Amparo Carvajal recibe el premio de manos del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. Foto: Captura de la transmisión del Departamento de Estado
Ocho personas que defienden los derechos humanos en diferentes puntos del mundo fueron premiadas por el departamento de estado de Estados Unidos, en ocasión de celebrarse un aniversario más de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, este 10 de diciembre.
Entre los premiados estaba una pequeña mujer de 85 años de edad sentada en su silla de ruedas. Es doña Amparo Carvajal, presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), quien recibió el galardón de manos del secretario de Estado, Antony Blinken, quien tuvo que arrodillarse para alcanzar a darle un beso a la galardonada.
“Me parece que no he hecho nada especial, nada más con cumplir… como me dijo un amigo asesinado… El callar es lo mismo que mentir, hay que gritar la verdad, que se busca y se encuentra”, dijo Carvajal en una entrevista con La Voz de América, haciendo referencia a la célebre frase de Luis Espinal Camps, un sacerdote jesuita asesinado por los paramilitares de régimen de Luis García Meza.
“Carvajal lleva más de medio siglo luchando por los derechos humanos en Bolivia. A lo largo de las décadas, ha asumido innumerables causas, desde los casos individuales de personas torturadas y desaparecidas hasta la defensa de los derechos de las comunidades indígenas”, dijo Blinken, en la ceremonia de premiación.
Carvajal dedicó toda su vida a la defensa de los derechos humanos, sin importar el signo político de las víctimas, tal es así que en épocas dictatoriales sus defendidos eran hombres y mujeres de izquierda, muchos de los cuales luego llegaron al poder y se convirtieron en sus principales críticos. Y ahora, entre sus protegidos figuran los líderes de la oposición que permanecen presos o perseguidos por los sucesos de 2019.
“Todos tenemos derecho a buscar, a encontrar un sitio… Yo no vine por dinero, yo vine para trabajar en favor de la educación, la salud, la justicia. Quisiera gritar, reclamar el derecho de todos de vivir en armonía, en coordinación, respetándonos unos a los otros”, agregó Carvajal.
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