Carolina Ribera abraza a su madre Jeanine Añez. Foto: cuenta X de Añez
Luego de que la justicia redefinió la sucesión de 2019 como “una necesidad constitucional”, la expresidenta interina Jeanine Añez se apresta a salir de la cárcel este jueves, tras permanecer tras las rejas por cuatro años y medio acusada de haber perpetrado un golpe de Estado.
La sentencia absolutoria del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), a favor de Jeanine Añez, reivindica la sucesión presidencial que se desarrolló en 2019, al considerar que esos actos no constituyeron delito, sino que respondieron a una necesidad constitucional ante el vacío de poder, con la finalidad de preservar el orden democrático y evitar un caos mayor al que existía.
Añez estaba condenada a 10 años de cárcel en el caso denominado Golpe de Estado II, bajo el argumento de que había asumido la presidencia de manera ilegal por no seguir la línea sucesoria de acuerdo con la norma. Sin embargo, en su reciente revisión, el TSJ expuso las razones por las cuales considera que la sucesión presidencial fue necesaria en 2019, más allá de los formalismos.
En noviembre del 2019, Añez era vicepresidenta segunda del Senado, pero asumió la presidencia del Estado porque ya habían renunciado las autoridades que le precedían en jerarquía. Todo esto ocurrió mientras el país estaba convulsionado, después de las protestas que denunciaban fraude electoral y la dimisión de Evo Morales.
Según la absolución del TSJ, las actuaciones de Añez en 2019 “respondieron a un contexto de crisis institucional extrema, en el cual las decisiones políticas y administrativas tenían como finalidad inmediata restablecer la continuidad del Estado Constitucional de Derecho”.
Sostiene que, en noviembre de 2019, se “debieron adoptar decisiones urgentes e inusuales” ante una situación excepcional de vacío de poder y colapso del orden constitucional, tras la renuncia del Presidente y Vicepresidente del Estado, además de las principales autoridades del Senado y Cámara de Diputados.
Con ese argumento, el TSJ consideró que entonces se configuró un “estado de necesidad constitucional”, el cual permite “determinadas actuaciones extraordinarias destinadas a preservar la existencia misma del orden democrático, más allá de la rigurosidad formal de la norma jurídica”.
Señaló que, en el caso de Añez, si bien “se refleja en el incumplimiento omisivo de reglamentos de la Asamblea Legislativa Plurinacional”, ante una situación de protesta y crisis política social, no se podía exigir el cumplimiento de esa reglamentación.
En ese entendido, la absolución propone entender la actuación de Jeanine Añez “no desde la rigidez del formalismo, sino desde la finalidad material de proteger la continuidad del Estado y evitar el vacío de poder”.
Es así que, en el análisis del máximo Tribunal, la sucesión presidencial, más allá de las imperfecciones procedimentales, “respondió a una necesidad constitucional y política de preservar el orden democrático, evitar un mayor caos ante las amenazas de diferentes sectores de la sociedad y restablecer la gobernabilidad”.
“… los actos de Jeanine Añez Chávez se realizaron en un contexto extraordinario de vacío institucional y crisis de Estado, donde su conducta (más que dolosa) respondió a la necesidad de preservar la continuidad del Estado Constitucional de Derecho y evitar un colapso político y social”, recalca el documento.
Recalca que las formalidades de sucesión no podían haber sido exigidas, puesto que las renuncias de autoridades en noviembre de 2019 fueron públicas y la Asamblea no podía sesionar con normalidad. Entonces era materialmente imposible cumplir a cabalidad la norma.
Añez había sido sentenciada por el tipo penal de resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, pero el TSJ consideró que el delito no fue adecuadamente tipificado, porque Añez no lesionó ningún bien jurídico protegido, sino actuó por estado de necesidad constitucional.
En ese marco, el TSJ decidió absolver a Añez de la sentencia del caso denominado “Golpe de Estado II” y ordenar su libertad.
Tras conocerse la anulación de la sentencia, Añez anunció que abandonará el panel de Miraflores, de La Paz, este jueves a las 10 de la mañana. “Siento profunda emoción de abrazar mi libertad con mis hijos, mi familia”, afirmó en sus redes.
La exautoridad dijo estar agradecida con el TSJ por “haber escuchado mi verdad, la verdad que es pública y de todos”. El máximo tribunal de justicia dispuso su “libertad en el día”, es decir de manera inmediata.
El presidente del TSJ, Romer Saucedo, informó casi a las 13:00 que se realizaron las notificaciones respecto al recurso extraordinario de revisión de la sentencia de la expresidenta, “ya es de conocimiento de los sujetos procesales”, dijo.
Reiteró que la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, “ha dispuesto su libertad inmediata”. El juez de ejecución penal en horas de la tarde ha librado el mandamiento de libertad y ha notificado a la Dirección de Régimen Penitenciario.
Hemos cumplido con la formalidad de las notificaciones, el recurso extraordinario de revisión de sentencia de la ex presidente @JeanineAnez, ya es de conocimiento de los sujetos procesales. La Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, ha dispuesto su libertad inmediata.
Juan Carlos Limpias, director de Régimen Penitenciaria, sostuvo que “lo que correspondería es la libertad, hay que esperar todos los trámites”.
Añez está detenida desde marzo de 2021, cuando el gobierno de Luis Arce la detuvo y la trasladó a la ciudad de La Paz, los jueces dispusieron su detención preventiva. Paulatinamente le abrieron más de ocho procesos penales por la vía ordinaria, en el caso golpe II la sentenciaron a 10 años de privación de libertad.
Durante este tiempo le prohibieron recibir visitas, durante años solo pudo contar con la presencia de sus familiares, sus abogados, una vez la visitó la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Amparo Carvajal; en febrero de este año Samuel Doria Medina logró ingresar al penal para verla a la exmandataria.
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