La propuesta consiste en utilizar las plantas existentes de girasol, soya y otras para producir ecodiésel y no hacer nuevos cultivos. Foto: Plubliagro
Mientras el Gobierno impulsa la producción de biodiésel, el biólogo e investigador emérito de la UMSA, Roger Carvajal, propone una alternativa científica denominada ecodiésel que, según dice, permitirá producir una gran cantidad de combustible sin deforestar ni una hectárea, a un precio económico y que, a su vez, eliminaría la subvención a los carburantes.
Explicó que, en la actualidad, sólo se utilizan las semillas de las grandes plantaciones de soya, girasol y otros productos, mientras que el resto de la biomasa, compuesta por tallos y hojas, simplemente se queman, provocando contaminación.
La propuesta consiste es utilizar esas plantas para la obtención de ecodiésel a través de un proceso denominado despolimerización catalítica. Para lograrlo se requería la instalación unas 30 máquinas valoradas en 10 millones de dólares, por lo que la inversión total sería de unos 300 millones de dólares.
Sin embargo, el mayor beneficio sería evitar la deforestación de la Amazonía y producir el doble del diésel que actualmente consume Bolivia, a un precio de 0,28 dólares cada litro.
Carvajal planteó esa propuesta en el conversatorio “Insumos para la campaña deforestación cero en la Amazonía”, que se realizó el viernes pasado de forma virtual en el marco de los preparativos del XI Foro Social Panamazónico (FOSPA), una articulación de la sociedad civil que reúne a nueve países y que se realizará entre el 12 y el 15 de junio en Rurrenabaque y Sanbuenaventura.
Del conversatorio también participaron otros expositores que denunciaron la ampliación de la frontera agrícola a costa de la deforestación de la Amazonía, e incluso el uso de las tierras como un instrumento de especulación financiera.
El costo de biodiésel
Carvajal, en cambio, puso énfasis en la alternativa del ecodiésel porque, según dijo, el biodiésel al que está apostando el Gobierno, implica una gran deforestación del suelo, una inversión millonaria y un producto a precios elevados que implicaría mantener la subvención a los combustibles.
Carvajal explicó que el biodiésel es una amenaza enorme para la Amazonía porque los incendios que ocurrieron desde hace tres años estaban destinados a habilitar terrenos para producir palma aceitera africana.
La desventaja de la palma es que, según Carvajal, “no admite competencia, tiene que haber eliminación total de la biodiversidad alrededor, no admite ni siquiera cuerpos de agua, no puede haber pájaros, la gente que está alrededor pierde toda posibilidad de vivir de la biodiversidad, el suelo se vuelve como un ladrillo verde causando los desiertos verdes de la palma africana”.
Por eso, plantea la alternativa del ecodiésel. Indica que actualmente “existen un millón y medio de hectáreas que se siembran con oleaginosas, de las que se usan las semillas, que equivalen a no más del 5%, el resto se quema y esa quema provoca una contaminación es enorme”, dijo el experto.
Si se usaran la producción de un millón de hectáreas, se obtendría 20 millones de toneladas de biomasa para procesar, lo que permitiría producir combustible a menos de medio dólar por cada litro.
“En cambio, el biódiesel tiene un costo de más de 2 dólares el litro, tendríamos que seguir subvencionando, no es negocio”, comentó.
“Con la despolimerización no hay que deforestar ni un metro. Se evitaría la quema de residuos y la quema de bosques”, explicó Carvajal, quien dijo que existen tesis científicas del procedimiento e incluso de la factibilidad económica del proyecto, pero que el Gobierno nunca quiso escuchar esta alternativa.
En una columna de opinión publicada previamente, Carvajal señaló que la tecnología del ecodiésel ya está siendo aplicada en Canadá y Alemania. “Esto consiste en efectuar lo que hizo la naturaleza a lo largo de miles de años (produjo petróleo a partir de bosques y animales enterrados por cataclismos durante la formación de cordilleras y otros accidentes geológicos), en pocas horas”, explicó en ese texto.
La apuesta del Gobierno
En cambio, el Gobierno le puso el acelerador a fondo a la producción de biocombustibles, por lo que ya inauguró la primera de tres plantas de industrialización, con la finalidad, según dijo, de reducir la subvención a los carburantes.
«La industrialización es el único camino para sacar al país de la dependencia de importación de gasolina y diésel», afirmó el presidente Luis Arce en el acto de inauguración de la primera planta en Santa Cruz, en marzo pasado.
«Nuestro desarrollo, nuestro crecimiento, el día a día, no pueden depender de una importación» de combustibles, agregó.
La materia prima de estas plantas es la soya, la palma africana y el girasol. La primera infraestructura tiene un costo de 54 millones de dólares.
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