El ministro saliente y el entrante de medio ambiente y agua se encontraron en el traspaso del despacho. Oscar Mario Justiniano, el nuevo ministro, anunció la participación de Bolivia en la COP30. Foto: MMAYA
Tras tres días de silencio oficial, el Gobierno definió su postura ante la cumbre climática de la ONU. Bolivia acudirá a la COP30 con un discurso de apertura internacional y compromiso con la sostenibilidad, dejando atrás la política de aislamiento de años anteriores, según informó el nuevo ministro de Medio Ambiente y Agua, Óscar MarioJustiniano.
La COP (Conferencia de las Partes) es la reunión anual de los países que integran la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Es el principal foro global donde se negocian acuerdos y políticas para enfrentar la crisis climática. En cada cumbre participan 196 Estados Parte y la Unión Europea, que debaten temas como la transición energética, la financiación climática, la adaptación a los impactos del cambio climático y la protección de ecosistemas estratégicos, como la Amazonía.
Hasta este miércoles —tercer día de la COP30 que se celebra en Belém, Brasil desde el pasado lunes 10 denoviembre— no se conocía oficialmente la postura de Bolivia ni los nombres de quienes representarían al Gobierno en las negociaciones climáticas. Finalmente, el nuevo ministro de Medio Ambiente y Agua, Óscar Justiniano, confirmó que el país sí participará en el evento con una propuesta basada en la economía verde productiva y la apertura internacional.
“Hoy el vicepresidente, y también por lineamientos los cuales ha dado el presidente Rodrigo Paz, tiene como premisa —en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente— la misión clara: ya tenemos que llegar a la COP con una Bolivia distinta, una Bolivia que se apertura al mundo y que se compromete con el mundo a cuidar el medio ambiente y la preservación, pero que económicamente sea productiva”, afirmó Justiniano.
El ministro explicó que esta decisión fue resultado de una reunión sostenida el martes y que ya se encuentra en proceso de ejecución.
“Dios mediante, será el vicepresidente quien dará la noticia respectiva sobre la asistencia a la COP. De parte del Ministerio de Medio Ambiente está el compromiso y las gestiones correspondientes que se han hecho hasta hace unos minutos atrás”, añadió.
La participación boliviana marca un cambio de postura respecto a años anteriores, cuando el país adoptó una posición distante frente a los mecanismos internacionales de acción climática. “Esperamos que el mundo escuche a Bolivia sobre su cambio de postura”, expresó Justiniano.
El ministro insistió en que “nunca más el cumplimiento de la función económica social significará deforestación”, y que tanto las propiedades privadas como las comunidades dejarán de ver el desmonte como una obligación para demostrar productividad.
“El cambio de visión es un compromiso del presidente Rodrigo Paz, un mandato que llevaremos adelante para que la visión del mundo sobre Bolivia sea completamente distinta”, señaló.

Durante la COP30 se abordan temas como la financiación climática, la transición energética, la adaptación al cambio climático y la preservación de la Amazonía. Justiniano destacó que este último tema será central, ya que los principales fondos globales están orientados a la protección de ese ecosistema.
“En esta COP el gran título son los fondos que se han conseguido para la preservación de la Amazonía”, puntualizó.
Asimismo, lamentó que Bolivia haya perdido oportunidades de acceder a recursos internacionales destinados a la acción climática, debido —según dijo— a su postura contraria a los acuerdos globales sobre cambio climático. Mencionó que esos fondos podrían haber superado los 100.000 millones de dólares, aunque no ofreció detalles ni fuentes que respalden esa cifra. “Algunas personas e instancias hicieron todo lo posible para que Bolivia no reciba un peso”, afirmó.
Finalmente, el titular de Medio Ambiente aseguró que este cambio busca revertir la imagen del país como uno de los más afectados por la deforestación e incendios forestales, y posicionarlo como un actor regional en desarrollo sostenible.
“Dejar atrás 20 años en los que fuimos campeones en quemar, deforestar e incendiar. Esa es la misión que nos hemos propuesto”, concluyó.
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