El discurso del presidente Luis Arce ante la cumbre de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), pronunciado el lunes de la anterior semana de manera virtual, ha pasado casi inadvertido en medio de las pugnas de poder en Bolivia. En esa ocasión, Arce saludó el fallo del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela que validó el triunfo de Maduro como “presidente electo” de Venezuela, lo felicitó y dijo que el Estado boliviano “rechaza los intentos de desestabilización” de quienes enarbolan “la falsa narrativa de fraude electoral”.
Frente a las elecciones de Venezuela, el mundo se dividió en tres: los que desconocen la victoria de Maduro y se la otorgan al opositor Edmundo González; los que piden mostrar las actas electorales, entre los que se encuentran los países de izquierda democrática de la región; y los pocos que le creen y apoyan a Maduro, entre los que se encuentra Bolivia.
Este tema fue abordado en el más reciente programa Sumando Voces en directo, donde polemizaron los analistas en temas internacionales Windsor Hernani, Hugo Moldiz y Lily Peñaranda.
Hernani considera que apoyar a Maduro es validar la violación a los derechos humanos en Venezuela, mientras que Moldiz, que se declara cercano al presidente Arce, cree que rechazar la victoria de Maduro es incurrir en injerencia en asuntos internos y vulnerar el principio de autodeterminación de un país como Venezuela. Entre tanto, Peñaranda opina que el gobierno de Arce sigue a ciegas los lineamientos del bloque de países “parias” y que ya aplica la receta venezolana en Bolivia, sobre todo en el Órgano Judicial.
“Soy una persona cercana (al Presidente), no tengo ningún cargo o ninguna responsabilidad oficial, si lo tuviera o el momento que lo tenga lo diré con absoluta claridad”, responde Moldiz cuando se le pregunta si es asesor de Arce, antes de empezar el debate, en el que justifica la postura de Bolivia, en línea con Rusia, China, Nicaragua y Cuba.
“Hubo una posición consecuente con una determinada visión del mundo, pero además con el respeto a la soberanía de los países”, señala Moldiz y pone como ejemplo a Estados Unidos, donde Donald Trump denunció fraude en las últimas elecciones, pero no por eso la OEA se pronunció al respecto.
“Los gobiernos en realidad, si somos rigurosos, no tienen por qué aceptar o no aceptar el resultado de una determinada elección, ahí está el principio de la autodeterminación, el principio de la no injerencia”, refiere.
Hernani replica el principio es «la libre determinación de los pueblos» y no «la libre determinación de Maduro». Señala que los gobiernos no pueden hacer lo que les plazca con la población, en este caso violar sus derechos humanos. Y respecto al principio de la no intervención, indica que “en ningún caso el pronunciarse sobre los derechos humanos constituye una violación a los asuntos internos”.
Y, en ese contexto, Hernani indica que “cuando la postura de nuestra diplomacia dice que Bolivia es respetuosa del principio de no injerencia en los asuntos internos y por tanto no emite criterio, lo que en el fondo estamos validando son las violaciones que se están dando los derechos humanos”.
Y, al invocar el principio de la no intervención en asuntos internos, “Bolivia está incumpliendo un deber establecido en múltiples tratados internacionales al no pronunciarse sobre la violación de los derechos humanos y, no sólo eso, sino que nuestra Constitución (…) establece el rechazo y condena de toda forma de dictadura”.
Moldiz, por su parte, rechaza que la mayor parte del mundo esté en contra de Maduro aduciendo que poblacionalmente hay más gente que lo respalda si se toma en cuenta la población de China. Y, respecto a los países de la región que piden que se muestren las actas, entre ellos Brasil, Chile y Colombia, dice que “no son izquierda, por si acaso”.
Hernani sostiene que ese argumento es hacerle un flaco favor al principio de igualdad soberana de los estados.
El analista y diplomático parte de la afirmación de que “Maduro es un dictador y no va a salir del poder porque es una actitud propia de los dictadores” en un contexto de “graves violaciones a los derechos humanos y de delitos de lesa humanidad” que están siendo tratados por la Corte Penal Internacional.
Hernani refiere que los principales organismos internacionales han establecido que no hay institucionalidad en Venezuela y que todos los poderes están cooptados, entre ellos el Poder Judicial, que es el que avaló el triunfo de Maduro pese a que organismos internacionales le dan la victoria al opositor Gonzales.
Bolivia actúa en bloque
Peñaranda, por su parte, considera que la posición de Bolivia obedece a que se encuentra dentro del eje antiliberal del llamado socialismo del siglo XXI, pero ella pregunta al Gobierno “por qué no gobierna con soberanía y en base a una agenda exterior, por qué no gobierna con una visión soberana, viendo y priorizando los intereses bolivianos, por qué apoya por ejemplo a Rusia en la guerra cuando esto nos trae nada más que problemas a nivel internacional con otros estados”.
“Por el contrario, decidimos apoyar a los países parias que nos generan castigos en el sistema multilateral y en el sistema internacional, lo que no conviene y no beneficia a la economía boliviana que hoy por hoy está en una crisis tremenda que podría beneficiarse de una mejor estrategia de tener una política exterior”, indica la especialista Peñaranda.
Ella considera que Bolivia ya aplica la receta de Venezuela. “Se puede ver que Bolivia está siguiendo los pasos de Venezuela y en Venezuela como bien lo dijo Windsor, estamos viendo que se atropellan los derechos humanos, han muerto personas en una protesta que se ve a todas luces es legítima porque se está pidiendo que se anuncien transparentemente las actas”, señala.
Agrega que “’por detrás hay una hermenéutica y una ingeniería de la utilización del Poder Judicial como una forma de dictadura y de acopiar el poder en un solo poder, sin tener la separación de poderes que una democracia que dicen tener estos países”, señala.
Moldiz responde citando a Zabaleta en sentido de que, además de la democracia representativa que se basa en los votos, existe “la democracia como autodeterminación de los pueblos”.
Los derechos en el centro del debate
Tras las elecciones del 28 de julio, en Venezuela han muerto 25 personas en protestas y unas 2.400 han sido detenidas, números que se suman a los detenidos políticos a lo largo del régimen.
Para replicar el tema de las vulneraciones a los derechos humanos, Moldiz habla de los derechos colectivos, entre los que cita los derechos económicos y sociales. En su criterio, no se debería sacrificar a ninguno de los dos.
Y ¿qué pasa con los millones de venezolanos que se vieron obligados a migrar? Se le pregunta a Moldiz, quien responde que Venezuela está mejorando su economía y que muchos están regresando a casa.
Hernani replica que “hay un derecho básico de las personas, el derecho primigenio es el derecho a la vida”. Y, ejemplifica diciendo que no se puede exigir el derecho a un medio ambiente sano, si no se tiene garantizado el derecho a la vida.
“En Venezuela se está hablando desde desapariciones forzadas, de encarcelamientos, brutalidad, uso excesivo de la fuerza, se está atentando al derecho a la vida”, menciona.
Lily Peñaranda aporta, además, que Evo y Arce no tienen ninguna diferencia, porque están en el mismo barco “porque pertenecen al mismo eje y no van a salir de ese eje; lo único que qué pasa es que dentro de Bolivia se están disputando el timón y eso está marcando la agenda política”.
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