Aguas ácidas de mina. Foto: Radio Pío XII
Con información de RADIO PIO XII
Entre 3 mil a 4 mil regantes de Macha y Pocoata esperaban que el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, el ministro de Minería Alejandro Santos cumpla su promesa de “curar el río enfermo” de la región, que está contaminado con aguas ácidas de mina. Sin embargo, ese compromiso sólo quedó en palabras, pues hasta la fecha no se firmó el acuerdo entre las instituciones del Estado para terminar la construcción de una planta de tratamiento de aguas ácidas en Colquechaca, al norte de Potosí.
“Doy mi palabra, vamos a realizar esa obra”, aseguró hace una semana el Ministro de Minería. Hoy, los regantes muestran su molestia ante el incumplimiento: No sabemos si creer o no en estos compromisos”, dijo el representante de los regantes campesinos, Felipe Guzmán.
La planta de tratamiento de aguas ácidas, también conocida por los campesinos como “el hospital del río”, tiene un avance del 70% a 80% en su construcción. Está ubicada en Colquechaca y se ejecutó con aporte de la Alcaldía de esa zona y de la cooperativa minera Colquechaca, con el objetivo de “curar el gran río que atraviesa Macha y Pocoata”, según los regantes.
El afluente tiene una contaminación que llega a 3, 4, y 5 grados de acidez, es decir, no es apto para el riego y menos para el consumo humano. Debido a ese problema, la producción de haba, cebolla, zapallo y papa ha disminuido.
El problema data desde hace 30 años, los afectados se movilizan desde hace 12 años, y desde hace 4 años hay promesas del Gobierno de una supuesta solución al problema.
Existe una ley departamental en Potosí que dice que se debe priorizar la “curación de aguas ácidas en distritos mineros”, pero no se cumple -dijo Guzmán-, además, hay por lo menos tres documentos de compromiso firmados por la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), la Gobernación de Potosí y los Ministerios del ramo, asegurando que concluirán el proyecto.
Los campesinos advirtieron con iniciar una gran movilización que incluye bloqueo indefinido de carreteras, marchas a los municipios, a la capital potosina y a la sede de Gobierno, además de toma de instituciones para hacerse escuchar en su lucha en defensa del río y de sus vidas.
Petición
El acuerdo intergubernativo debe indicar que la Gobernación de Potosí debe desembolsar dos millones de bolivianos, y el Ministerio de Medio Ambiente, usando ese dinero, debe concluir la construcción de la planta de tratamiento de aguas ácidas en Colquechaca.
Los dos compromisos iniciales firmados por las autoridades indicaban que Comibol debía terminar la obra, que está en un 80% de avance, para luego procesar las aguas del río que recibe caudales de la mina Gallofa de Colquechaca y tiene acidez de niveles 3 y 4, no aptas para el riego ni consumo humano.
Uno de los puntos del nuevo compromiso dice que el Viceministerio de Inversión Pública se compromete a avalar la transferencia de los dineros de la Gobernación para que el Ministerio de Medio Ambiente inicie los trabajos de conclusión de la planta.
Los regantes afectados exigen que se cumpla dichos acuerdos y que se dé una solución definitiva a este problema arrastrado desde hace tres décadas.
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