Las medidas de austeridad lanzadas por el gobierno de Luis Arce han sido recibidas con críticas de parte de diversos analistas económicos, quienes las calificaron como “tardías y poco relevantes”, o como una forma de “rascar la superficie”, cuando el problema de falta de fondos es estructural.
Sin embargo, los especialistas destacaron que, finalmente, el gobierno reconozca que “la economía está mal” y que existe “una crisis fiscal” en el país.
Este martes, el Ministerio de Economía dispuso que las entidades públicas “deben racionalizar y/o reducir sus gastos sin afectar su funcionamiento” en viáticos, publicidad, renovación de vehículos, servicios de imprenta, pasajes, y activos fijos.
“En la dimensión económica, sus medidas son tardías y poco relevantes para mitigar el efecto nocivo del masivo gasto público (el problema serio está en el fracaso de su “política de industrialización”); sin embargo, lo importante está en lo que no dice el comunicado pero que admite a regañadientes: la economía está muy mal y los riesgos son grandes. En la dimensión política, esto refleja el fracaso del intento de imponer una narrativa de arriba hacia abajo ante la contundencia de una realidad”, escribió el economista y exdirector del Banco Central de Bolivia (BCB), José Gabriel Espinoza.
Por su parte, el analista Gonzalo Chávez destacó que el gobierno de Arce “reconoce la crisis fiscal”, aunque recordó que él la denunció hace mucho tiempo.
“Adoptan políticas de austeridad, cortarán viáticos, celulares, propaganda. Es un buen comienzo, pero rascan la superficie. Ahora deben cerrar algunas empresas públicas. Y dar solución a los subsidios. Esto por el lado de los gastos. Por el lado de los ingresos urge una reforma fiscal. Los nuevos ricos creados por el modelo económico a saber: cooperativistas, mineros, gremiales, gigantes y cocaleros deben pagar más impuestos”, escribió en sus redes sociales.
Bolivia enfrenta altas tasas de déficit fiscal desde 2014, como consecuencia de la caída de ingresos sin que ello repercuta en una reducción del gasto público.
El año pasado, el déficit se situó en 7,12%, el 2021 en 9,33% y el 2020, que fue el año con el mayor déficit fiscal, éste llegó a 12,72%.
En gran parte, el déficit ha estado siendo financiado con dinero de las reservas internacionales del Banco Central, sin embargo, en el último año, el stock prácticamente se ha agotado, dejando al país en una situación de riesgo respecto al cumplimiento de obligaciones ineludibles como la importación de combustibles y el servicio de la deuda.
Frente a esta situación, el periodista Andrés Gómez escribió: “Después de años de despilfarro, el gobierno de los hermanos del MAS dicta medidas de austeridad. ¿Saldrá Bolivia de la crisis económica con estas medidas? ¿Qué acciones sugieres al gobierno de Luis Arce para resolver la crisis? ¿Cerrar empresas públicas deficitarias”.
Entre sus políticas de austeridad, el Ministerio de Economía también dispuso los vehículos oficiales son de uso exclusivo para el desenvolvimiento de funciones de las autoridades establecidas, una medida que ya estaba vigente.
También dispone que la compra o alquiler de inmuebles solo será posible en casos de extrema necesidad y el servicio de telefonía celular queda autorizado únicamente a funcionarios del primer y segundo nivel jerárquico de la administración central.
También te puede interesar: