no estaríamos al frente de esta riqueza natural, ya estaría invadida por ambiciones políticas como el extractivismo, la minería, las petroleras, los madereros. Sólo pedimos que se sumen a esta causa justa los bolivianos y extranjeros para defender este patrimonio, esta naturaleza”, añadió.
El expositor indígena indicó que el turismo tiene mucho para dar, pero lo hará en función al aporte que las personas y los gobiernos realicen para fortalecerlo.
Puede ver el conversatorio aquí:
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