¡Evo no estás solo…!

Opinión

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Sumando Voces

Sonia Montaño Virreira

“QUE LA VERGÜENZA CAMBIE DE LADO”
Gisèle Pélicot

Evo Morales, acusado de trata y tráfico de personas y estupro en contra de una menor de 15 años a la que habría abusado sexualmente y embarazado en 2017, tiene una orden de arresto. Los padres de la niña, a cambio, habrían conseguido trabajo en entidades públicas y la madre, sido designada nada menos que Directora de Género del Gran Chaco. El padre, como era de esperar, ha sido detenido cortándose el hilo por el lado más débil.

El caso merece un debate jurídico y legislativo actualmente liderado por la senadora Andrea Barrientos, quien fundamenta la iniciativa en una sentencia emitida por la CIDH para eliminar la tipificación de estupro y legislar a favor de la imprescriptibilidad del delito de violación. No es el tema de esta columna.

Lo que resulta llamativo es que Morales siga teniendo “un voto cautivo” y una red de seguidores que amenazan con parar el país si detienen a su jefe. Por su parte muchos políticos que lo critican no solo no están convencidos de los derechos de las mujeres, confunden pedofilia con estupro, tampoco entienden lo que saben abogadas litigantes por ej. sobre cómo ambas cosas se pueden solapar; creen que seducción es lo mismo que enamoramiento y repiten lugares comunes que anticipan una aplicación que concluirá con la revictimización de las mujeres y la impunidad de los violentos.

Con honrosas excepciones, los medios invitan a abogados que dejan mucho que desear. Esto ocurrió con CNN donde un constitucionalista improvisó respuestas de chofer de micro. El derecho con perspectiva de género es una especialidad. Fue como pedirle a un mecánico que arregle tus zapatos. Un diputado CC ha pedido que Morales sea apartado de lugares donde haya menores de edad, otro ha dicho que es un enfermo y así. Ninguno se ha ruborizado. Al pensar que Morales es una excepción y que anda oculto en los caminos para violar siguen pavimentando la impunidad. El abuso de poder de hombres sobre niñas y mujeres es resultado de la discriminación estructural. Violan porque pueden. Ocurre en las Iglesias, la Asamblea Legislativa, los sindicatos, las escuelas, las Fuerzas Armadas, la Policía y en los hogares.

El proceso contra Morales muestra el abuso en las organizaciones de la “generación Evo”, de donde salieron Gabriela Zapata, Noemí, y la mujer conocida como Barbie cuya denuncia contra Arce (presidente) ante la prensa y de la mano de otro Arce ( diputado) ha removido el gallinero. Una mujer que estuvo a punto de ser subsecretaria y que para celebrarlo partió con el Presidente a brindar, terminó – siempre según su relato – embarazada, abortando y cambiando de bando para lograr lo que el Lineras hubiera llamado “empate catastrófico”. Evo no está solo.

El abuso sexual es un rasgo extendido entre gobernantes que forman una especie de cofradía internacional donde se intercambia favores y se mira a un costado cuando ocurre “lo que tenía que pasar” como eufemísticamente ha dicho la “Barbie”. Algunos padecen de disonancia cognitiva, como el presidente Arce, que en 2023, ante las denuncias sobre abuso sexual en la Iglesia Católica, condenó oportunistamente los casos de pedofilia y pederastia. Algo que no le preocupaba mientras se fotografiaba con Morales y una de sus víctimas en Buenos Aires. Mete más ruido aún, el silencio de las mujeres que ocuparon puestos de poder y hasta se proclamaron feministas. Ellas se han esfumado.

Mientras tanto una piensa que quizás sea posible “Que la vergüenza cambie de bando” frase que se ha convertido en un grito feminista contra la violencia sexual. Acuñada por Gisèle Pélicot, una mujer francesa violada y drogada durante una década por su exesposo ha levantado el velo y puesto en evidencia la hipocresía social al pedir que se muestren los abusos grabados por su marido haciendo que den la cara los hombres que la violaron. Gracias a su actitud podemos entender que es la sociedad la que está enferma. Los violadores no son ni enfermos ni psicópatas. Si una mujer necesita un macho que la respalde se hace menos creíble. Evo Morales no está solo; junto a Bill Clinton, Donald Trump y otros poderosos pillados en falta son la punta del iceberg.

El ex Presidente argentino Alberto Fernandez es otro que está siendo procesado por violencia contra su esposa. Uno de los más repugnantes es Daniel Ortega quien, según Zoilamérica, hija de Rosario Murillo, su pareja y cómplice, comenzó a ser abusada por él antes de cumplir 10 años. No sorprende que él ocupe un lugar especial en la política exterior boliviana que apoya su dictadura oprobiosa. Como dice Zoilamérica, obligada al exilio, si son capaces de esto, pueden llegar a cualquier extremo. El abuso hermana a izquierdistas y derechistas y por más que salgan a llorar evocando a sus mamitas no consiguen ocultar la doble moral de los hoy alborotados varones que están pensando en las futuras elecciones.

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Sonia Montaño es socióloga jubilada y feminista por convicción.

Las opiniones de nuestros columnistas son exclusiva responsabilidad de los firmantes y no representan la línea editorial del medio ni de la red.

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