Miremos el futuro con optimismo

Opinión

|

|

Carlos Derpic

Durante algún tiempo continuará la sorpresa por los resultados de las elecciones celebradas el pasado 17 de agosto, que dieron como ganador a un candidato que no aparecía como favorito, Rodrigo Paz Pereira.

A la sorpresa inicial, siguió una serie de conjeturas que intentaron dar cuenta de lo sucedido. Las primeras en caer bajo la crítica fueron las encuestas que, casi en su mayoría, daban como ganador a Samuel Doria Medina, dando a su vez paso a la cuasi certeza de que este candidato compró a las empresas para que pusieran su nombre en primer lugar. Repentinamente, todos olvidaron el alto número de indecisos que mostraban tales instrumentos, que en su momento decidieron votar por el flamante ganador y no por Andrónico Rodríguez como muchos suponían.

A continuación, y con mucha fuerza, surgieron voces en sentido de que el triunfo de Paz se debió a que transó con el MAS y que su gobierno será, si es que gana la segunda vuelta, prolongación del masismo. Los agoreros de siempre, mentirosos y desinformados en muchos casos, no trepidaron en decir que no hay nada que festejar, porque el MAS sigue vivo en la figura de Paz Pereira. A este coro se suman las voces de los dogmáticos libertarios que tachan al ganador como “socialista” en una simplificación que asusta y desconcierta, más aún cuando viene de personas que uno cree ilustradas, que ven el fantasma del socialismo (si no del comunismo) en todo aquel que expresa solidaridad con sus hermanos y se conduele de la desgracia ajena. Existen exagerados que afirman que Paz Pereira viene de una familia de guerrilleros, en referencia a su tío Néstor Paz Zamora, que formó parte de la guerrilla de Teoponte en 1970, pero curiosamente olvidan que su abuelo fue militar, el Gral. Néstor Paz Galarza.

Están también los que, desilusionados porque no ganó el ex presidente Tuto Quiroga, han visto esfumarse sus deseos de retornar a lo que llaman “República de Bolivia”, que entienden como un regreso a épocas anteriores a 1952, en las que sólo votaban los varones que sabían leer y escribir, y tenían ingresos o rentas de determinado monto. Son los que quieren un retorno a las épocas de exclusión y discriminación de los indios y las mujeres; a las épocas, “sin derechos humanos”, lo que permitirá golpear a los hijos y a los estudiantes para “educarlos” y torturar a todo aquel que no comulgue con sus ideas (Bukele es su ejemplo), no permitir que los indios se sienten en los bancos de los templos y un largo etcétera.

En este escenario sería bueno que los inventores de tragedias reparen en que el ciclo del masismo abusivo, autoritario y corrupto, ha llegado a su fin, como lo demuestran las expresiones de tantos “socialistas” del siglo XXI que viven fuera de Bolivia, que en redes sociales y medios de comunicación están llorando porque el MAS acudió a las elecciones dividido (había estado dividido, ¿no?) y alzan conjuras advirtiendo que los autores de ello, los que antepusieron sus intereses personales a los del pueblo, serán juzgados por la historia.

Sería bueno que tomen conciencia de que el ciclo masista ha terminado, no sólo por la crisis económica en que sumió a Bolivia y por el fracaso del mentado “modelo socio económico productivo comunitario”, sino porque la población se cansó de los abusos y la corrupción que encarnó; de la manipulación de la justicia, de la vulneración permanente de los derechos humanos, de las promesas incumplidas, del nepotismo, de sus afanes de eternizarse en el poder con un supuesto salvador que guiaría a Bolivia a la “tierra prometida”.

Debieran informarse que Paz Pereira recorrió el país, desde hace años, palmo a palmo, solitario, conversando con la gente acerca de sus necesidades e inquietudes. Participó en infinidad de programas, como “Diálogo” de radio Panamericana, en los cuales debatió con militantes de otros partidos políticos y tendencias e hizo conocer sus puntos de vista. Su candidato a vicepresidente (sobre el que volveremos después) caminó por las calles de El Alto casa por casa, conversando también con la gente acerca de sus expectativas y se dio a conocer por denunciar actos de corrupción de la Policía, lo que le valió ser literalmente acogotado por el comandante de esa institución en Santa Cruz, un abusivo coronel apellidado Holguín.

De ese modo entenderían que el triunfo de Paz Pereira se debió no a la actuación de David Choquehuanca, sino que tiene su fundamento en el clamoroso pedido de la ciudadanía de renovación (“¡Basta de dinosaurios como Doria Medina o Quiroga!”, decía le gente), que no tuvo canales de expresión más contundentes, pero que emergió con fuerza el momento del voto.

Cierto que hay preocupaciones varias, como por ejemplo los candidatos a vicepresidente de las dos fuerzas que irán a segunda vuelta. En el caso del capitán Lara, a quien se le está pasando la mano de entrada, quiere emerger un nuevo “mesías”, que pretende controlarlo todo y a todos, incluido Paz Pereira; que se autonombró garante del cumplimiento de las promesas realizadas y que comenzó a insultar al otro candidato que irá a segunda vuelta. Lara debe darse cuenta que vive en democracia y que en este sistema los caudillos, salvadores, perdonavidas y garantes están demás.

En el caso de Velasco, el otro candidato a vicepresidente, estamos en presencia de alguien que desconoce muchas cosas y que no parece entender muy bien de qué trata el asunto.

Sin embargo, más allá de ello y de ellos, Bolivia va a iniciar un nuevo ciclo político que seguramente no estará marcado por la polarización y el enfrentamiento que caracterizó a los últimos veinte años, sino por la concertación, los acuerdos, el respeto a los demás. Un nuevo ciclo político que estará bajo el asedio del ex presidente fugado, que asegura que, con el voto nulo del 19% (se lo adjudica por entero a su campaña de apenas dos semanas), derrotó a la nueva derecha.

Miremos el futuro con optimismo, vigilantes antes los peligros que acechan, pero dejando de inventar cosas y de añorar viejas épocas que, seguro, no volverán, gane quien gane la segunda vuelta.

–0–

Carlos Derpic es abogado

Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.

Comparte:

Noticias

más leídas

Rodrigo Paz da la sorpresa, gana las elecciones y va a segunda vuelta con Tuto Quiroga

35 años después, vuelven a amenazar la tierra colectiva

Gobierno declaró emergencia nacional por contaminación minera hace dos días sin comunicarlo

Organizaciones de Potosí exigen inventario de diques y medidas urgentes contra la contaminación minera

Bolivia llega a las elecciones con altas expectativas contra la crisis, escenarios de posible conflictividad  y necesidad de acuerdos

Está en nuestras manos superar los últimos 20 años y exigir mejores días

Diez lecciones de las elecciones del 17A

Frente a la sorpresa