Incendio en Santa Cruz. Fotografía: Gobernación de Santa Cruz
Cuatro áreas protegidas vitales para la biodiversidad y el sustento de muchos pueblos indígenas y campesinos, son devorados por los incendios forestales que iniciaron hace más de dos meses y que hasta la fecha no pueden ser sofocados. El Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) San Matías y el Parque Noel Kempff Mercado, en Santa Cruz; el Parque Pilón Lajas, ubicado entre La Paz y Beni; y la Reserva Amazónica Manuripi en Pando continúan ardiendo. Las zonas más afectadas son las fronteras con Brasil, es por ello, que ambos países se reunirán este lunes para asumir acciones conjuntas para frenar el desastre que en Bolivia ya arrasó con más de 3 millones de hectáreas.
«En el país tenemos incendios en las cuatro áreas protegidas, estamos hablando de la zona de San Matías, del Parque Noel Kempff Mercado, de Manuripi y Pilón Lajas, que ayer nos han informado que hay humareda por la zona, de manera que lo más importante con Brasil es compartir responsabilidades y unir esfuerzos logísticos y trabajar de forma conjunta para proteger la frontera (…) Como nunca, este periodo, hemos recibido fuego del lado brasilero, y también parte del fuego que se ha generado en Bolivia ha pasado al hermano país», dijo el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, en contacto con Cadena A.
El Viceministro indicó que este acuerdo bilateral permitirá que las aeronaves puedan cruzar fronteras de ambos países, también podrán reabastecerse de combustible, se facilitará la logística en los aeropuertos, pero sobre todo podrán compartir la capacidad operativa. «Brasil tiene un cuerpo de bomberos con mucha experiencia y mucha capacidad operativa, de manera que este trabajo conjunto es indispensable para enfrentar los incendios forestales», dijo.
Bomberos continúan los trabajos de sofocación en diferentes áreas de Santa Cruz. Fotografías: Gobernación de Santa Cruz
El viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, indicó que ayer, domingo, identificaron en Santa Cruz «23 fuegos», que no necesariamente son incendios forestales, pues aún se siguen realizando chaqueos, quema de cordones y pastizales. Dijo que hay 11 incendios forestales registrados en comunidades donde ya trabajan más de 260 bomberos de las Fuerzas Armadas, y los bomberos de Direna de la Gobernación de Santa Cruz trabajan en otras comunidades.
Mientras algunos locatarios luchan contra las llamas para salvar sus casas y sembradíos, otras ya se quedaron sin recursos y sólo miran con desesperación cómo las llamas devoran lo que para ellos es más que un paisaje: es su hogar, su historia, su vida.
Para otros, el fuego es una oportunidad, pues aprovechan para asentarse. El Deber sobrevoló la zona afectada por los incendios en el municipio de Urubichá y descubrió al menos seis asentamientos de avasalladores conformados por varias carpas.
Pablo Gil, ingeniero forestal que acompañó al equipo de EL DEBER, dijo que preocupa que se den estos avasallamientos porque estas tierras están destinadas para uso forestal y según la categorización, establecida por el Instituto de Reforma Agraria (INRA), son tierras fiscales no disponibles.
“Lo que significa que el Estado no podría dotar de esas tierras a ninguna comunidad y/o persona. Entonces, (con los asentamientos) se está atentando contra los recursos y bienes del Estado, en este caso recursos forestales”, explicó Gil al periódico cruceño.
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