Sumando Voces. Foto: Los Tiempos
Jenrri Quispe es un compañero dirigente de César Apaza que el viernes pasado lo visitó en su celda, en la cárcel de San Pedro, para conocer el estado en el que se encuentra, cuando está a punto de cumplir un año como detenido preventivo mientras realiza una huelga de hambre para exigir su liberación.
“No ha podido comer ni desayunar, estaba en la cama, apenas ha dormido una horita, tiene estrés, tiene que lagrimear. Tiene problemas de salud, totalmente destrozado, le hemos tenido que animar porque tiene que continuar, tiene que ser fuerte como siempre se lo ha conocido”, dijo Quispe en una entrevista que fue realizada por María Lohman, responsable del colectivo Somos Sur e integrante de la Plataforma Coca Orgánica Libre e Informada COLI. La conversación se difundió por radio Rebeldía.
Quispe es oriundo de Huancané, del municipio de Chulumani y es actual dirigente del comité de autodefensa de Los Yungas de La Paz. Apaza era el máximo dirigente de esa instancia cuando fue detenido el 22 de septiembre del año pasado, en medio de un violento operativo en el que sufrió graves heridas en su cuerpo por la golpiza que recibió de parte de los policías, hecho que fue corroborado por la Defensoría del Pueblo.
Quispe dijo que mientras visitaba a Apaza, también llegó un representante del Defensor del Pueblo, quien ha llamado a un médico del penal para que vea al detenido. “Al representante del Defensor le hemos dicho que está mal, que se ha descompuesto, ha ido a traer un médico de ahí mismo, y le ha hecho un diagnóstico que dice que es estrés, preocupación, le están recetando tabletas y tabletas”, relató el dirigente.
El 31 de agosto, su abogada Evelyn Cossío informó que Apaza se había declarado en huelga de hambre. La visita de Quispe fue el viernes 8 de septiembre.
“Por él voy a meter la mano al fuego, él puede estar bien de su salud, va a aguantar, pero necesita un médico, está cansado de mirar el techo, le he visto más fregado que arriba (que en Chonchocoro)”, dijo Quispe.
Agregó que Apaza “quiere salir, a como dé lugar. Me he quedado impactado, él tiene su carácter, su orgullo, pero no se ha podido contener, ha tenido que llorar, el lado derecho de su cuerpo no funciona, el ojito está caído”.
Relató que Miriam Apaza, la hermana de César, está también cansada porque su hermano le pide trámites que a veces no se pueden hacer.
Apaza está acusado por el Gobierno por más de una decena de delitos asociados a la destrucción del mercado paralelo de la hoja de coca que intentó instalar la dirigencia afín al Gobierno. Sin embargo, hace poco, el mismo Gobierno ha reconocido que ese mercado es ilegal y, por tanto, la familia pide la liberación de Apaza porque se ha comprobado que estaba defendiendo la legalidad.
Quispe dijo que Apaza tiene una audiencia este 13 de septiembre con la esperanza de que se dicte la cesación de su detención preventiva. El representante del Defensor se habría comprometido a estar presente en todas las audiencias del caso.
La activista Lohman, al término del testimonio de Quispe, dijo que “el Gobierno tiene a César como a un trofeo, de una cárcel a otra”, por tanto exigió su libertad y criticó la actuación de los abogados por no haberse concentrado en probar que Apaza sufrió torturas.