“De compañeros a campañeros”: Moldiz y Almaraz coinciden que el proyecto del MAS estaba muriendo antes de 2019

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Luego de conocer los resultados de la encuesta encargada por UNITAS sobre la percepción ciudadana en torno al “golpe” y el “fraude” de 2019, los analistas Hugo Moldiz y Alejandro Almaraz coincidieron que la denominada revolución democrática y cultural, impulsada por el MAS, murió o estaba muerta antes de 2019.

Moldiz y Almaraz formaron parte del gobierno de Evo Morales. El primero fue ministro de Gobierno y hace poco demandó autocrítica de parte del entorno de Morales, lo que le provocó duras críticas de parte del expresidente, mientras que Almaraz fue Viceministro de Tierras en la primera etapa del gobierno de MAS, pero luego rompió con el proyecto y se convirtió en uno de sus más duros críticos.

Este domingo coincidieron en el programa Hagamos Democracia, de la red Erbol, donde se analizó la cuarta y última parte de la encuesta de UNITAS levantada por Ipsos Ciesmori en junio de este año en las 10 principales ciudades del país. Según el estudio, el 70% de la población considera que hubo fraude electoral en 2019 y el 51% no cree en la teoría del golpe de Estado que enarbola el gobierno del MAS.

Moldiz sigue sosteniendo que hubo un golpe, mientras que Almaraz defiende el levantamiento popular producto del fraude electoral, sin embargo, ambos coinciden en la debacle del MAS antes de aquellos sucesos.

“Para mí, la revolución democrática y cultural (…) ya estaba en su ocaso antes del golpe, el golpe triunfa porque ya el proceso se ha debilitado y se ha debilitado por errores desde adentro”, dice Hugo Moldiz. Indica que uno de esos errores fue “haber domesticado al movimiento social, como lo quiso hacer siempre el MNR (…) les quitaron autonomía y eso es una autocrítica que yo no la he escuchado de la alta dirección del gobierno de ese entonces”.

El otro error, según Moldiz, es que “construyeron campañeros y no compañeros. El MAS se convirtió una máquina electoral cada vez más viciada porque era pelea, por quién quería ser concejal, diputado senador”. Cree que por eso, los ministros de Morales no fueron capaces de responder a los cabildos que ya anunciaban “el golpe”.

Almaraz es más enfático aún al decir que “ha habido una derrota del proceso de cambio bastante antes del 2019” y por eso celebra la coincidencia con Moldiz.

Sin embargo, las diferencias entre ambos siguen siendo muchas, empezado por la pertinencia de la encuesta. Mientras a Moldiz le parece poco relevante debatir de un tema en el que no habrá cambio de posiciones, para Almaraz la encuesta es “afortunada” porque permite debatir un tema controversial y sus resultados revelan que la ciudadanía es consciente de los hechos más allá de las campañas que haya emprendido el gobierno por cambiar la realidad.
“La ciudadanía boliviana (…) no es tonta. Está consciente de su realidad y en su gran mayoría tiene conciencia de que lo que hubo es un descarado fraude electoral y no un golpe de Estado, sino un levantamiento ciudadano”, afirma Almaraz.

Y, considera que el testigo principal de estos hechos es Evo Morales que en su libro “Volveremos y seremos millones” dice: “Decidimos (en primera persona plural) renunciar, irnos del gobierno porque nos lo pidió la COB”.

En su criterio, el nombramiento de Jeanine Añez, en el peor de los casos, podrá considerarse “una irregularidad procedimental subsanable, y no una prueba de un golpe de estado”.

Moldiz insiste que “el golpe del 2019 fue un golpe híbrido en el que se recurrió a las formas clásicas del golpe que conocimos en los 60 y en los 70, pero aquí se han incorporado otros ingredientes”. Se refiere al apoyo popular que tuvo la revuelta ciudadana que, según él, llevó a instalar una “democracia de excepción”.

Afirma que Añez debió convocar a la sesión legislativa, donde la bancada mayoritaria, que era la del MAS, debía elegir a un nuevo presidente del Senado, que sería el indicado para asumir la Presidencia del Estado. Pero “volverle a entregar al MAS la jefatura del Senado no era coherente políticamente y para eso tuvieron que recurrir a una forma no democrática de asaltar el poder formal, así que no es un hecho irrelevante o subsanarle. El mandato de la señora Añez fue ilegal, fue ilegítimo, y por lo tanto ese es un golpe de Estado”, afirma Moldiz.

En respuesta a Moldiz, Almaraz recuerda que el apoyo popular en los hechos de 2019 no fue de las élites, “en este caso estamos hablando de la movilización de millones de bolivianos, de la movilización claramente mayor de la sociedad civil a lo largo de toda su historia (…) contra un fraude escandaloso que estaba acabando de hacerse y que estaba siendo certificado por la Organización de Estados Americanos”.

Otro dato conocido en la encuesta es que el 72% considera que los hechos de 2019 no están claros todavía. Al respecto, Almaraz afirma que “la verdad no ha sido esclarecida desgraciadamente ni siquiera respecto a las masacres de Senkata y de Huayllani, pero mucho menos, los asesinatos por obra de francotiradores en Montero”.

Considera que “no hay la más mínima idea de juzgar a los militantes del MAS que asesinaron cruelmente y a palos a dos jóvenes de la Resistencia Juvenil Cochala”, entre otros casos.

Por eso, Almaraz destaca que la encuesta muestre que “la sociedad boliviana tiene conciencia de su realidad política y particularmente del hecho de haber sido despojada de las instituciones democráticas”.

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