De izquierda a derecha, Ricardo Paz, Alondra Quispe y Freddy Bobaryn.
La campaña electoral se ha impregnado de guerra sucia, racismo y desinformación, acciones que, según especialistas, están dañando el tejido social con consecuencias que el país tendrá que lamentar por largo tiempo.
Este tema fue abordado en el más reciente programa Sumando Voces en Directo, del que participaron el estratega político Ricardo Paz, la politóloga Alondra Quispe y el también politólogo Freddy Bobaryn, quienes coinciden que la sociedad y la institucionalidad democrática son las que más pierden con este tipo de campaña.
Alondra Quispe señala que “es una campaña que se ha posicionado desde la polarización, desde el discurso de odio por parte de los dos candidatos”, quienes están anteponiendo sus intereses, en desmedro de la población.
Señala que lo más grave es que “las divisiones que ahora están fomentando a través de elementos raciales, discriminadores” no solo tienen efectos en el proceso electoral, sino también a más largo plazo.
No sólo eso, sino que los propios partidos en disputa serán perdedores de esta guerra “porque no van a tener opositores, van a tener enemigos y eso significa también la fragmentación de la misma población”.
Freddy Bobaryn coincide con Alondra Quispe en sentido de que los efectos serán de corto, mediano y largo plazo.
“Lo malo es que evidentemente se genera desafección política, es decir, un desarraigo de los ciudadanos hacia los valores democráticos”, señala y dice que la guerra sucia llegó para quedarse alimentada por la inteligencia artificial.
“De a poco vamos perdiendo la confianza en la institucionalidad democrática, vamos perdiendo confianza en el sistema democrático como modelo para poder resolver nuestras diferencias”, comenta.
Ricardo Paz señala que, con este tipo de campaña, no gana nadie, ni siquiera el candidato que la promueve y, por supuesto, quien más pierde es la ciudadanía.
“En cualquier guerra y también en esta guerra electoral, en esta guerra sucia, dicen que la primera baja siempre es la verdad y eso va en detrimento de una información adecuada para que la población tome su sus decisiones”, lamenta.
En su experiencia como asesor de campañas durante más de 30 años, dice que “la guerra sucia no rinde mucho, casi siempre se vuelve un boomerang”.
Durante la campaña de la segunda vuelta han surgido fuertes polémicas sobre todo en torno a los candidatos vicepresidenciales. Por un lado, dos verificadoras indicaron que el candidato Juan Pablo Velasco (Libre) escribió tuits racistas hace 15 años, pero el aludido niega ser el autor de los mismos, aunque la cuenta de la que salieron los mensajes fue cerrada, pese a que fue registrada ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) como de propiedad de Velasco.
Esos mensajes, más allá de quién sea el autor, han generado una ola de mensajes racistas en las redes sociales de uno y otro lado, reviviendo viejas heridas sobre la cuestión étnica en Bolivia.
Por otro lado, el candidato Edmand Lara (PDC) ha puesto en duda los principales valores democráticos, como la libertad de expresión, el debido proceso y la honestidad, al haber atacado sistemáticamente a los periodistas, haber anunciado que encarcelará incluso a su propio candidato presidencial si le hallara irregularidades o haber ofrecido cosas imposibles de cumplir, como una renta dignidad de 2 mil bolivianos.
Paz diferencia entre campaña negativa y la guerra sucia y dice que la primera está basada en hechos reales que perjudican al candidato, en cambio, la segunda se basa en falsedades.
Por ejemplo, dice, en el caso de Juan Pablo Velasco, son “tuits existentes, como lo han demostrado las verificadoras independientes. Y la otra campaña los utiliza y eso es legítimo. O sea, no tiene nada que ver con la guerra sucia”.
Sobre las polémicas generadas por Lara, dice que son equivocaciones. “Cuando tú hablas demasiado, tienes muchas más posibilidades de equivocarte. Por eso es que él vive metiendo la pata y pidiendo disculpas”, señala Paz, en alusión a su último pedido de disculpas para los enfermos de cáncer.
Entre tanto, Bobaryn considera que la guerra sucia se produce porque determinado candidato está alcanzando su techo electoral y entonces el único recurso que le queda es tratar de bajar el puntaje de su contrincante porque él ya no podrá crecer.
Durante el programa se difundió con una entrevista a la fack checker en jefe de Chequea Bolivia, Enid Lopez, quien dijo que hasta la semana pasada, la verificadora había recibido 18 ataques directos, luego de haber publicado la información sobre los tuits racistas que salieron de la cuenta de Velasco.
“Este balotaje está haciendo que la sociedad se polarice y asuma extremos, algo que nos parece muy riesgoso, sobre todo para la democracia”, señala. En ese marco, explica que Chequea Bolivia busca aportar al sistema democrático con claridad, con certeza sobre algunos temas.
Puedes ver el programa completo aquí:
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