Carolina Méndez Valencia
Casi todos mis textos previos tuvieron relación con la crisis medioambiental y en particular la problemática del humo que afectó a las principales ciudades del país. Hoy mientras escribo esto, hay un cielo nublado y unas tímidas gotas que caen cada cierto tiempo. La semana en Santa Cruz de la Sierra estuvo marcada por uno que otro chubasco y por fin pudimos volver a ver el cielo azul el pasado miércoles. Sé que aún no hemos vencido todos los síntomas y que estamos lejos de solucionar la enfermedad pero la lluvia nos da esperanza con dar la vuelta a la página.
Pese a que anhelo dirigirme a otro tema, no puedo pasar por alto la cuestionable campaña gubernamental que extrema esfuerzos para asegurar que hubo una respuesta inmediata ante los incendios en el país. No puedo dejarla pasar porque no sólo se trata de una descarnada mentira sino también de la muestra de la puesta en marcha de toda la maquinaria para instalar narrativas que tiene el gobierno.
Esta semana hemos sido bombardeados por videos y fotografías en distintas redes sociales y canales de televisión con el mensaje de que el gobierno y los ministerios tuvieron una respuesta oportuna ante la crisis por incendios y sequías. Las cuentas oficiales se han esmerado en impulsar el hashtag #RespuestaInmediata replicando contenido que asegura un excelente desempeño. Lo paradójico es que cuando se impulsó y amplificó con mayor fuerza esa campaña ya habían pasado los peores días de humo en las ciudades y se habían aniquilado más de tres millones de hectáreas, según datos de la Autoridad de Bosques y Tierras.
Una búsqueda avanzada en X (antes Twitter) revela que el hashtag #RespuestaInmediata se viene usando desde hace meses para las emergencias climáticas como sequías y desbordes. Ahora ha cobrado protagonismo en medio de incendios pero sin duda ha quedado desfasado porque si resulta que es verdad que hubo “respuesta inmediata” como dice el gobierno, ciertamente podemos decir que inmediata no es sinónimo de adecuada. La prueba contundente son los incendios incontrolables, las comunidades desplazadas, los animales perdidos y los bosques arrasados.
¿Cuánto ha gastado y seguirá gastando el gobierno para instalar la idea de que todo está controlado?, ¿realmente necesitamos que salga a decirnos por Youtube que se ha respondido adecuadamente y que no hay focos de incendios activos?
Aunque lastimosamente la información de gastos no está pública, merece que se fiscalice porque va más allá de la estructura formal de comunicación. Una búsqueda rápida en la biblioteca de anuncios de Facebook revela una campaña pagada encargada a la agencia de marketing “Coordenada Digital” que publicita mediante las páginas “Pueblo Digno”, “Tierra Digna”, “Coordenada Digital” y “Grande mi Oruro”.
La agencia revela en su sitio web que se encarga del marketing político estratégico acorde a la necesidad del cliente. Una revisión al descargo de Facebook dio cuenta de que esta empresa pagó a la red social más de 3mil bolivianos en sólo 8 días para impulsar mensajes a favor del presidente Luis Arce y afirmando triunfalismo en la lucha ambiental gubernamental, todos los posts patrocinados estuvieron bajo el hashtag #luchobicentenario.
El 16 de noviembre por ejemplo se publicitó el post “Hermano Lucho Arce resaltamos los esfuerzos, los recursos para combatir los incendios y atender a nuestras familias damnificadas. #luchobicentenario #LuchoArce #Bolivia #PuebloDigno
¿Cuántas otras empresas de marketing están detrás de esta cruzada de instalar el discurso de que la crisis siempre fue adecuadamente atendida?, ¿cuántas están a su vez pavimentando el camino por el que Luis Arce piensa buscar la presidencia el 2025?, ¿cuánto de dinero público hay en juego?
Aunque nos quedamos con todas esas dudas, hay una intuición que podemos permitirnos: si hay que salir a decir que hubo una respuesta inmediata y que todo está controlado, es porque lo que ocurre es justamente lo contrario.
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Carolina Méndez es periodista.
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