La Gran Asamblea de Corregidores del Consejo Regional Tsimane Mosetén del Pilón Lajas eligió a Magalí Tipuni como su presidenta. Foto: Fundación Solón
Daniela Vidal/ Fundación Solón
El pasado 29 y 30 de agosto en la localidad de Rurrenabaque tuvo lugar la Gran Asamblea de Corregidores del Consejo Regional Tsimane Mosetén del Pilón Lajas (CRTM-PL) que concluyó eligiendo como presidenta de su directorio a Magalí Tipuni.
En la Reserva de la Biósfera y TCO Pilón Lajas, que tiene el doble estatus de área protegida nacional y territorio indígena, existen 23 comunidades indígenas de los pueblos Tsimane (11) Mosetén (9) y Tacana (4). Estas comunidades se ubican entre la carretera Rurrenabaque – Yucumo, y sobre el río Beni y el río Quiquibey.
En la elección del CRTM-PL realizada hace tres años atrás Magalí Tipuni fue elegida como vicepresidenta del directorio. Para Magali fue su primera experiencia en un puesto de tanta responsabilidad. Durante los tres años de gestión, el saliente directorio cosechó diferentes logros a favor del territorio, siempre sobrepasado por las múltiples necesidades de las comunidades que en muchos casos carecen de los servicios más elementales como agua, salud y educación.
El pasado viernes 30 de agosto, el saliente directorio del CRTM-PL brindó el informe de su gestión que fue bien recibido por las autoridades comunales. Una de las determinaciones de este magno espacio fue que, en adelante, ninguna persona que haya ocupado cargos dentro del CRTM-PL y haya atentado contra el patrimonio de todos pueda volver a ocupar un cargo como autoridad o técnico en la organización.
Cuando llegó el momento de la elección, las delegaciones de las 22 comunidades presentes eligieron a tres candidatos para los tres primeros cargos de la organización. La votación dio como resultado a doña Magalí Tipuni del pueblo Tacana como nueva presidenta, seguida de don Hermindo Vie del pueblo Mosetén como vicepresidente y don Nicolás Cuata del pueblo Tsimane como secretario de tierra y territorio. El resto del directorio fue elegido por aclamación, dando como resultado la ratificación de don Clemente Caimani del pueblo Mosetén en la secretaria de educación, y la elección de don Einar Tayo del pueblo Tsimane en la secretaría de salud, y de doña Madelín Guzmán del pueblo Mosetén en la secretaría de género.
Con esta elección las comunidades del Pilón Lajas marcan un hito entre los pueblos indígenas del Norte de La Paz, pues doña Magalí Tipuni se constituye en la primera mujer en estar al frente de la dirección de un territorio indígena. A esto se debe sumar que, a inicios de junio, en este mismo territorio, se determinó refundar la Organización de Mujeres Indígenas del Pilón Lajas (OMI-PL) formada en 2011 pero que no logró tener continuidad. Hoy la rearticulación de las mujeres del territorio recae sobre la también nueva presidenta de la OMI-PL, doña Martha Guardia.
En lo inmediato, el reto del nuevo directorio del CRTM-PL a la cabeza de doña Magalí es lograr una dinámica de trabajo unido y coordinado entre el CRTM-PL, la OMI-PL y la dirección y equipo de guardaparques de la Reserva de la Biósfera y TCO Pilón Lajas que son las instancias de co-gobierno del Pilón Lajas. Además, el nuevo directorio del CRTM-PL deberá velar por la inserción de las demandas de sus comunidades en los POA’s municipales, tarea no muy sencilla considerando que el Pilón Lajas abarca cuatro municipios: Rurrenabaque y San Borja en el Beni, y Palos Blancos y Apolo en el departamento de La Paz.
Previniendo los incendios
El fuego que hoy azota al país asecha al norte de La Paz, que en 2023 sufrió como nunca antes los incendios que llegaron hasta el Madidi y Pilón Lajas. Frente al peligro de que esa situación se repita, las comunidades del Pilón Lajas suscribieron en junio de este año un acta donde se comprometieron a no quemar durante los meses de seca. Este documento fue ratificado y complementado en la Gran Asamblea del 29 y 30 de agosto a través de la Resolución 08/2024. La determinación no fue fácil para los corregidores de las comunidades, ya que implica cambiar prácticas colectivas aprendidas y transmitidas por generaciones respecto a cómo producir sus alimentos; sin embargo, la experiencia del año pasado y los impactos de los que no logran reponerse, los llevaron a tomar la decisión de proteger su territorio del fuego.
Ahora queda que las comunidades no se queden solas en esta determinación y que todos los actores institucionales y sociales competentes de la región unifiquen esfuerzos en la lucha para evitar los incendios.
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