Colectivo Urbano advierte que la falta de planificación urbana amenaza el desarrollo sostenible de Sucre

Desarrollo

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Yenny Escalante

Miguel Ángel Aranda, miembro del Colectivo Urbano y representante del Colegio de Arquitectos de Chuquisaca

La desorganización en el crecimiento urbano y la falta de cumplimiento de normas básicas están generando problemas relevantes en Sucre y otras ciudades del país, según Miguel Ángel Aranda, miembro del Colectivo Urbano y representante del Colegio de Arquitectos de Chuquisaca.

“Las ciudades se han desorganizado completamente, hay demasiada improvisación desde las autoridades, desde los municipios. No hay organización completa de lo que significaría un buen crecimiento urbano”, afirmó.

Aranda enfatizó que los problemas urbanos más críticos incluyen la gestión deficiente de residuos sólidos, el transporte caótico y los loteamientos ilegales. Estos últimos, según el arquitecto, no solo fragmentan las ciudades, sino que también generan inequidades sociales al convertir el suelo en un recurso inmobiliario explotado sin control.

Una de las preocupaciones centrales es el déficit de áreas verdes. En Sucre, los ciudadanos disponen de un promedio de apenas cinco metros cuadrados de espacio verde por habitante, lo que provoca desequilibrios ambientales y afecta la calidad de vida. “Ese déficit de áreas verdes genera un desequilibrio ambiental, hay más calor, menos lluvia y una situación de salud complicada, incluso afecta la salud mental de los ciudadanos”, explicó Aranda.

Para enfrentar estos desafíos, el arquitecto destacó la importancia de trabajar con los propios habitantes de los barrios, particularmente en las zonas alejadas de la mancha urbana. Propuso medidas como la reforestación, la planificación anticipada de espacios públicos y la recuperación legal de áreas abandonadas. “La mejora de barrios es un buen camino, y para eso hay que trabajar con los propios habitantes sin esperar que las autoridades intervengan mayormente”, señaló.

El Colectivo Urbano también promueve un cambio de mentalidad en los ciudadanos, incentivando la educación urbana y la defensa de sus derechos para garantizar un desarrollo más equilibrado y sostenible en las ciudades. “Necesitamos trabajar con conciencia acerca de la recuperación del valor del ciudadano y hacer conocer que tenemos derechos ciudadanos, así como las ciudades tienen derechos también”, enfatizó Aranda.

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