Entre el aprendizaje y la defensa del territorio: las nuevas caras indígenas de la Asamblea Legislativa

Democracia

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Yenny Escalante

A la izq. Dina le Guaguasubera y Eliseo Antezana; a la der. Pablo Maito Moye

Las circunscripciones especiales indígenas, creadas para garantizar la representación de los pueblos originarios en la Asamblea Legislativa Plurinacional, enfrentan hoy realidades contrastantes según el camino por el que se acceda al poder. Mientras algunos representantes llegan mediante sus propias organizaciones, otros lo hacen bajo el paraguas de partidos políticos, lo que condiciona sus márgenes de acción y autonomía.

El CEJIS elaboró un análisis denominado «Elecciones Generales 2025 – Participación y representación política de los pueblos indígenas en las tierras bajas de Bolivia», y en uno de los capítulos se plasman entrevistas a dos legisladores indígenas electos.

Dina Ie Guaguasubera, diputada suplente elegida por Bia Yuqui, en circunscripción indígena

Dina Ie Guaguasubera, diputada suplente por la organización indígena Bia Yuqui de Cochabamba, fue elegida a través de su estructura comunitaria. Nacida en la comunidad Bia Recuaté, donde aún vive, ha sido cacique mayor del pueblo Yuqui y lideresa en temas educativos y sociales. A sus 39 años, habla el idioma biave y conoce de cerca los problemas que aquejan a su pueblo.

«Mis comunidades me han dicho que debo ir siempre al territorio, que se respeten nuestros derechos y trabajar por la salud y la educación», señala.

Dina es legisladora suplente de Eliseo Antezana Nuñez, originario del territorio Yuracaré, ambos representantes de la diputación especial indígena. Fueron elegidos internamente por usos y costumbres, por normas y procedimientos propios. Y no hubo ningún partido político de por medio.

Eliseo y Dina acordaron compartir la diputación durante la gestión de cinco años de mandato, alternando la titularidad durante dos años y medio. Este acuerdo fue formalizado mediante un documento firmado entre la dirigencia y los candidatos, en el marco del respecto y la convivencia entre pueblos indígenas.

Entre las principales preocupaciones que expresa está la precariedad sanitaria, pues entre los padecimientos que más les afectan está la tuberculosis, la anemia y la diarrea. La primera, indica, viene por desnutrición y falta de agua potable. Agrega que en educación, si bien cada año se gradúan bachilleres en su comunidad, los maestros a menudo escasean.

Sobre su rol como legisladora, Guaguasubera reconoce que enfrenta un proceso de aprendizaje, pero resalta el apoyo de sus autoridades locales. “Es primera vez que estoy en este cargo, no conozco muy bien cómo será el trabajo, pero en la vida todo se aprende. Mis autoridades me ayudan, me orientan”, afirma.

Pablo Maito, diputado por Libre en circunscripción indígena

A más de 500 kilómetros de distancia, en el departamento del Beni, Pablo Maito Moye, diputado titular por la organización política Alianza Libre, representa a la circunscripción indígena del territorio Tsimane. Su camino hacia el escaño fue distinto, ya que llegó mediante un acuerdo político con apoyo de alcaldes y dirigentes locales.

Nacido en San Antonio de Maniqui, Maito Moye habla el idioma tsimane y es técnico agropecuario. Antes de llegar a la Asamblea Legislativa fue parte del Gran Concejo Tsimane y ocupó cargos en la Gobernación del Beni. «Nos propusieron los corregidores, cada sector del territorio eligió a sus candidatos. En mi caso, las comunidades me respaldaron y el alcalde de San Borja nos apoyó», relata.

El diputado explica que su campaña se realizó con recursos propios y con apoyo limitado del partido. Cuenta que compitió con cuatro contrincantes, y lo que lo ayudó fue su trabajo previo en la Gobernación, pues los pueblos indígenas ya lo conocían.

En cuanto a su labor, Maito Moye enfatiza la necesidad de articular una comisión específica para la defensa de los territorios indígenas. “Debemos representar a nuestros hermanos del Beni y proteger el territorio, no solo Tsimane, sino a los 16 pueblos que existen en el departamento”, subraya.

Tanto Guaguasubera como Maito coinciden en que el mayor desafío de los representantes indígenas es hacer oír su voz en un espacio político marcado por las estructuras partidarias y la burocracia estatal. Mientras ella busca aprender y fortalecer la presencia orgánica de su pueblo, él procura que la representación indígena no se diluya en los intereses partidarios.

En medio de la diversidad de voces y caminos, los representantes indígenas continúan abriendo espacio en la política nacional. Con distintos métodos de elección, pero con un objetivo común: que las demandas por salud, educación y territorio de los pueblos originarios de tierras bajas no queden fuera del debate legislativo.

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