Representantes de la sociedad civil de Venezuela, Nicaragua y Bolivia coincidieron que la influencia del gobierno de Nicolás Maduro en la región, en materia de vulneración de derechos humanos, es innegable y, precisaron que la pugna no es entre izquierda y derecha como afirman quienes lo respaldan, sino únicamente entre autoritarismo y democracia.
Deborah Van Berkel, activista social y defensora de derechos humanos de Venezuela; Oscar René Vargas, sociólogo exiliado de Nicaragua; y Gisela Derpic, abogada y autora del libro “Cuba, no hay derecho”, coincidieron con esa posición en el programa Sumando Voces en directo, que se emitió este jueves, luego de que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela diera como ganador de las elecciones generales a Nicolás Maduro, en medio de fuertes denuncias de fraude lanzadas por la OEA y la oposición.
“Este mundo ya no se divide o ya no muestra un conflicto entre capitalismo y socialismo, entre derecha e izquierda como el siglo XX (…) tendríamos que hacer un esfuerzo por entender que estamos sufriendo las consecuencias de un mundo en el cual está enfrentada la democracia con el totalitarismo, cuya arremetida ha quedado en evidencia en esa votación en la Organización de Estados Americanos (OEA)”, señaló Gisela Derpic, en referencia al fracaso de la OEA en su intento de aprobar una resolución que exija al gobierno de Maduro que muestre las actas y que respete los derechos humanos.
“Nosotros estamos enfrentando una gran batalla global entre autoritarismo y democracia, estamos siendo peones de esa pelea”, coincidió Van Berkel, quien puso también el ejemplo de la OEA, donde se confrontan estas dos fuerzas internacionales.
Oscar René Vargas añadió que “quieren mantener la división entre derecha e izquierda cuando el problema es entre democracia y dictadura”, por lo que se congratuló que el movimiento político social esté unido alrededor de María Corina Machado en Venezuela.
Y, si bien la receta del difunto Hugo Chávez se extendió por diferentes países, la madre del cordero, en palabras de Derpic, se encuentra en Cuba. “Yo estoy convencida de que la madre del cordero en el caso de Hispanoamérica se llama dictadura militar cubana, de ahí vienen esos hilos”, señala la especialista. Incluso, dice ella, este “asunto geopolítico” abarca a los intereses rusos y chinos, frente a una sociedad occidental que se ha quedado sin liderazgo.
La influencia chavista
Van Berkel considera que “el proyecto del socialismo del siglo XXI, desde un inicio fue un proyecto de exportación y Venezuela usó el petróleo como una herramienta para captar voluntades en otros países”
En su criterio, “lo que han hecho estos países es copiar las prácticas de dominación al pueblo y por eso hacen cosas muy similares, como se plantean en Nicaragua, como se han planteado en algunos aspectos en Bolivia, como se han planteado en otros países”.
Citando una entrevista de Felix Santos, Derpic indicó que en abril, cuando un grupo de dirigentes bolivianos acudió a una reunión del ALBA, los asistentes de diversos países habrían recibido como inducción discursos de Hugo Chávez y Fidel Castro, al término de los cuales, el presidente Nicolás Maduro les habría increpado: “¿cuándo van a decidirse ustedes también los bolivianos a liberarse como se ha liberado Venezuela y Nicaragua?”.
Por eso, para los participantes es importante que se respeten los resultados electorales que, según las actas presentadas por la oposición, benefician al candidato Edmundo Gonzalez.
“Creo que hay un efecto importante para Nicaragua. Si la dictadura de maduro logra sobrevivir a esta crisis evidentemente que tiene un efecto negativo en la posibilidad de que en Nicaragua también se presente una alternativa a la dictadura Ortega-Murillo”, expresó Vargas, quien fue exiliado el 2023, junto a más de 200 presos, que fueron puestos en un avión y enviados a EEUU, mientras el régimen de Ortega les confiscaba sus bienes y les quitaba su nacionalidad. Vargas luego regresó a Latinoamérica y se instaló en Costa Rica.
Van Berkel relató las graves violaciones a los derechos humanos durante esta etapa poselectoral por parte del régimen de Maduro, que ya se ha cobrado la vida de unas 17 personas y ha detenido a unos 700 ciudadanos.
Vargas dijo que esa situación descrita por Van Berkel se viene dando de manera sistemática en Nicaragua desde las protestas de 2018.
Y, en el caso de Bolivia, Derpic relató que va por el mismo camino, porque hay 278 presos políticos y existen muertes “no esclarecidas”, como las ocurridas en la masacre del Porvenir o en el hotel de Las Américas. También citó el caso de tortura y muerte del exdirector del Fondo Indígena, Marco Aramayo.
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