Daniela Leytón Michovich
La gobernanza de la crisis es la habilidad para tomar decisiones en contextos de alta incertidumbre y presión. Se trata de una tarea que demanda además la agilidad para administrar recursos de la forma más eficiente posible. Este tipo de gestión está lejos de las torpezas, atropellos y vulneraciones a las que la mediocridad e inoperancia del MAS nos ha sometido en sus múltiples y parasitarias administraciones.
¿Qué tipo de políticas o análisis puede ofrecer un aparato gubernamental corrupto, mediocre y tramposo? ¿Cómo pueden gestionar la crisis si ni siquiera tienen la habilidad de leer el contexto? ¿Si su narrativa se quedó oxidada en los años 60 y en repetir como la gran novedad y sin vergüenza modelos económicos de desarrollo que ya mostraron ser un fracaso en el siglo pasado?
La gobernanza de la crisis requiere observar el lugar en el que estamos con relación a los Estados en el resto del mundo, comprender la lógica que reza que los países no tienen amigos, tienen intereses. No en dar discursos chicatos de supuesta soberanía, cuando la dignidad de la nación ya fue empeñada a los chinos y los rusos mediante dádivas baratas a clanes familiares, que dicho sea de paso deberían ser investigados y enjuiciados por daños lesivos al Estado.
La gobernanza de la crisis implica contar con un ensamble institucional con funciones claras y capacidad de acción coordinada. Necesita además memoria institucional y un cúmulo de aprendizajes que permitan prever la mayor cantidad de errores posibles. Requiere una evaluación de los impactos a corto, mediano y largo plazo, así como las medidas de atención en cada caso.
La gobernanza de la crisis, requiere de capacidad institucional y no de movimientos clientelares movilizados, de cortesanas mediáticas dispuestas a crear una narrativa comunicacional infame y nauseabunda, del tío, hijo, cuñada, amante o sobrino en la administración y gerencia de lo público. Requiere de algo que el MAS hace mucho tiempo demostró que no puede ofrecer: ética, trabajo, planificación y responsabilidad.
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Daniela Leytón Michovich es psicóloga política y cientista social (El gato de Schrödinger)
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