Estudio revela que la violencia obstétrica, referida al parto, afecta a 6 de cada 10 mujeres en Bolivia

Derechos Humanos

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Sumando Voces

Algunos datos arrojados por el estudio sobre violencia obstétrica. Foto: Ciudadanía

Un estudio de alcance nacional establece que seis de cada 10 mujeres que tuvieron un embarazo sufrieron algún tipo de violencia obstétrica, es decir, aquella que ocurre antes, durante o después del parto y que puede suceder tanto en los servicios de salud como en la casa.

La prevalencia de la violencia obstétrica es de 59,80% a nivel nacional. El estudio refiere que existe violencia obstétrica física en 17,46% de los casos, violencia obstétrica psicológica en 55,78% de los casos y violencia obstétrica sexual en 3,49%, lo que no implica necesariamente una violación.

Los datos corresponden la primera Encuesta Nacional de Violencia Obstétrica en Bolivia, que fue diseñada e implementada por Ciudadanía (comunidad de estudios sociales y acción pública) y por el Observatorio de Violencia Obstétrica en Bolivia (OVO).

La encuesta se realizó en noviembre de 2023, pero será presentada públicamente la siguiente semana, aunque se dio a conocer un adelanto de la misma en el programa Sumando Voces en Directo del pasado jueves, donde confluyeron la coordinadora del Estudio, Vivian Schwarz; la integrante del OVO, Sandra Calderón, y la analista de Programas en Políticas y Rendición de Cuentas del UNFPA, Mónica Novillo, para analizar los datos.

La encuesta fue aplicada a 1200 casos en todo el país, a mujeres mayores de 16 años que hayan tenido un embarazo. El margen de error es de +-2,83% y el nivel de confianza es de 95%. Este estudio cuantitativo fue complementado con entrevistas y otro tipo de técnicas cualitativas.

Otro dato que revela el estudio es que este tipo de violencia sucede, con mayor frecuencia en los centros públicos de salud, seguidos de los centros privados y la casa.

¿Quiénes ejercen la violencia obstétrica? Según la encuesta, la mayor parte de los casos es atribuida al personal de enfermería, seguido de los médicos.

La violencia psicológica, según el estudio, se expresa en comentarios hirientes, negativos o estigmatizantes, mientras que la violencia física puede expresarse en sacudidas, pellizcadas, empujones y hasta la retención de las pacientes.

La encuesta revela que dos tercios de las mujeres no se les permitió decidir si querían estar tapadas o exhibidas durante el proceso de parto, mientras que el 22,7% de las adolescentes reportan haber sido retenidas, amarradas, sacudidas, abofeteadas o pellizcadas. “La prevalencia de cualquiera de estas acciones de ser 0%”, señala el estudio.

La encuesta recoge datos sobre discriminación por edad (16%), por ser mamá primeriza (15,2%), por el número de hijos que tiene (12,3%), por su condición económica (9,2%), por no tener pareja formal (9,2%), entre otras causas.

El estudio también revela que existe un alto número de cesáreas en Bolivia (50% de los casos), frente a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que dice que no debería superar el 15% de los casos. Agrega que el 32% de los partos fueron por cesáreas programadas, lo que significa que no fueron una emergencia.

Otro dato contenido en el estudio es que al 17% de las mujeres que solicitaron la ligadura de trompas (método anticonceptivo), se les negó el procedimiento con el argumento de que necesitaban el permiso de su pareja. Y en contrapartida, hay un 1,85% de mujeres que dice que le ligaron las trompas sin su consentimiento.

“Quiero que me liguen” y ellos, ‘no, no puedes tomar tú la decisión, tiene que ser tu esposo. Si no está él no te ligamos”. He visto que había mucho machismo en el hospital. He visto que no importa mi firma, yo no valgo, tiene que ser el esposo”, declaró una de las mujeres consultadas en Cochabamba, cuyo testimonio es parte del estudio.

La representante del Observatorio de Violencia Obstétrica señala que el porcentaje de violencia obstétrica “llama la atención” y hace notar que prácticamente coincide con una encuesta del INE aplicada en 2016. Y también señala que el dato no contempla “la violencia obstétrica institucional, que se refiere a prácticas, protocolos y procedimientos que vulneran los derechos de las mujeres que no son necesariamente provenientes de forma directa de los profesionales de salud”, sino de las normas de las instituciones.

Vivian Schwarz, quien es investigadora de Ciudadanía, asegura que el estudio no tiene un ánimo punitivo y que, por el contrario, busca iniciar una conversación en la sociedad sobre este tema con la finalidad de mejorar las condiciones en las que las mujeres dan a luz o son atendidas en los centros de salud.

“El propósito de esto es que tengamos una conversación en la sociedad para reconocer que se está causando sufrimiento o que hay elementos culturales, elementos de discriminación y de desigualdades de género”.

Añade que el parto no puede obedecer solo a un criterio médico, sino que deben estar involucrados los derechos sexuales y reproductivos que permiten a la mujer tomar decisiones sobre el tema, por ejemplo, si quiere estar acompañada por alguien mientras da a luz. “Involucra elementos culturales, involucra criterios médicos, involucra dimensiones de derechos, involucra la experiencia personal humana de las mujeres”, señala la investigadora.

Novillo recuerda que la violencia obstétrica está identificada en la Ley 348, en la Constitución Política del Estado y en instrumentos internacionales que han sido adoptados por Bolivia. El tema, según la especialista, invita a hablar de un derecho que tal vez no está considerado como tal, y es que la  mujer sea atendida con calidad y calidez cuando tiene que acudir a una cita ginecológica “y particularmente cuando nos vemos en el periodo previo al parto, el parto y el posparto”.

Novillo enforma que existe un proyecto de Ley impulsado por la diputada Samantha Nogales, de Cochabamba, “que se ha denominado de parto respetado e intercultural”, lo que quiere decir que va más allá de la violencia obstétrica.

Ella coincide con Schwarz en sentido de que “no se trata de señalar y penalizar, sino de generar condiciones que se adecúen cada vez más a las decisiones reproductivas de las mujeres”.

Puedes ver el programa completo aquí:

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