La Casa Esperanza, donde viven los jesuitas acusados. Foto: Noé Portugal
La justicia ordenó este jueves la detención domiciliaria y arraigo de los sacerdotes jesuitas Marcos Recolons (81) y Ramón Alaix (83), en el marco del proceso por presunto encubrimiento a los abusos sexuales cometidos por el también sacerdote Alfonso Pedrajas.
Al respecto, la Compañía de Jesús, a la que pertenecen los sacerdotes, señaló que ambos se han puesto en todo momento a disposición de la justicia y que no existe riesgo de fuga porque los acusados tienen más de 80 años.
“No existe ningún riesgo ni posibilidad de fuga y/o obstrucción de la justicia por parte de los sacerdotes Alaix y Recolons, ya que se trata de dos adultos mayores, ambos de más de 80 años, con salud frágil y un largo historial de servicio al país y a la Iglesia Católica”, indica la Compañía mediante un comunicado.
Agrega que “ambos se han puesto en todo momento a disposición de la justicia y han colaborado decididamente en las investigaciones del Ministerio Público, tanto por voluntad propia y representados por sus abogados, como por decisión de la Compañía de Jesús, a la que normativamente pertenecen y en cuya casa La Esperanza de Cochabamba tienen su residencia fija, junto a otros sacerdotes ancianos”.
Pedrajas, que está fallecido, dejó un diario en el que confiesa haber abusado de decenas de niños, sobre todo en el colegio Juan XXII de Cochabamba.
La Compañía de Jesús dice que no adoptará posición sobre las medidas sustitutivas dictadas por la Justicia, pero “reafirma la importancia de priorizar el apoyo a las víctimas de abusos sexuales, sean clericales o de otros ámbitos, ya que ellas y la protección de los niños, niñas y personas vulnerables deberían ser el centro de la atención del Estado, de la sociedad y de las distintas confesiones religiosas”.