Los cooperativistas empezaron a extraer el agua con bombas (izq) e instalaron un pontón, pero la gente pide ayuda del Estado. Foto: Claudia Pérez
La inundación de Tipuani sigue en fase crítica, aunque en las últimas horas, las cooperativas mineras instalaron bombas para extraer el agua empozada y colocaron un pontón para que haya acceso a la población que, por esta emergencia, ha llegado a pagar 120 bolivianos por cada garrafa de gas.
Entre tanto, la que enfrenta el peligro de derrumbarse es la población de Chima, según relata la secretaria ejecutiva de las Comunidades Interculturales de Tipuani, Claudia Pérez, quien cuenta que todo, incluso una unidad educativa construida por la UPRE, está a punto de colapsar por la inundación en esa población, donde también opera la minería cooperativizada.
Seis comunidades afectadas
Con Chima, ya son seis las comunidades afectadas por las inundaciones descontroladas a causa de la actividad minera, en torno al municipio de Tipuani, entre ellas, La Rinconada, Gritado y La Loma.
Entre todas, Chima es la más afectada porque el cerro amenaza con derrumbarse nuevamente como sucedió en 2003, cuando murieron 51 personas. Prácticamente se está por perder Chima (…). A diferencia de las demás comunidades, Chima no tiene una planimetría, una mancha urbana. Las cooperativas del sector siempre han indicado que es área delicada, zona roja”, señala.
Luego de la tragedia de 2003, ocurrieron otras inundaciones y, pese a eso, el programa Bolivia Cambia Evo Cumple, de la UPRE, construyó la unidad educativa 16 de julio, con un millón de bolivianos, que ahora también está en riesgo.
“Tenemos que evacuar y pese que hay mucha gente incrédula que no quiere entender. Se ha identificado unas tres rajaduras que pueden provocar un nuevo deslizamiento. Y a veces la gente no comprende esa situación”, dice.
“Ahora se ha hecho gestiones con la cooperativa y se ha comprometido a construir esa unidad educativa en un lugar estable”, cuenta.
Tipuani igual de mal
En Tipuani, cuenta Pérez, “todo sigue igual, más bien nuestra esperanza es que ya han instalado bombas las cooperativas. Es increíble. Increíble ver el abandono en el que estamos”, dice Pérez en contacto telefónico con Sumando Voces.
Si bien son las cooperativas las que han instalado las bombas y el pontón, también es una cooperativa, de nombre Tipuani que, junto a una empresa privada, la que dejó las lagunas de agua que desde hace tres meses inundan varios barrios de Tipuani.
“Ayer en la mañana han instalado cuatro bombas y en total ya son ocho bombas y están tratando de secar el pueblo, porque lo peor son las aguas servidas”, explica.
“Hemos retrocedido porque en vez de ir para adelante como en toda ciudad hemos llegado a construir un pontón. Las mismas cooperativas se han puesto manos a la obra y han conseguido un pontón para hacer pasar camionetas”, dice la dirigente.
Pese a las bombas y al pontón, Pérez asegura que se necesita ayuda de las autoridades, “pero nada, nada, nada han traído”.
“Nos vemos huérfanos. Los que están encontrando esta solución son los del sistema cooperativo”, dice, pero se le pregunta si no son ellos mismos quienes provocaron el problema, y responde que es una cooperativa que llegó a un acuerdo con una empresa privada, cuyo nombre se desconoce, pero que se quedó con el 75% del oro extraído, y se fue de la zona sin arreglar las lagunas.
En total son entre 200 y 300 casas afectadas, las que según Pérez, ya no deben servir porque están bajo el agua. La gente se fue a vivir, como puede, con familiares o en pequeños cuartos alquilados.
Pese a esa situación, ella cree que el pueblo no desaparecerá, que la gente no se irá de Tipuani, salvo alguno que otro vecino.
Señala que el plan diseñado por las propias cooperativas consiste en rellenar las pozas de donde salen las filtraciones.
Claudia Pérez considera que las autoridades nacionales y departamentales deberían ejercer controles en las actividades mineras porque esta actividad se desarrollada sin ninguna fiscalización. Por eso, explica, se mantuvieron esas lagunas, de las que filtra el agua hacia el pueblo.
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