Carlos Derpic
Carnaval, la fiesta que derrotó al Decreto Ley 10950 que en 1974 puso en vigencia la dictadura de Hugo Banzer suprimiendo los feriados del lunes y martes de carnaval, ha traído este 2025 varias noticias de todo tipo.
Desgraciadamente, se han producido varios accidentes de tránsito, que han segado la vida de 70 personas (hasta el momento en que se escribe esta columna) y dejado decenas de heridos. Las carreteras Oruro – Uyuni, Potosí – Oruro, Oruro – Pisiga, Sucre – Tarija y Sucre – Potosí, han sido escenario de choques y embarracamientos de buses y vehículos más pequeños. En la mayoría de los casos, el alcohol ha sido elemento fundamental de las desgracias ocurridas. Tal parece que Momo ha sido desplazado por Baco, Dioniso, Sileno, Liber Pater, Ninkasi, Siris, Neftis y Tenenet; o los ha absorbido a todos ellos y a otros más.
¿La Policía? Muy bien, gracias. Varios de sus miembros, cuidando que la anciana Amparo Carvajal no entre a sus oficinas en la avenida 6 de agosto de La Paz; y ocupada en tareas similares. Sólo en ciertas ocasiones los uniformados de verde olivo salen a las calles, como cuando sufren un súbito ataque de “espíritu navideño” y se lanzan a la obtención de dinero “para el jefe” (o los jefes).
En el orden internacional, no a causa del alcohol (¿O tal vez sí?) pero sí durante los días carnavaleros, el mundo ha observado la celada y humillación que tres matones (Trump, Vance [que dicen que es peor] y Rubio tendieron y ejecutaron en contra del Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania. ¡El mundo no sabía que Vladimir Putin y Donald Trump S.A.L. (se aman locamente)! Ahora lo sabe, lo vio, lo comprobó.
Felizmente, la reacción que el atropello provocó no se hizo esperar. En Vermont, la gente impidió que el matón Vance y su familia pudieran vacacionar el fin de semana y en varios lugares de Estados Unidos se produjeron protestas en las tiendas de Tesla, de propiedad del sudafricano-canadiense Elon Musk, que entra a la Casa Blanca y al salón oval con su gorra de béisbol y con sus hijos como Juan a su casa, sin que nadie le reclame por su vestimenta, como sí hicieron con Zelenski.
Lech Walessa, el histórico sindicalista polaco, figura fundamental para la caída del socialismo realmente existente el siglo pasado, junto con 80 ex presos políticos del oprobioso régimen soviético (del cual formó parte Putin), dirigió una carta a Trump señalando que el trato que dispensó a Zelensky le llenó de horror, porque la atmósfera en la Oficina Oval durante esa conversación les recordó a los interrogatorios del Servicio de Seguridad y de las salas de debate en los tribunales comunistas. “Fiscales y jueces a instancias de la todopoderosa policía política comunista también nos explicaron que ellos tienen todas las cartas y nosotros ninguna. Nos exigieron que detengamos nuestro negocio, argumentando que miles de personas inocentes sufren por nuestra culpa. Nos privaron de nuestras libertades y derechos civiles porque nos negamos a cooperar con el gobierno. Estamos sorprendidos de que el Sr. Presidente Volodymyr Zelenski haya sido tratado de la misma manera”, dice la carta.
Durante la premiación de los Oscar, Robert de Niro le dedicó un piropo al presidente zanahoria, lo que le valió que varios internautas le adjudiquen el mote de “comunista”, algo así como si en Bolivia le dijeran a alguien “pursista” (por el PURS, que murió hace décadas).
En el mismo evento, el premio al mejor documental lo ganó uno producido por el palestino Basel Adra y el israelí Yuval Abraham: No Other Land (ninguna otra tierra), que es el retrato de una aldea de Cisjordania bajo ocupación militar israelí. Al recibir la estatuilla, el activista palestino, con la voz entrecortada, denunció la violencia y el despojo que sufre su pueblo. “Pedimos al mundo que tome acciones serias para detener la injusticia y detener la limpieza étnica del pueblo palestino”, dijo, esperanzado en que su hija, que nació hace poco, no tenga que vivir lo que él. Por su parte, el periodista de investigación israelí que codirigió el documental afirmó: «cuando veo a Basel, veo a mi hermano. Pero, no somos iguales. Vivimos en un régimen en el que yo tengo libertad, derechos civiles, mientras que los palestinos están bajo la ley militar que les destrozó su vida y no pueden controlar. Hay un camino diferente, soluciones políticas”. Palestinos e israelíes, juntos.
Durante la apertura de sesiones de la Asamblea Legislativa que encabezó el presidente Milei en Argentina el pasado sábado, la transmisión oficial “borró” a la vicepresidente Villarruel y el asesor presidencial Santiago Caputo, acompañado de su guardaespaldas (“patovica”) “patoteó” al diputado radical Facundo Manes que reclamaba por la designación a dedo que hizo el presidente de jueces de la Corte.
Como la salud del papa Francisco continúa deteriorada y deteriorándose, no faltaron los que, ya antes de carnaval, agazapados como lobos hambrientos a la espera de su muerte, salieron a compararlo con su antecesor san Juan Pablo II (¡Llamativo olvido de Benedicto XVI!). No faltó uno que pontificó sobre la encíclica Centesimus Annus de este último, diciendo verdades a medias que intentaremos aclarar en una próxima oportunidad.
Para el final: Murió Boris Spassky, el formidable ex campeón mundial de ajedrez soviético. Su match con el norteamericano Robert Fischer en 1972, atrajo la atención mundial y la victoria de este último alegró a muchos y entristeció a algunos. ¡Era la época de la “Guerra fría”! En 1992 volvieron a enfrentarse en la ex Yugoslavia y, más que el segundo triunfo de Fischer, que murió al borde de la locura (o ya en ella) en 2008, de ese match no oficial la gente recuerda el gesto de Fischer, cuando un periodista le recordó que el gobierno norteamericano le había enviado una carta haciéndole saber que ningún norteamericano podía tener relación alguna con el país anfitrión y le preguntó cuál era su respuesta. Irreverente como era, Fischer sacó la carta que tenía guardada en su bolsillo, la abrió y dijo “Esta es mi respuesta”, y la escupió, sonora y solemnemente.
En fin, este año el carnaval trajo noticias de todo tipo. Hoy comienza la Cuaresma, que el mundo católico celebra con esperanza.
Deseamos que el carnaval termine, aunque en el mundo y en la Bolivia de hoy, todo es posible.
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Carlos Derpic es abogado
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