Incendios en Bolivia. Foto: CEJIS
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Los incendios de este año dejaron 2,6 millones de hectáreas con cicatrices de incendio en los territorios indígenas más afectados, lo que representa el 20,6 % de 13 millones de hectáreas reconocidas como propiedad colectiva de los pueblos indígenas en tierras bajas del país. Monte Verde, Guarayos y Pantanal fueron los territorios más impactados porque, en cada caso, perdieron más de la mitad de su bosque.
Las pérdidas de masa boscosa significan un impacto directo al modo de vida de los pueblos indígenas porque se reducen sus posibilidades de obtener alimentos a través de la caza y disminuyen los ingresos familiares y comunales a través de la explotación de sus planes de manejo (madera).
La información se desprende del Informe: Focos de calor y cicatrices de incendios en territorios indígenas de las tierras bajas de Bolivia, correspondiente a la gestión 2024, elaborado por el CEJIS a través de su Centro de Planificación Territorial Autonómica (CPTA).
Los incendios de este año superaron en cantidad de superficie afectada a los siniestros ocurridos en 2010 y 2019, cuando se registraron cifras extraordinarias. Fundación TIERRA identificó, hasta septiembre de este año, 10,1 millones de hectáreas con impacto del fuego en el país.
Los datos recogidos por el CEJIS-CPTA corresponden al periodo enero a octubre de 2024. En este lapso quedaron cicatrices de incendio en 2.684.000 hectáreas, considerando los ocho territorios indígenas más impactados por cicatrices de incendios. Esto equivale al 20,6 % de los 13 millones de territorios indígenas de tierras bajas reconocidos en Bolivia.
Pero no todos fueron afectados por igual. En la Chiquitanía en el departamento de Santa Cruz hubo más impacto. El territorio de Monte Verde quedó afectado por el fuego en 807.243 hectáreas, lo que equivale al 85 % de su superficie titulada. En el territorio del Pueblo Guarayo fueron quemadas 966.893 hectáreas, correspondiente al 72 % de su superficie titulada. El territorio indígena Pantanal quedó con cicatrices de incendio en el 63 % (455.560 hectáreas) de su área. A esto se suma la situación del territorio Ayoreo de Zapocó que tuvo una afectación de 19.114 hectáreas, que significa el 44 % de su superficie.
Desde afuera
Los mapas elaborados por el CEJIS-CPTA muestran que los incendios ocurridos rodearon o colindaron varios territorios indígenas, y en mucha menor medida ocurrieron en su interior.
En la región del norte amazónico, el territorio que registró mayor cantidad de áreas de incendio fue Chácobo-Pacahuara, con 228.348 hectáreas, equivalentes al 47 % de su superficie. El Territorio Cavineño se vio afectado en 161.661 hectáreas, equivalentes al 34,5 % de la superficie titulada. La TCO Takana-Cavineño registró una extensión de 22.219 hectáreas con fuego, es decir el 8 % de la superficie del territorio. Finalmente, la región de la amazonía sur no registra superficies significativas de incendio.
Los bosques
Considerando el tipo de cobertura de suelos, los territorios indígenas fueron impactados principalmente en sus bosques y en mucha menor medida en sus áreas de pampa, sábana o zonas inundables, al igual que los espacios con viviendas y/o con cultivos permanentes.
Para poner dos ejemplos, en la TCO Guarayos, el 95 % de los incendios impactó la cobertura boscosa del territorio, mientras que el 5 % se registró en zonas de pampas, sabanas y áreas inundables en épocas húmedas (4,4 %) y zonas antrópicas (0,6 %); en Monte Verde, el 97 % de cicatriz de incendio está en zona de bosque y 2,8 % en no bosque (pampas y antrópico).
Frente a esta situación, para el CEJIS “es necesario abrir un debate nacional que permita la derogación del ‘paquete de normas incendiarias’ y una revisión profunda del modelo de desarrollo agropecuario, priorizando prácticas productivas que garanticen la seguridad y soberanía alimentarias”.
Mira el informe de focos de calor elaborado por el CEJIS:
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