Extracción de litio. Foto: YLB
El Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) advirtió que, a pesar de los anuncios oficiales, Bolivia aún no pueda contar con reservas certificadas de litio, lo que limita la atracción de inversiones y compromete la viabilidad del proyecto de industrialización que tanto pregona.
En su más reciente publicación “Hacia una nueva estrategia boliviana para aprovechar el litio”, el investigador Carlos Arze señala que lo que se maneja hasta el momento son recursos inferidos y no reservas certificadas. Según Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), en 2019 se estimaron 21 millones de toneladas métricas de litio en el Salar de Uyuni; sin embargo, se trata de cálculos preliminares que no cumplen con los estándares internacionales de certificación.
“La falta de información sobre reservas mineras, basada en estándares convencionales y reconocidos internacionalmente, puede llevar a un uso tendencioso y arbitrario por parte de empresas y autoridades de un país”, dice el estudio.
El año 2010, los ejecutivos de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) indicaron que Bolivia tenía una estimación de reservas de 100 millones de toneladas de litio y calcularon ingresos totales potenciales de 2,6 billones de dólares por la producción de 530 millones de toneladas de carbonato de litio. En ese entonces, esa partición del Estado aseguró que alcanzaba para “abastecer al mundo con el consumo actual durante cinco mil años”. Esas cifras nunca fueron reconocidas por organismos internacionales.
“La estrategia nacional está condenada al fracaso si no se cuenta con una base técnica clara y si sólo se usa el dato genérico de los recursos como argumento de justificación política. La certificación de reservas no es sólo un requisito comercial, sino una condición necesaria para definir tecnologías, inversiones y ritmos de producción”, advierte el documento.
Esa falta de certificación de las reservas puso a Bolivia en el mapa del litio con menor seriedad para el mercado internacional. Hasta el 2020, el país siguió figurando en las estadísticas internacionales con recursos de litio de 9 millones de toneladas.
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