Excentricidades del centralismo

Opinión

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Sumando Voces

Enrique Torrejón

Unos días después de que Evo Morales renunciara a la presidencia de Bolivia, volví a encontrarme con don Carlos, con quien celebro tertulias desde hace mucho para preguntarle su opinión sobre los acontecimientos que se suscitan en el país. Siempre que lo escucho me parece que él ve las cosas de una manera que, además de informar, permite recorrer la historia como no la cuentan los libros en la escuela, ni los medios de comunicación.

— Si seguimos así voy a tener que cobrarte por trabajar de corresponsal— empezó con aire distendido mi viejo amigo ex minero, ex revolucionario y últimamente pensando en convertirse (como él mismo dice) en un excéntrico — Ha decidido cambiar de zona, quiere dejar el centro de la ciudad donde se suscitan todos los actos de protesta, manifestaciones con explosiones de petardos de dinamita, bloqueo de calles con agresiones a transeúntes, cargas policiales con gases y atropello descarado e irresponsable, bullicio de bocinas y ronquidos de motores viejos que se caen a pedazos junto al humo que expiden, voces chillonas de mercachifles que venden desde llauchas hasta lo inimaginable.

—Así que hijo, me voy a un barrio a las afueras, sé que por allí voy a sufrir de algunas incomodidades, no llega el transporte urbano (sin trameaje digo), calles sin terminar, servicios básicos a medias…, pero creo que estaré un poco más tranquilo. Ojalá no llegue la señal de la tele, así no voy a tener que tragarme las telenovelas que mi mujer me obliga a ver y tampoco los telediarios que son verdaderos panfletos a favor o en contra (depende de quien pague las cuentas)—

Mi amigo no pierde el buen humor, aunque sería engañoso pensar que se toma a chiste lo que está pasando en Bolivia. Sé que en medio de la ironía con la que me contaba sobre su decisión de trasladar su domicilio, está describiendo claramente la situación en la que vive una gran mayoría de la gente.

Don Carlos se mostró preocupado por los movimientos regionalistas que, —a mi juicio estimado, aunque pertinente, la queja contra el centralismo recurrente y poco propicio en el país, a mí me suena que se pretende justificar uso y abuso de explotación de recursos que poco o nada benefician a la población en general, ya sabes que durante toda la historia de Bolivia el regionalismo ha sido marcado por el trato preferencial a regiones del “eje”. En este escenario, las actuaciones de empresarios y políticos son determinantes en la irrupción de rencillas irreconciliables entre la gente de las diferentes regiones, acentuando viejos discursos racistas y peligrosamente nacionalistas—

—Ya sabes hijo, esta es una estrategia de los que llevan en el poder (y no solo hablo de los del gobierno) que no quieren soltar la mamadera, y que utilizan para poner a la gente en una incertidumbre y un “no saber para donde ir”, así es como se aprovechan de la situación para dejar las cosas como siempre. Es que no tienen ni un pelo de tontos, ya te decía la otra vez que no dejarían tan fácilmente que se les patee el trasero…—

Don Carlos resumía esto con su ya habitual ironía —como los romanos hijo— me decía —pan y circo para tener tranquilo al pueblo, estos cojudos nos quieren callar con fútbol y las ferias del plato bandera, pero ya ves, el futbol ni pa adelante ni pa atrás, y la comida cada vez más con sabor a pollo transgénico…—

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Enriqe Torrejón es aprendiz de escribidor.

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