Sumando Voces/ Foto: Viceministerio de Comunicación
El presidente Luis Arce participó esta semana en dos importantes foros internacionales desarrollados en Estados Unidos, donde habló contra el capitalismo, pidió acciones para enfrentar la crisis del agua y dijo que Bolivia cumplirá con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sin embargo, sus palabras tropezaron con sus acciones, según sus críticos, quienes criticaron la falta de coherencia entre los dichos y los hechos.
En la Asamblea General de la ONU, Arce expresó que “hay una problemática común que empieza a pasar factura a los países más pobres y es la escasez de agua y el incremento de la evaporación del agua dulce. Instamos a nuestra Asamblea a prestar permanente atención a esta problemática que afecta especialmente a los más pobres de los cinco continentes y que empieza a afectar a sectores sociales que no se encuentran en
los marcos convencionales de la pobreza”.
Entre tanto, en el Foro Político de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, el presidente dijo que “el Estado Plurinacional de Bolivia reafirma su compromiso para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sin embargo, queda claramente establecido que para alcanzar dichos objetivos necesitamos un golpe de timón de proporciones históricas a través de acciones colectivas sin precedentes: desechar el capitalismo y promover políticas más humanas, redistributivas del ingreso y compatibles con la madre tierra”.
Las críticas le llovieron desde la oposición, en sentido de que fue un discurso “hipócrita” y, desde el ámbito de la sociedad civil le dijeron que sus palabras no guardan consonancia con lo que sucede en el país.
El activista Pablo Solón dijo que Arce ya incumplió al menos un ODS, tomando en cuenta que lejos de reducir la deforestación, ésta se incrementó.
Solón explicó que el ODS 12,5 dice que se debe “promover la puesta en práctica de la gestión sostenible de todos los tipos de bosques, detener la deforestación, recuperar los bosques degradados y aumentar considerablemente la forestación y reforestación a nivel nacional para el 2020”.
Pero, hace notar que “para 2020 hubo un incremento de la deforestación, hay que recordar que los ODS fueron acordados el año 2015, entonces lejos de haberse aproximado al cumplimiento de este ODS, que tenía como fecha el 2020, se alejó”.
Y en el tema del agua, según Solón, “la visión de Luis Arce está basada en ver cómo consigue más agua para sortear la emergencia, pero no toma en cuenta los factores que están llevando a esta crisis hídrica”, muchos de los cuales tienen que ver con las acciones del Gobierno”.
El punto, dijo el activista, no es sólo construir más pozos, atajados o llevar más cisternas, sino “cómo protegemos nuestros bosques, como evitamos que estos ríos sean socavados por la falta de cobertura boscosa en ciertas partes, como vamos a contener la minería que está provocando la contaminación de los ríos”.
¿Y la guerra?
El otro punto polémico de su discurso es la promoción de la paz, en contradicción con el abstencionismo de Bolivia en las sanciones por la invasión rusa a Ucrania.
Para Solón, los siete puntos planteados por Arce en la Asamblea de la ONU son “extremadamente generales”, pero, “el tema que más ha sido cuestionado ha sido su posición sobre la paz, pero su posición poco firme para oponerse a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que es la que va a romper con los principios de las Naciones Unidas de no intervención y respeto a la integridad territorial”.
La senadora de Creemos, Centa Rek, calificó el discurso como hipócrita. “En realidad, su actitud y mensaje son totalmente hipócritas porque habla de preservar el medio ambiente (…) cuando nos encontramos peleando por (preservar) acuíferos (en Santa Cruz), elemento vital para la vida. No fue serio (su discurso), habló como si se generara políticas ideales en Bolivia cuando es todo lo contrario”, declaró.
El diputado de Comunidad Ciudadana (CC), Alberto Astorga, complementó que Arce “habla de paz, reconciliación, cuando en Bolivia tiene más de 200 presos políticos en las cárceles detenidos de forma ilegal; entonces, prácticamente es un doble discurso”.
