Marcelo Montenegro, ministro de Economía. Foto: ABI
ANF y Sumando Voces
En medio de una profunda crisis económica y pedidos de la sociedad civil para debatir un nuevo modelo de desarrollo para Bolivia, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, defendió el modelo económico del Movimiento Al Socialismo (MAS) y aseguró que no fracasó, sino que existieron “fallas humanas” en su aplicación por parte de las anteriores autoridades.
“(El propósito era que) las ganancias (por la venta de gas) se reinviertan en la industrialización y obviamente en seguir buscando mayores reservas. ¿Eso se ha aplicado? No. ¿Es falla del modelo? No. Es falla de la aplicación y del descuido que ha habido por la nacionalización (…). No podemos decir que ha fallado algo si no se ha aplicado estrictamente en su integridad. Por tanto, si aquí ha habido una falla humana o un fallo de las autoridades, del sector de hidrocarburos de ese momento, no le podemos echar la culpa al modelo económico”, sostuvo Montenegro.
Este 2024 se caracterizó por el cuestionamiento de diversos sectores de la sociedad civil y analistas económicos a las bases del modelo económico, no sólo porque no pudo resolver la crisis económica que se presentó en el país, sino porque además provoca daño al medio ambiente. Según la Fundación TIERRA, los incendios forestales dejaron más de 10 millones de hectáreas quemadas.
Esta semana se llevó a acabo en La Paz el Foro Político Multiactor, organizado por UNITAS, en el que los participantes demandaron la transición del modelo extractivista a un modelo de desarrollo sostenible.
Poco antes, en medio de los incendios, más de 130 organizaciones también firmaron una carta a los órganos del estado exigiendo justamente que se abra el debate del modelo económico por considerar que está afectando el derecho a un medio ambiente sano.
De acuerdo a una publicación del Ministerio de Economía del 2014, el modelo económico masista funciona a partir de dos pilares: el sector estratégico, que debería generar excedentes por hidrocarburos, minería, electricidad y recursos ambientales. Esos recursos se invierten en el segundo pilar, el sector generador de ingresos y empleo, que en el fondo son las empresas públicas. Finalmente, las utilidades que generen las estatales se distribuyen a la población a través de programas y bonos sociales.
El país atraviesa por una escasez de dólares desde febrero del año pasado, cuando se limitó la venta del billete estadounidense en las entidades financieras. El Gobierno primero negó que no exista la divisa para calmar la demanda y culpó a los analistas de causar una supuesta especulación; sin embargo, cuando la situación era demasiado evidente, admitió que tienen dificultades económicas porque cayeron las exportaciones de gas debido a la poca producción del recurso no renovable.
Con la necesidad de conseguir dinero para mantener el aparato estatal, el Gobierno apeló ahora más que nunca a contraer deuda externa para funcionar, ya que la mayoría de sus empresas estatales son deficitarias o no generan lo suficiente para compensar su gasto.
Hasta el 2014, el país recaudó grandes cantidades de ingresos por la venta de gas al extranjero, pero desde el 2015 todos los indicadores comenzaron a caer. Bajó la recaudación, cayeron las inversiones en exploración y producción, se aumentó el gasto público, comenzaron a disminuir las Reservas Internacionales Netas, entre otros factores.
Mientras la economía iba en desplome, el entonces ministro de Economía y actual presidente del Estado, Luis Arce, no alertó a la población que el gobierno de Morales no estaba siendo responsable con el modelo económico.
“Ahora, el gobierno de Luis Arce retoma ese plan y hay resultados, Mayaya X1, que obviamente no va a dar inmediatamente, pero ahí está. Va a estar para el pueblo boliviano en cinco o seis años con un potencial ya de 1.7 TCFs y mucho más”, resaltó Montenegro.
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