Trabajadoras de aseo Urbano de la empresa Trebol de El Alto en protesta frente al Ministerio de Trabajo. Foto: Sumando Voces
En un acto de valentía, más de medio centenar de trabajadoras de aseo urbano de El Alto se animaron a salir a las calles y llegaron hasta el Ministerio de Trabajo de la ciudad de La Paz para denunciar violencia física, psicológica, castigos laborales, además del impago de salarios y beneficios sociales.
Las personas que participaron en la protesta aseguran que son alrededor de 1.200 trabajadoras y trabajadores de aseo urbano de la empresa Trebol que están en situación de vulnerabilidad frente a estos abusos cometidos por supervisores y coordinadores.
«Estamos frente al Ministerio de Trabajo para que escuchen nuestros reclamos (respecto a) nuestros salarios y descuentos de la empresa que no nos está pagando. También queremos el cambio de los coordinadores y supervisores que tanto nos abusan y nos maltratan día a día, necesitamos gente profesional que maneje a los trabajadores de la empresa Trebol», dijo la trabajadora Margarita Bautista.
En muchos casos, se les adeuda hasta tres meses de salario. Tampoco recibieron el pago del retroactivo de este año. «Nos han descontado nuestros salarios, por eso estamos aquí. El Ministerio de Trabajo no nos ayuda», reclama Antonio Perca, una mujer de la tercera edad, quien sufrió violencia por parte del supervisor del Distrito 1 de la empresa Trebol y, a pesar de que interpuso una denuncia en el Ministerio de Trabajo, hasta la fecha, no resolvieron su caso, y el presunto victimario continúa en funciones.
Las trabajadoras denuncian que son víctimas de amenazas, y discriminación por su edad y por el simple hecho de ser mujeres. Aseguran que a muchas las despidieron sin pagarles beneficios laborales como quinquenios, vacaciones, desahucio, etc. Y a quienes se rehúsan a dejar sus fuentes laborales les imponen castigos.
«No me ha dado ni guantes, ni escoba, ni nada, durante 4 meses, y así estuve aguantando, pero su rabia (del supervisor) habrá sido harto de lo que no me he ido, que me ha jaloneado, me ha querido botar. Me he ido a quejar en cuarentena al Ministerio de Trabajo y ellos (los supervisores) no hacen caso, en nuestras caras se ríen (…) La justicia no ha llegado para mí», lamenta Antonia.
Las personas que se animaron a marchar y protestar frente a estos abusos son trabajadoras de base, pues aseguran que sus dirigentes del sindicato «se vendieron» ante la empresa Trebol y ahora no las apoyan en nada, permitiendo todo tipo de abusos.
Las trabajadoras anunciaron que no cesarán en su lucha y advierten con iniciar una huelga de hambre.
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