De Izq. a Der. Eduardo Rodríguez Veltzé, Kathia Saucedo y Boris Arias.
¿Cuáles son los límites que debería tener el Tribunal Constitucional? El magistrado Boris Arias, el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé y la jurista Kathia Saucedo intercambiaron criterios sobre el tema en el programa Sumando Voces en Directo, donde coincidieron en la necesidad de que este órgano haga respetar los derechos ciudadanos, sin menoscabar los derechos de la sociedad.
Rodríguez Veltzé considera que “es bueno que exista un Tribunal, pero debe tener límites” y “no puede convertirse como una suerte de intendente del cual nadie se escapa” al punto que, a horas de celebrarse una elección, decide si el proceso avanza o se frena.
Saucedo marca una diferencia con Rodríguez Veltzé en sentido de que nadie puede escapar a la justicia constitucional. “De hecho cualquier acto donde se verifiquen violaciones a derechos humanos puede ser perfectamente revisado por la justicia constitucional”, señala.
¿Y las limitaciones? “Las limitaciones del Tribunal Constitucional son precisamente encontrar este justo medio que permita proveer de resguardo a los derechos de los ciudadanos, pero que también permita que ese sistema de contrapesos (entre poderes) funcione”, indica la jurista.
El magistrado Arias, por su parte, considera que debería existir “un equilibrio” entre ambas posturas, aunque reconoce “es más fácil decirlo que hacerlo (…) porque en ciertos casos el Tribunal ha empezado a decidir cosas que tal vez tendrían que ser decididas por la población en su debido momento”.
Pero, también menciona que Bolivia tiene una Constitución demasiado abierta, que da lugar a interpretaciones, lo que ha ido generado “demasiada inseguridad jurídica”.
En diciembre de 2023, los magistrados del TCP se prorrogaron en sus cargos y en 2024 impidieron la realización de elecciones judiciales en algunos departamentos, por lo que decidieron permanecer en sus cargos llenando las acefalías que no fueron cubiertas en los comicios. Este 2025, está emitiendo fallos respecto a las elecciones generales.
Rodríguez Veltzé sostiene que el TCP debe tener autorrestricción y saber convivir con armonía social y en pluralismo jurídico, “no en un secante positivismo donde lo que dice la Constitución, literalmente es lo único que se obedece”.
Incluso recuerda que el 2005 cuando él fue Presidente de la República, se intentó por la vía del Tribunal Constitucional, suspender o postergar las elecciones por un tema de escaños, pero el Tribunal frenó los recursos “porque lo importante era celebrar elecciones y no dar gusto a estas demandas que se multiplicaron”.
Saucedo, en cambio, considera que la esencia de un estado democrático es que los ciudadanos que ejerzan función pública cumplan las decisiones del órgano judicial. Y, cuando se le pregunta si el TSE debería acatar las órdenes del TCP, señala que “sí, que de hecho el Órgano Electoral, el Órgano Legislativo, el mismo Órgano Judicial, tienen la obligación de cumplir las decisiones que adopta el sistema de control constitucional”, aunque reconoce que los magistrados prorrogados están ahí para obedecer a un partido.
De hecho,Saucedo considera que la raíz del problema no está en el diseño del TCP, sino en su cooptación política porque “se incorporan magistrados abiertamente vinculados a la ideología política del MAS y a los intereses del partido de gobierno”.
Arias, por su parte, considera que uno de los problemas es que todo termina en el TCP, lo que complica la administración de los casos. “Estamos resolviendo ocho casos por día” al extremo que al día siguiente son las elecciones y se siguen resolviendo causas sobre el tema.
Convivencia entre prorrogados y elegidos
Sobre cómo es la convivencia entre los magistrados prorrogados y los que fueron elegidos en diciembre, Arias menciona que se aplica la decisión de la mayoría y “como es previsible, en el régimen democrático tenemos visiones distintas también”.
A la jurista Saucedo le preocupa que Arias se refiera a “condiciones igualitarias” entre los magistrados electos constitucionalmente y aquellos que vienen desde una prórroga inconstitucional porque antes había escuchado a los postulantes al TCP afirmar que no se sentarían en una misma mesa con los prorrogados.
Arias replica que la denuncia contra los prorrogados está en la Asamblea Legislativa. “Yo entiendo que hay muchas personas que me manifiestan que tal vez tendría que salir y hacer escándalos y cosas así, pero entiendo que eso no es la función de los jueces”, menciona.
¿Por qué se quedan los prorrogados?
Rodríguez Veltzé y Saucedo coinciden en que los prorrogados se quedaron en sus cargos porque tienen un objetivo que cumplir.
“La permanencia de estos magistrados no es casual ni es un mero capricho, es parte de un propósito político de preservar una mayoría en el Tribunal y ejercer determinados actos jurisdiccionales de interpretación constitucional y cumplimiento en teoría obligatorio para afectar el curso normal del proceso electoral”, señala el expresidente Rodríguez.
Considera que no solo afectaron las elecciones judiciales, sino que lo están haciendo con las elecciones nacionales con salas constitucionales “cuya legalidad es debatible”, pese a que el Órgano Electoral es la autoridad que tiene competencia para resolver temas electorales.
Saucedo coincide que se quedan “porque están respondiendo o van a responder en algún momento a intereses partidarios de quienes los dejaron y los pusieron allí, es tan simple como eso”.
Rodríguez Veltzé, citando la Constitución, indica que “son nulos los actos de quienes usurpen funciones o de quienes más específicamente ejercen jurisdicción que no nace de la ley”.
Necesidad de una reforma
En ese marco, Rodríguez plantea una reforma judicial, que incluye un programa de justicia transicional “que nos permita resolver estas diferencias que hoy se pretenden resolver en las calles o encarcelando con ánimos políticos”.
Arias cree que se necesita una reingeniería en el Órgano Judicial y Saucedo considera que la solución no es eliminar el TCP, como plantean algunos candidatos, porque sería como “eliminar los hospitales porque en algunos se presta mala atención”.
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