Inversión responsable

Opinión

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Rodolfo Huallpa

Si te interesa la sostenibilidad medioambiental; si reciclas tus residuos y aspiras a vivir en un mundo más justo, en el que no haya personas marginadas de la educación, enfermos que no logran acceder a medios para curarse; si te duele el corazón ver como madres se crucifican para lograr atención para sus niños que padecen cáncer; con seguridad eres una persona que cree en la responsabilidad social que se debe tener a la hora de decidir invertir recursos públicos en diferentes obras públicas.

«Inversión responsable” es un concepto contrario al de “elefantes blancos”, expresión que hace referencia a obras públicas que tienen un costo de manutención mayor que los beneficios que aportan, o a aquellas que tienen un impacto negativo debido a que han sido abandonadas o están  inconclusas,  no son utilizadas o su uso es diferente para aquel que fueron creadas.

Tradicionalmente en la cultura hindú, los elefantes albinos son símbolo de poder y prestigio. Cuenta la historia que antiguamente los reyes acostumbraban regalar elefantes blancos a los cortesanos que les disgustaban, con el fin de arruinarlos por su dificultad de mantenimiento, gran tamaño y altos costos que supone alimentarlos.

Esta semana, en la que la red de emisoras de radios ACLO e IRFA, trata el tema de las obras públicas denominadas “elefantes blancos”, que ya son tantas en el país que se ha elaborado hasta un abecedario de las mismas, o se ofrece, la posibilidad de hacer un tour por este tipo de obras, se hace más que necesario hablar de conceptos contrarios, para alentar los valores morales, sociales de ética, transparencia y responsabilidad que se requieren para evitar inversiones de grandeza, soberbia y poder, que no hagan más que generar problemas para quienes reciben enormes y costosas obras, que tienen sobreprecios, no son rentables, están localizadas en lugares incorrectos, no se encuentran operando, se dice que son “internacionales” cuando no lo son, no tienen aprovisionamiento de energía económica, no son competitivas y atentan irresponsablemente a la sostenibilidad ambiental.

Si las inversiones públicas, independientemente de su tamaño, no contribuyen a solucionar de manera sostenible problemas de pobreza, desigualdad, marginación, educación, empleo o salud, a la larga generan más problemas y matan más ilusiones que el delirio que genera en el momento, recibir como regalo un magnífico e inútil “elefante blanco”.

Por Roxana Dulón Gonzáles

Directora Fundación ACLO regional Chuquisaca

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