Hernán Cabrera M.
Preguntas que quizás no encuentren las respuestas pertinentes, o solo serán promesas y especulaciones, pero que las lanzamos a modo de provocarnos e interpelar al gobernante en todos sus niveles:
¿Qué hemos hecho mal los bolivianos para merecernos el infierno que ya vivimos en cada una de las regiones del Estado Plurinacional?
¿Por qué las autoridades no reaccionan a tiempo para afrontar un problema social o desastre que se presenta y cuando lo hacen es para deslindar responsabilidades y acusar al otro de ser el causante?
¿Qué pasó con sus sistemas de alertas que no funcionaron en el caso de los incendios forestales que a cinco meses que se produjeron seguimos peor que antes?
¿El gobernante es consciente de que estos incendios forestales nos desnudaron que no estamos preparados ni con el personal adecuado, ni equipos, ni recursos económicos para afrontar este desastre nacional?
¿Quién repondrá los 10 millones de hectáreas de bosques arrasados y quemados y más de 10 millones de animales silvestres carbonizados? ¿El Estado pagará las facturas por estas irreparables pérdidas y que significan un golpe mortal a la vida y al equilibro de la Madre Tierra?
¿Qué herencia vamos a dejar a nuestros nietos y bisnietos que están observando cómo el hábitat donde vivirán y se desarrollarán lo están destruyendo, lo están quemando?
¿Por qué el gobierno nacional es pasivo y condescendiente con los incendiarios interculturales y los empresarios del agro, a quienes no los manda a la cárcel o que paguen los daños irreversibles que están haciendo con sus lenguas de fuego a nombre de la seguridad alimentaria, de cultivar y cosechar la tierra?
¿Por qué la ciudadanía se ha mostrado indiferente, miedosa, casi apática frente a esta tragedia si en agosto de 2019 fue invitada a participar en un cabildo multitudinario, donde pidieron abolir las leyes incendiarias, pero que ahora ni siquiera hay reuniones de vecinos para cuestionar y rechazar el avance los incendios forestales? ¿Qué pasó con vos ciudadano que solo vienes protestando por el Facebook, Twiter, Instagram, Tik tok y ahí concluye tu indignación? ¿Miedo, cobardía, cálculos, complicidad….?
¿Están la gobernación y los municipios actuando como es debido frente a estos desastres de los incendios o han minimizado las consecuencias y la magnitud de la situación?
¿Por qué, por qué esa saña de destruir aquello que nos da vida, nos da seguridad, como los bosques, los ríos, las lagunas, los animales silvestres, que también nos está afectando a la salud de los niños, ancianos, mujeres?
¿Qué tiene en la cabeza el gobernante que frente a los incendios forestales se enfrascó en una pugna a matar contra su propio partido y ha logrado polarizar la dinámica del quehacer de la política entre los buenos y los malos al interior del MAS y con acusaciones bastantes serias y comprometedoras?
¿A qué se debe o qué motivos existen para que la gobernación no cuente con un moderno equipo de bomberos, con personal y maquinarias, con recursos económicos suficientes, pero que en los hechos son solo voluntarios que ponen riesgo sus vidas?
¿El poder es consciente de la actual situación de crisis económica, ambiental, social y política que afrontamos en todos los niveles, sin que accione un plan integral de contingencia de la crisis en sus diferentes dimensiones?
¿Qué motivos existen para que la sociedad civil y sus instituciones sociales, privadas, educativas y cívicas no reaccionen en escala permanente y de forma masiva, en cuyo escenario solo hemos observado a organizaciones no gubernamentales, como la Fundación Tierra, CEDIB, CEJIS asumir posiciones claras y de denuncias?
¿Hay razones para entender el silencio y pasividad del sistema universitario público, cuyos miembros son revolucionarios y revoltosos cuando se trata de temas internos, pero que cuando afecta a la sociedad en su conjunto y ahora a la Madre Tierra, ahí los vemos sin mayores propuestas ni reacciones ni estudios académicos?
¿Quiénes pagarán las afectaciones a la salud que cada día venimos sufriendo en las ciudades y peor en las comunidades indígenas y rurales, al extremo que muchos de ellos han perdido sus viviendas y los pocos animales con que disponían?
¿Santa Cruz es la ciudad de los humos o la seguirán llamando la ciudad de los anillos? ¿Queridos jóvenes no se animan a ser los protagonistas de las grandes transformaciones?
No les parece que ahora la pregunta que merece todas las respuestas y esfuerzos es responder a ¿Qué hacer de forma conjunta para evitar estas tragedias en los próximos años?
¿Qué hacer y cómo encarar planes y acciones integrales? Merece la mayor honestidad y compromiso del gobernante en todas sus instancias y del gobernado.
“Es increíble, todo lo que se ha sembrado, todo se ha muerto, dice Nardy Velasco, cacique mayor de la Central Indígena Chiquitana Amanecer-Roboré.
“Si no hay agua en el cerro, si hay tanta deforestación, ¿de dónde va a salir el agua? Si eso es lo triste, ¿no?” – lamenta Sandra Taceo, de Santiago de Chiquitos, ambos testimonios se publicaron en el portal www.revistanomadas.com.
Les dejo con esta provocación de Stephane Hessel, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que a sus 90 años seguía activo y mandó este mensaje para vos estimado joven, que debes ser protagonista: “Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignaos. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos.
A los jóvenes, les digo: Mirad alrededor de vosotros, encontraréis temas que justifiquen vuestra indignación. Encontraréis situaciones concretas que os empujarán a llevar a cabo una acción ciudadana de importancia. ¡Buscad y encontraréis!”.
A encontrar las respuestas a este bombardeo de preguntas a fuego vivo.
–0–
Hernán Cabrera es periodista y Lic. en Filosofía
Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.
