Valeria Campos
La situación de la deforestación en el país es cada vez peor, como podemos evidenciar después de los incendios que se viven cada año con mayor intensidad y perjuicio para la biodiversidad. Según el último informe global del Laboratorio GLAD de la Universidad de Maryland y Global Forest Watch (GFW) del World Resources Institute (WRI), Bolivia pasó del tercer al segundo lugar entre los países con mayor pérdida de bosque nativo. En 2024, la pérdida fue de 1,8 millones de hectáreas de bosque y el 83 % (1,5 millones de hectáreas) corresponde a bosque primario.
Según este informe, por primera vez, los incendios fueron la causa del 59 % de la pérdida de bosques en Bolivia, marcando un máximo histórico en la destrucción asociada al fuego. Al mismo tiempo, la superficie deforestada directamente por desmontes también alcanzó un nivel récord, con más de 700.000 hectáreas.
Las mayores pérdidas se dieron en los siguientes departamentos:
- Santa Cruz fue el epicentro de esta crisis, perdiendo 1.323.301 hectáreas.
- Beni alcanzó un nuevo récord con 348.000 hectáreas perdidas.
- La Paz vio arrasadas 83.000 hectáreas, más del doble que el año anterior.
- Pando duplicó su pérdida con 29.000 hectáreas.
En 2024, más de la mitad de la pérdida de bosques en Bolivia se debió a incendios intencionados para expandir la frontera agrícola y ganadera. Una sequía prolongada y políticas estatales, que promueven esta expansión, agravaron el problema, profundizando una crisis ecológica con graves consecuencias para la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el bienestar de la población.
Sin embargo, también hay casos de resiliencia, como el de la autonomía indígena guaraní de Charagua Iyambae, en Santa Cruz, que consiguió contener los incendios forestales por segundo año consecutivo, gracias a sus inversiones en sistemas de alerta temprana y la aplicación efectiva de políticas de uso de la tierra.
La pérdida irreversible de los bosques
Los bosques primarios, ecosistemas intactos, son bosques que no han sido dañados por la actividad humana y han logrado alcanzar una edad avanzada sin que su biodiversidad se vea reducida por fenómenos antropogénicos. Actualmente, representan poco menos del 30 % de los bosques del mundo. La mayoría se encuentra en zonas remotas, principalmente en Brasil, Canadá y Rusia, que en conjunto representan el 61 % de ellos.
Los bosques nativos son aquellos donde, a pesar de pequeñas intervenciones como pequeñas recolecciones de productos no maderables o la tala de pocos árboles, el ecosistema y sus procesos biológicos no han sido perturbados significativamente. La existencia del bosque nativo es muy importante para la biodiversidad porque en él conviven una serie de especies forestales que dan vida a importantes ecosistemas. Por otra parte, el bosque nativo actúa como soporte para la vida de otras especies, tanto animales como vegetación de menor tamaño, que son igualmente importantes para el cumplimiento de diferentes funciones ambientales.
El bosque nativo alberga ecosistemas únicos en el mundo que han demorado miles de años en su formación, de donde se explica la importancia de su conservación. Entrega una serie de beneficios al sistema natural, entre ellos: la retención de agua, la captura de CO2, estímulo a la fertilidad de los suelos, refugio de especies, fuente de medicinas y lugar para turismo.
El gran deterioro que ha sufrido el bosque nativo durante el último siglo, atribuido principalmente a la acción del hombre, que lo ha ido reemplazando paulatinamente por tierras cultivables o plantaciones con áreas productivas como la soya, está teniendo consecuencias negativas importantes para estos ecosistemas y la conservación de la biodiversidad que en ellos existe.
Las personas del Área Metropolitana Kanata (AMK) tienen conciencia de esta situación, según el Ecobarómetro de Ciudadanía a través de la encuesta Percepciones y actitudes ciudadanas sobre cambio climático y medio ambiente en el Área Metropolitana Kanata – Cochabamba, 2024, el 92,6 % opina que es cierto que el chaqueo, es decir, la quema y tala de árboles para pastizales o nuevos cultivos, es una práctica que afecta al medio ambiente; y, el 90,6 % afirma que es verdad que la deforestación ocasiona pérdidas irreparables para la biodiversidad.
Pérdida de árboles en áreas urbanas
El crecimiento urbano veloz y la necesidad de espacio para viviendas y construcciones están dejando a las ciudades sin su cubierta verde vital. Para expandir la urbe se talan árboles indiscriminadamente. Las empresas constructoras han dañado o talado árboles nativos en las aceras para dar paso a nuevas edificaciones, priorizando el cemento sobre el ecosistema. La encuesta del Ecobarómetro de Ciudadanía registra que, mientras el 54,3 % de los residentes del AMK tienen árboles en la acera de su casa, el 46,7 % carecen de ellos. Esta cifra evidencia un déficit considerable de cobertura arbórea en el espacio público. Este es un problema que es agravado por los asentamientos ilegales y la falta de educación y conciencia ambiental. Por estas razones, una parte de la ciudadanía ve a los árboles como un obstáculo, ignorando su valor para mejorar la calidad del aire, la reducción del calor y el bienestar general.
Esta pérdida de árboles no es solo un descuido, la tala ilegal y los incendios forestales provocados para despejar el suelo continúan disminuyendo el arbolado urbano. La Ley Municipal del Arbolado Público de Cochabamba, aprobada el 3 de octubre de 2017, establece que la tala solo es permitida cuando sea la «única alternativa viable» por existir un peligro real. Este procedimiento debe ser ejecutado exclusivamente por la autoridad competente tras una inspección técnica. Además, el Artículo 18 de esta ley tipifica como infracción y sanciona conductas como «la tala, derribo o eliminación de árboles… sin la debida autorización y/o daño mecánico realizado a su estructura física». Esta normativa representa un paso importante para defender el patrimonio natural urbano y asegurar ciudades más habitables para el futuro.
El Ecobarómetro de Ciudadanía muestra que la deforestación y la falta de árboles son una de las principales preocupaciones ambientales para los ciudadanos del AMK del departamento de Cochabamba, ubicándose como el tercer problema más urgente de resolver, con un 12,6 % de menciones. Esta conciencia ciudadana se refleja en una alta disposición a actuar: la gran mayoría de las personas consultadas (98,1 %) está dispuesta a plantar y cuidar árboles, y un 83,4 % denunciaría la tala de árboles. A nivel de los hogares, los datos muestran compromiso, ya que el 91,5 % de las viviendas cuenta con al menos un árbol en su jardín, y casi la mitad (47,3 %) tiene más de cuatro. Esta valoración se sustenta en el reconocimiento mayoritario de sus beneficios, ya que el 70,2 % de la población identifica de manera específica la purificación del aire como la principal razón de su importancia para la ciudad.
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Valeria Campos es profesional del área social del proyecto Ciudadanía Ambiental y Cambio Climático de Ciudadanía.
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